¡¿Qué si estoy nerviosa, cariño tiemblo como una jodida gelatina?!

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Toda mi vida he temido y añorado este momento a partes iguales, en unas horas comienzo la universidad. Siempre he ido un tanto justa de autoestima, quizás por eso, en este momento mis inseguridades me golpean con tanta fuerza. Miro mi reflejo en el espejo, soy bajita, no llego al metro setenta, piel blanca, ojos café, pelo castaño claro, uso espejuelos y en mi rostro puedes ver alguna que otra imperfección como secuela del tan temido acné juvenil. Vamos que tengo motivos para tener la autoestima de un ácaro, joder. Me apresuro a ducharme y luego me visto, unos vaqueros negros, mis botas favoritas y una camiseta a rayas. Apago el despertador antes de que empiece a sonar, no he pegado un ojo en toda la noche por los nervios. Camino de nuevo hacia el espejo, esta vez con un pequeño kit de maquillaje. Me pongo lo básico, una base a juego con mi piel, brillo de labios, corrector y rímel, maquillarme nunca se me ha dado especialmente bien... si hasta rima, se nota que ya estoy perdiendo la cabeza. Recojo mi pelo en una coleta alta y bajo a desayunar. Me felicito mentalmente por no haberme dejado el pelo secar al natural, o seria la reencarnación de Hermione Granger en las primeras películas de Harry Potter. Tomo asiento en la barra que rodea la isla de la cocina y me preparo unas tostadas con leche, no soy muy entusiasta del café. Unos golpes en la puerta me confirman la llegada de mi mejor amiga. Me aproximo a la puerta haciendo malabares con mi desayuno y abro la puerta al octavo toque, si, la paciencia no es una de las virtudes de Raquel.

- Hoolaaaa fea - Exclama Raquel mientras se adentra en mi casa como si fuera la suya.

- Hhomnlaa - balbuceo con la boca llena de tostadas, en un intento infructuoso de devolverle el saludo.

- Quieres hacer el favor de tragar, suenas como el graznido de un pavo hasta las cejas de coca - dice entre risas.

- Zorra - digo mientras le enseño el dedo del medio en un ademán no tan amistoso.

- Venga, acaba con el desayuno que hoy es nuestro primer día Hana - dice un tanto intranquila, su largo flequillo negro actúa como un escudo ante sus hermosos ojos azules.

Suspiro resignada, tomo mi mochila y dejo una nota para mis padres diciéndoles que hoy empiezo la universidad y dejando la dirección y el teléfono de la residencia a la que me mudé la semana pasada . El repiqueteo de los botines de Raquel me indica que se está impacientando lo que según mis bastas experiencias no trae nada bueno, así que miro que todo esté en orden antes de salir. La vajilla que usé en el desayuno ya la dejé fregada y colocada en su sitio y rectifique que dejé puesta la alarma antes de salir, si todo en orden.

- ¿Estás nerviosa? -

La pregunta de Raquel hace que me gire para verle a los ojos, pero al ver que rehuye mi mirada con la escusa de no dejar de prestar atención a la carretera, sé que ella lo está.

- ¡¿Qué si estoy nerviosa, cariño tiemblo como una jodida gelatina?! - Raquel se parte de la risa y la verdad, yo también.

Una hora después el bonito Mercedes de Raquel está perfectamente aparcado en Riko's una cafetería a las puertas de la universidad, mientras yo hago morritos y Raquel finge llorar. La dependienta de Riko's, Emilia no quiere dar su brazo a torcer y contratarme a medio tiempo. Muchos estudiantes necesitan trabajos de medio tiempo para poder ayudar a sus padres o aliviar un poco el esfuerzo que supone pagarse la universidad, el problema es que la mayoría buscó empleo hace meses mientras yo estoy intentando convencer a Emilia de que necesita desesperadamente una nueva camarera. Luego de una hora y media de ruegos no hemos conseguido nada, así que Raquel y yo llegamos a la residencia con el ánimo por el piso. Pienso en mi residencia un instante. Es una verdadera suerte que mis mejores amigas y yo compartieramos cuarto. Bueno quizás no es tan buena idea si nos ponemos a pensar que es un departamento pequeño, con 4 cuartos y un solo baño, cabe decir que no hay ninguna separación o pared entre los cuartos. Creo que sería más preciso decir que hay un baño y una sala con 4 camas un televisor y 2 armarios gigantes que compartimos. Es un poco complicado, pero nos las arreglamos, y además mantenemos todo limpio, rectifico eso, me las arreglo para que todo este limpio y en orden, porque las chicas son un desastre.

Cuando empujo la puerta de la residencia encuentro a Samy sentada en su cama rodeada de cosméticos y cremas que intenta organizar. Su pelo rojo sangre perfectamente recogido en una coleta alta, y sus ojos verdes examinan con cuidado un frasco de crema para el cabello. Raquel entra detrás de mí, tirando la puerta con fuerza, lo que hace que Camila suelte un gruñido desde su lado de la habitación.

- Schhh, Cami tiene resaca - Nos cuenta Samy como si Camila fuera alguien a quien hubieran condenado a la silla eléctrica y sintiera empatia pero al mismo tiempo estuvieras pensando, menudo cabrón, ¿qué habrá hecho?

Raquel suelta una carcajada y yo reprimo una sonrisa, Cami vuelve a gruñir y saca su mano entre las sábanas, para desde su cama enseñarnos el dedo del medio y luego taparse de pies a cabeza.

- Esta chica no tiene remedio - comenta Raquel, haciendo un gesto con la mano hacia Camila

- Chicas - llama Samantha mordiéndose el labio

- ¿Sí? - decimos Raquel y yo al unisono

Camila gira en su cama hacia nosotros aun tapada y gruñe para que sepamos que está escuchando

- Hoy la fraternidad Kappa Beta ofrece una fiesta de bienvenida para los nuevos estudiantes - dice Samy insegura de como continuar

- ¿Y? - digo invitándolo a continuar

Raquel enarca una de sus perfectas-envidiables-cejas y Cami vuelve a gruñir

- Puedenacompañarme - dice Samy muy bajito y extremadamente rápido, encogiéndose en la cama

Suspiro, no soy una antisocial pero he visto suficientes películas de American Pie para saber como son las fiestas de fraternidad. Música alta, montones de alcohol, chicas ligeras de ropa y gente metiéndose mano por todos lados. Si, me gusta salir de fiesta, pero esas en particular no me llaman la atención. Pero al parecer mis amigas no piensan igual, Camila se incorporó con tal velocidad que Flash debería sentirse humillado, chupate eso Marvel y su Barry Alen, han sido derrotados por una rubia con aires de chica mala, y Raquel, bueno Raquel está buscando algo en su bolso como una posesa.

- Claro que te acompañamos, que clase de amigas seriamos si te dejamos ir sola - Se apresura a decir Cami mientras abre el armario decidiendo el modelito que usara en la fiesta.

- Lo sabía - Dice Raquel dando saltitos mientras nos muestra una hoja blandiendola en mi rostro como una espada

Acerco el papel a mi rostro y veo que es una promoción de la fiesta de la fraternidad a la que las chicas quieren asistir. Debajo está la foto de Trouble la banda local, y... lo entiendo, Raquel se convierte en una histérica fangirl rebosante de hormonas cuando se trata de ellos

- ¿No puedo quedarme en la residencia viendo reposiciones de Diario de un Vampiro cierto? -

- ¡Absolutamente no! - chillan Raquel y Camila, mientras Samantha ríe y da palmadas en el aire como una foca, le digo este último pensamiento y me responde con una almohada golpeándome de lleno en la cara, Raquel y Camila se ríen y pronto estamos todas inmersas en una guerra de almohadas. No sé por qué, pero tengo una sensación rara sobre la fiesta de esta noche

Tu + Yo = ¡Jodido Desastre! (EDITANDO)Where stories live. Discover now