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Narra Paul

Cuando estuvimos en mi pieza y contra todo pronóstico John no hizo nada extraño, sólo se paseó curioso por mi habitación, observaba atento los pósters que hacían de papel tapiz y sonreía. Yo permanecía quieto y expectante sentado sobre mi cama.

<< ¿Qué Macca? ¿Acaso esperabas que se lanzara sobre ti y te partiera en dos, no? Iluso. >>

─ ¿Cuál es tu disco favorito de ellos? ─indagó mientras apuntaba un póster en el que aparecían cuatro muchachos con abundantes melenas.

─ Rubber soul ─respondí sonriente sin dudar.

─ Creo que quiero casarme contigo ─rió divertido.

─ ¿Es tu favorito también? ─pregunté casi emocionado, ignorando por completo su comentario.

─ Bueno... ─rascó su nuca mientras se acercaba a mi y tomaba asiento a mi lado, quedando pegados─. Yo diría "rubvolver" ─acompañó su voz haciendo las respectivas comillas con sus dedos─, creo que ese y Revolver son sus mejores trabajos, suelo escuchar ambos discos intercalados de hecho ─carcajeó.

─ Woah, creo que haré lo mismo ─realmente me había llamado la atención su forma de oír los álbumes─. Para el trabajo final de la clase de ilustración podríamos trabajar con esos discos ─sugerí feliz.

─ Pero Paulie ─me sonrió de una forma increíblemente tierna─. Debe ser un desafío, y esos discos los conocemos como las palmas de nuestras manos. Mira, haremos lo siguiente ─pasó una de sus manos por mi flequillo que estaba peinado levemente hacia el lado y como de costumbre mi rostro y cuerpo se encendieron─. Estos días nos dedicaremos a descubrir música ─yo asentí atento─ la próxima clase me darás un dísco que te haya encantado y ese tendré que ilustrar ─sus ojitos pequeños me sonrieron─ ¿Qué dices?

─ ¡Claro que si John! ─me sacudí como un niño pequeño, oír temas y artistas nuevos siempre me emocionaba. John correspondió con una fuerte carcajada.

─ Tu nivel de ternura sobrepasa los límites de lo normal ─dijo aún riendo.

✳️✳️✳️✳️✳️

La tarde se había pasado rápido entre ver algunos extractos de conciertos de bandas que amábamos y algo de dibujo. John había insistido en usarme de modelo por lo que cedí, feliz y avergonzado, pero sobretodo feliz.

Mientras yo descargaba algunos discos desde mi computadora, sentado en mi escritorio, él me lanzaba miradas rápidas desde el piso y plenamente concentrado movía un carboncillo sobre su libreta.

─ ¿Tienes hambre? ─pregunté─. Ya es tarde, mi estomaguito ruge ─hice un puchero involuntario.

─ Macca ven ─hizo ademanes con la mano con la que sostenía el lápiz así que me acerqué y me acomodé a su lado en el suelo─ ¿Te gusta? ─me tendió la libreta.

Lo que vi me sorprendió. John había captado a la perfección cada uno de mis rasgos, la hoja en su totalidad estaba ocupada por decenas de mis expresiones, de mis ojos y de mi boca. No pude evitar apretar fuertemente aquel croquis con mis manos y devolverle una intensa mirada.

─ John, esto, es demasiado. Esto, es perfecto, dibujas perfecto ─elogié mirando nuevamente los bocetos.

─ Yo sólo dibujo lo que veo ─tomó suavemente la libreta de mis manos e hizo que nuestras miradas se encontraran─. Tú eres perfecto Paul, cada detalle de ti lo es. Siempre que te retrate, el resultado no será otro.

Instituto [McLennon]Where stories live. Discover now