Me Gustas ✧ Hudson y Tú.

Capítulo 18.

—¡Coman!—nos grito la oficial.

—¿Qué?—preguntó Kenzie.

—Si no lo envenenaron, no les molestara comerlo, ¿cierto?—preguntó él oficial.

—¿C-Comerlo?—preguntó nerviosa Babe.

—Así es. —respondio la oficial poniendo el pay sobre la mesa, ahí nosotras ya estábamos sentadas.

—De acuerdo. —Kenzie estaba apuntó de comer pero se detuvo—. Eh... Babe, ______, ¿podemos hablar?

Nos levantamos y fuimos al
living.

—Creí que los policías tenían placas. —le dijo Hudson a los mencionados.

—¿Qué?... No está mi placa. —dijo él oficial buscándola.

—Ni la mía. —dijo la oficial también buscándola.

—¿Buscaban esto?—preguntó Hudson mostrando las placas.

Ambos toman sus placas molestos.

—¡Sal de aquí!—le grito él oficial

—¡Ahora!—grito también la oficial.

Hudson salió riendo.

Living.

—¿Qué pasa Kenzie?—preguntó Babe.

—Bueno... cuando ______ y yo fuimos a comprar unas cosas, tú te quedaste con el pay. —explicó Kenzie.

—¿Piensan qué lo envenené?—pregunta ella.

—______ estaba molesta con nuestro vecino pero estuvo todo el tiempo conmigo y además, tienes ese problema con los duraznos. —respondió Kenzie.

—No lo sé Kenzie —dije—. no creo que Babe haya hecho eso.

—¡Gracias!—agradeció Babe.

—Bien, pero júralo por tu vida. —pidió Kenzie.

—Lo juró por tu vida. —respondió ella.

—¡No, por la tuya!—le grito.

—¡¿Cuál es la diferencia?!—le preguntó Babe.

Regresamos con los oficiales, pero del techo se empezó a escuchar una música, la música de Doble G.

—¿Pero qué fue eso?—preguntó la oficial.

—¡Oficiales!—grito Doble G entrando por las puertas principales.

—¡o por dios, es Doble G no puede ser! ¡es Doble G!—chillo emocionada la oficial.

—Hehe, sí, soy una súper estrella. —ríe—. He, mire a unos sujetos llevándose su patrulla.

—¿Qué?—preguntó él oficial.

—¡Vámos!—dijo la oficial para posteriormente salir corriendo.

En eso, Triple G entro por la puerta del living, él y su papá se nos acercaron.

—Bien chicas, tomen estas identificaciones falsas y huyan de aquí. —nos dijo Doble G entregandonos dichas identificaciones.

—¿Qué?—preguntó Babe.

—Rápido, no tienen tiempo, deben ir al aeropuerto. —volvió a decir
Doble G.

Su plan se arruinó ya que los oficiales habían vuelto.

—Nadie se estaban llevando nuestra patrulla. —dijo él oficial mientras ambos entraban.