Epílogo

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"Y tras el caos, el fuego y las cenizas, brotó una hermosa flor."


Han pasado más de cinco meses desde que deje el pueblo, regrese a la ciudad con mi madre quien no ha parado de decirme que es lo mejor que pude haber hecho. 

También me inscribí en la universidad de aquí pero en una carrera completamente diferente, economía. 

Siento feo al pensar en todo lo que tuve que pasar para dejarlo todo de un día a otro, me hacen  falta mis amigos, me hace falta Jeff, siento como si no estuviera en casa y lo que me duele más es esa sensación que tengo de haber fallado. Sé que di lo mejor de mi y que deje el pueblo con una buena persona, un señor que vive ahí desde hace muchísimo tiempo y que al igual que a mi abuelo, el pueblo lo adora, pero desearía ser yo la que estuviera en su lugar.

—Leni, es hora de que te vayas a la universidad— grita mi mamá. 

—Lo sé— giro los ojos, sé que ella solo quiere lo mejor para mi y protegerme pero no puedo evitar sentirme malhumorada la mayoría del tiempo.

—¿Vas a desayunar?— pregunta desde la cocina.

—No, es tarde, compraré algo en el camino— tomó mi mochila y salgo.

—¡Que te vaya bien!— la escucho a lo lejos.

Abro la camioneta de mi mamá, la cual me presta para ir a la universidad, otra de las cosas que odio, no puedo creer lo acostumbrada que me volví al pueblo y lo raro que es ya que he vivido por mucho mas tiempo aquí. 

Extraño caminar, sin ruido, sin trafico...

Llego media hora tarde a la primer clase, me disculpo con la maestra y me dirijo a mi lugar ignorando a todos, no he hecho amigos desde que llegue y no me interesa hacerlos. 

La clase termina cincuenta minutos después, me siento estresada por la cantidad de tarea que tengo acumulada, he estado dejando todo para ultima hora, por suerte tengo una hora libre así que aprovecharé para ir a la biblioteca y adelantar algo.

Camino lentamente a la biblioteca con mis audífonos puestos, justo empieza una canción que me recuerda a Jeff, 1950 de King Princess, me da igual que canción para la comunidad gay, habla de amor, la letra me encanta y por alguna razón siempre que la escucho él llega a mi mente, .

Me siento en el pasto antes de entrar a la biblioteca y poder escuchar la canción.

Así que, esperaré por ti, rezaré, 
seguiré esperando a tu amor.
Por ti, esperaré, 
seguiré esperando por ti...

¿Ibas en serio cuando dijiste que yo era bonita?
¿Que no querías vivir en una ciudad
donde la gente es tan asquerosa? 

Cuando la canción termina un suspiro inesperado sale de mi, no puede ser posible extrañar tanto a alguien, querer abrazarlo, besarlo... 

No pierdo más tiempo y entro a la biblioteca. El tiempo pasa volando, todas mis clases han terminado, son las 7:30 de la noche, me siento cansada, estresada, lo único que quiero es dormir. 

Paso a la cafetería antes de irme ya que no he comido nada en todo el día y la cabeza esta empezando a dolerme, pido un sándwich y un café. Me lo como sin prisa sentada en una mesa alejada de todos. El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos, es un mensaje de un numero desconocido.

"Muy mal que un sándwich sea lo único que has comido en todo el día, te ves más delgada"

Frunzo el ceño y alzo la cabeza buscando quien podría haberlo enviado, pero todos están en lo suyo, no notan mi existencia.

Leo el mensaje varias veces, tiene que ser alguien que haya estado viéndome todo el día, el pensar en eso me da escalofríos. 

"¿Disculpa? ¿no te han dicho que es de mala educación espiar a las personas?"

Es lo único que se me ocurre contestar. No me siento cómoda aquí, así que guardo mi sándwich y salgo de la cafetería. 

-"No te vayas" 

-"Deja de enviarme mensajes, no te conozco"

-"Si lo haces"

-"Voy a bloquearte"

-"Eso ya lo había leído antes, hace un tiempo atrás :)"

Mi corazón se acelera...

-"¿Jeff?"

—Hola— me giro lentamente, esta aquí...

—¿Que haces aquí?— que estúpida. 

—Te dije que volvería— se acerca lentamente, no puedo resistirme más, camino hacia él y brinco para abrazarlo.

—No puedo creer que estas aquí— digo aun aferrada a él —no sabes cuanto te extrañe—

—Yo también te extrañe demasiado— me separa de él y me toma de la cara para darme un beso —no me iré nunca más— 

—Como puedes estar tan seguro de eso— 

—Me mude a la ciudad— mi boca se abre formando una gran O.

—¡QUE!

—Ahora vivo aquí— 

—Eso lo entendí, pero ¿y tu pueblo?— 

—Esta en buenas manos— 

—¿Y tu papá?— 

—No puede acercarse a ninguno de los dos, tiene una orden de restricción— sonrió— aparte se fue a Europa,  ya no tenia motivos para quedarse— 

—Wow, ¿y que piensas hacer aquí en la ciudad?—

—Estar contigo— me besa.

—No seas bobo, tienes que hacer algo— le digo riendo.

—Lo sé, estoy pensando en poner un negocio, un restaurante tal vez— 

—Esa es una buena idea— 

—Y... quiero que vivamos juntos— mi corazón se detiene.

—¿Que?— 

—Quiero que vivamos juntos— 

—No estas hablando en serio— 

—¿Crees que me vine a la ciudad nada más porque si?—

—No, pero...— 

—Piénsalo, no tienes que contestarme ahora—

—Si quiero....






NO ES UN MONSTRUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora