Aún así me estaba follando a su hija, su princesita, dos veces lo había hecho y quería hacerlo una tercera vez, no se cuando porque no sabía cuando la volvería a ver, pero quería tenerla nuevamente y hacerla quitarse ese control que tanto ama, su imagen de niña buena transformándose en una perra en mi cama, gimiendo y pidiéndome más. La quería otra vez, y temia a que nunca fuera suficiente.

Como la primera vez estaba sospechando a que no podría olvidarla... su cuerpo me llamaba, mi boca la quería y mis manos deseaban volver a acariciarla a tan solo unas horas desde que ella se marchó. No era suficiente para mi, quería más de ella, y sabia que ella quería más de mi, no lo iba a reconocer, la conocía para saber que me lo iba a negar incluso cuando la tenga otra vez en una cama lista para mi, pero eso era lo que más me encaraba, su manera de contradecir sus palabras con sus actos.

La princesita tambaleaba por mi.

Había sido un día largo pensando en ella, me quedé dormida apenas puse la cabeza en mi almohada esa noche, lo hice apenas Camila me mandó un mensaje diciéndome "Llegué bien idiota" eso fue como a las Diez de la noche hora de Barcelona y no se porque se demoró tanto en responder, pero sólo me dormi porque estaba muerta de cansancio.

La mañana siguiente me fui al entrenamiento directamente, entrené con todo el equipo de cara a la final de la Champions y también hablé con Ellis porque llegaría después de la Champions a la preparación del mundial por ende no tendría descanso esos semanas, solo debía centrarme en el mundial luego de eso tendría un mes de descanso para volver a la pre temporada con el Barcelona. Y comenzar a prepararnos para todo lo que vendría el próximo año. Pero lo principal ahora era ganarle la final a Lyon que era el mejor equipo del fútbol femenino, por ende no sería para nada fácil ganarle y sabíamos que debíamos poner el mil por ciento en esa final única en Hungría para lograr el mayor objetivo como Club, algo que nunca se había logrado.

Entrenamos duro y nos concentramos a pesar de que faltaba mas de una semana para el partido. Volvi a casa en la tarde luego de haber estado en el supermercado comprando algunas y cosa, fui a comer comida saludable a algún restaurante. Se sentía el vacío sin Vero, pero ella tenía la suerte de poder ir constantemente a los Estados Unidos, yo no podía hacerlo por razones más que obvias, aún así estaba siendo súper difícil para mi estar lejos de mi familia, pero todo sacrificio tiene su recompensa y eso era lo que me animaba.

Tome mi celular dandome el tiempo de por fin revisar tranquilamente las redes sociales, y también de hablar con Camila, lo primero que encontré fue las imágenes del príncipe y la princesa saliendo del aeropuerto el día anterior. Era comentado en la página de espectáculo, no me produjo nada verlos juntos la verdad en más me daba lástima por el pobre idiota que la había ido a recoger luego de que yo me la estuve follando en mi cama, en cambio el aún ni siquiera mirarla muy bien podía, y no quería mostrar que Camila fuera un objeto, pero estaba un poco celosa del hecho de que él estuviera con ella, y yo no.

Era un pobre idiota.

Era un tonto que no le llegaba ni a los talones a Camila, lo digo en todos los sentidos porque él jamás la trataría como yo lo hago, y de seguro era un idiota como Matthew que todo lo que hacia era para agradar a Alejandro, a su propio padre y también para tener más reconocimiento el mismo. Era un idiota y esperaba que Camila también se diera cuenta de eso, quizás era su amigo, pero el que ella me haya dicho que no se acostó con el, reírse de él conmigo me demostraba que no tenía un mayor interés por el. Aún así sentía celos de que él estuviera con ella y yo no.

Princesita y sus miles de pretendientes.

Hablando de princesita tenia un par de mensajes de ella, calmando mi odio hacia el Perfecto de Jack, que de seguro hasta las uñas de los pies se limaba, siempre andaba vistiendo como si fuera a un desfile de modas, era otro hombre que había nacido en cuna de oro y había estado toda su vida de la misma forma.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora