Entrecierro los ojos, no me gusta nada por donde está yendo esta conversación.

—Ninguna de ellas sería capaz de traicionarnos.

—Lo sé. Esta medida no es por ellas, es por ustedes. A cualquiera de ellas las pueden seguir si tenemos a un informante dentro de la empresa, si es así las conocen a ellas y no quiero ponerlas en riesgo y quiero que entiendan muy bien lo importante qué es eso.

Lo comprendo, mucho más de lo que piensa, pero el solo pensar en que no podría ver a Sarah hasta que todo esto se arreglara me parece una verdadera tortura porque solo sabía Dios cuánto tiempo iba a tomar el descubrir quién estaba detrás de todo eso. Y por si eso fuera poco saldríamos de gira luego del cumpleaños de Athan, lo que me dejaba muy poco tiempo para poder estar con ella.

—Phoebe, no nos dijiste dónde estamos —insiste Athan.

Ella nos mira a cada uno de nosotros antes de soltar un suspiro.

—En este edificio está el departamento de Neo, se quedarán aquí. Fue comprado hace algunos años por lo que no es nada que llame la atención de la prensa. Tendrán todo lo que necesiten, pero necesito que me prometan que pondrán de su parte.

—Lo prometo —dice Athan a mi lado sin dudar.

Lo miro, pero él tiene la vista fija en Phoebe. Ella me mira cruzándose de brazos en espera de una respuesta.

—Lo prometo, Phoe.


****


Lanzo una pelotita hacia el techo, baja y la tomo antes de que me caiga en la cara. Vuelvo a lanzarla y repito este proceso durante bastante rato.

Han pasado tres días desde que comenzó nuestro arresto domiciliario y me aburro como una ostra. He cumplido con todas mis tareas de la universidad, he asistido a mis clases online y acompañado a Sarah vía Skype, pero no tengo nada más que hacer.

El lugar no puede ser mejor, me enamoré de él apenas entré. Apolo no había escatimado en gastos, era el jodido penthouse, estaba en el piso 35, tiene una vista espectacular de la ciudad y del otro lado está el mar. Cuenta con tres dormitorios enormes, gym, patio y piscina. Definitivamente Apolo se había esmerado con esto, pero no queda ahí. Phoebe lo había decorado para mí, para que pudiera utilizarlo cuando quisiera. Tenía todo lo que necesitaba, inclusive una de las habitaciones había sido adaptada para servir como un pequeño estudio de grabación, tenía un par de teclados y un piano de cola. Joder, tenía mi propio piano de cola, por unos segundos aluciné al estar rodeado de todo esto, porque era estar en un jodido sueño. Claro que poco tiempo me duró la emoción, porque estaba aquí por las razones equivocadas.

Athan por su parte desde que llegamos se encerró en la habitación de invitados, apenas si lo he visto en estos días. Por las noches fisgoneo en su habitación para comprobar que está vivo, luego de comprobarlo solo lo molesto para que coma, no siempre lo logro, pero puedo ser muy molesto cuando me lo propongo.

También he hablado con Alejandra, ella me ha mantenido al tanto de cómo está la situación. Aún no han revelado ningún nombre, pero están especulando mucho con el tema.

Mi teléfono suena y lo miro con desconfianza en la mesita de noche. Últimamente las llamadas no tienen buenas noticias. Suena y suena, y con pesadez me siento en la cama y me estiro por él.

—Hola.

—Hey, enano —saluda Apolo.

—Apolo.

—Veo que alguien no está muy feliz.

Resoplo.

—Quiero verte encerrado a ver si estarás muy feliz tú.

SAGA LUX II | El amor de NeoWhere stories live. Discover now