𝓐́𝓷𝓰𝓮𝓵 𝓻𝓸𝓳𝓸.

Capítulo III: un beso sabor a tequila

Venus

Estoy sacando los libros que me corresponden hoy de mi casillero para ir a la clase de comunicación, la última del día. Esta es una de mis favoritas y la profesora explica muy bien. Más tarde iré a disculparme con el profesor de ayer por el desastre que causé.

Estoy sumida en mis pensamientos mientras canto una canción que últimamente no me he podido sacar de la cabeza "Save Your Tears" de The weekend y Ariana Grande. Es bastante pegadiza.

-Venus-. Escucho la voz de mi mejor amigo, sintiendo como pone sus manos en mi cintura, y doy un pequeño brinco, asustada. No esperaba que apareciera así de la nada. Frunzo el ceño.

-¿Qué?

-He obtenido información de Dante-. Dice con aires de suficiencia. Está apoyado contra el casillero, en una típica pose de fuckboy.

-Vale. Te escucho.

-Se llama Dante D'angelo. -Toma impulso y me preparo para recibir bastante información- y llegó de intercambio desde Francia. No sé nada más. Parece un asesino buscado por el país porque no logré encontrar nada de él, aparte de su nombre, pero ni siquiera sé si es el real.

-Me decepcionas, Harry. ¿Desde cuándo no puedes encontrar información de alguien? si pareces del FBI.

-Lo sé, es frustrante.

-Sorprendente, estás perdiendo tu toque.

Nos dirigimos a nuestro salón entre risas y bromas. La clase pasa lenta, incluso más que ayer, pero cuando el timbre suena, salgo de prisa con Harry, no veía la hora de irme.
Vamos caminando juntos por los pasillos rumbo a nuestra residencia.

-¿Qué piensas sobre ese nuevo asesino? -. Le pregunto a mi mejor amigo.

-Pienso que tienen razón en tener miedo. Es un asesino en serie que ha matado a más de cinco mujeres en esta ciudad, y quién sabe si hay más cuerpos que aun no han sido encontrados, por eso deberías tener cuidado.

-¿Y eso qué tiene que ver conmigo? -. Mi mirada es desafiante.

-Todas las mujeres que ha matado tienen entre 20 a 25 años, y tienen rasgos parecidos a los tuyos-. Saca una manzana de su bolso y le da un mordisco - Tú tienes esos ojitos azules que hacen que mi lado heterosexual casi salga a la luz. Y ni hablar de las pequeñas pecas en tus mejillas y de lo bien que te ves sonrojada-. Habla y hace que me sonroje por un instante. Dejo un golpe en su hombro, pero él sigue hablando.

-Oh, Dios. He descubierto algo-. Me hace una seña para que me acerque a él y veo preocupación en sus ojos, frunzo el ceño, con confusión

-Eres la victima perfecta para Ángel rojo- Susurra en mi oído, y entonces rompe a reír a carcajadas. Le doy otro golpe en el hombro, esta vez más fuerte que el anterior, y después me uno a su risa. Deja de reírse y me mira directamente a los ojos.

-Aunque en serio, debes tener cuidado- dice preocupado y se que habla en serio.

-Lo tendré.

Llega la noche acompañada por mis ansias de ir a la primera fiesta del semestre que será organizada por la fraternidad Sigma Alpha Rowling. Las fiestas en las fraternidades de esta universidad suelen ser muy divertidas, aunque a veces se salgan un poco de control.

Con salirse un poco de control me refiero a la vez que una fiesta duró las 24 horas completas. Recuerdo que era final de semestre, y todo comenzó con una simple reunión. Solo Harry, un par de amigos y yo viendo una película y tomando unas cuantas cervezas. Pero entonces resulta que a mi encantador mejor amigo le vino a la cabeza tomar una foto y subirla a instagram, poniendo de descripción "Fiesta en mi casa, y todos están invitados". Ninguno de nosotros pensó que le harían caso, pero como es Harry, claro que lo hicieron. A los veinte minutos teníamos nuestra fraternidad llena de desconocidos bailando, bebiendo, y haciendo cosas que prefiero guardármelas para mi. Ese día todos terminamos borrachos hasta no poder, y con una resaca del infierno.