- ¿Una galleta?

- Gracias – respondió Isadora mientras jugaba con la rodaja de limón del té.

El sol se ocultaba en la ventana oeste e Isadora recordó que debía marcharse. Agradeció a Minerva por la atención recibida, se acercó a la chimenea y tomó un puñado de polvos Flu. Habría indicado la dirección a la que deseaba ir de no ser por alguien que entró sin avisar.

Snape cerró la puerta tras él mediante magia y le hizo un encantamiento silenciador.

- Severus, ¿Qué sucede?

- Lamento molestarla, Minerva. Isadora, va a ser mejor que te quedes un momento más. Hay que alertar a la Orden, Potter no está.

- ¡¿Cómo que no está?! – exclamaron las dos al mismo tiempo. Isadora salió de la chimenea.

- Al parecer cree que Black está en manos del Señor Tenebroso.

- Eso es imposible, Severus. Sirius no ha salido y no tiene razón para hacerlo.

- Eso es obvio, Isadora, la cuestión es que Potter lo vio y fue tras él.

- ¿Lo vio? – preguntó Minerva

- Como vio a Arthur Weasley – dijo Snape sin la menor consternación.

El salón de Transformaciones a su alrededor se hizo borroso, Isadora sólo veía repetirse otra vez lo que catorce años atrás había sido el peor día de su vida. Pero no podía ser, estaba segura que Sirius estaba en Grimmauld Place, todo debía ser una trampa. Era Harry quien en realidad estaba en peligro.

- ¿A dónde crees que fue? – preguntó mientras se acercaba a la puerta.

- El departamento de misterios, El Señor Tenebroso quiere la profecía. Potter no está solo, también desaparecieron los Weasley, Longbottom, Granger y Lovegood. – Isadora cerró los ojos con fuerza como tratando de repeler las imágenes del desastre que se formaban en su cabeza.

- Tal vez podamos encontrarlos antes que lleguen a Londres – recordó que la brújula de Sirius estaba en Grimmauld Place.

- Ya es tarde para encontrar gente el ministerio – opinó McGonagall.

- Iré a Grimmauld Place entonces. Minerva, avise a Alastor Moody; Severus, a Kingsley Shacklebolt.

El cuartel general de la Orden no estaba conectado a la Red Flu por razones obvias, Isadora se alejó de los terrenos de Hogwarts para poder desaparecerse en dirección a Londres.

Cuando entró a la casa ignoró completamente a Walburga gritando en la pared y corrió por el pasillo hasta la sala de estar, podía escucharse el griterío desde afuera. Cuando abrió la puerta Sirius fue el primero en correr hacia ella.

- ¿Qué te dijo Snape? – preguntó tomando a Isadora suavemente por los hombros.

- Harry cree que Voldemort te tiene a ti, o al menos eso vio, tenemos que irnos ya.

Sin una palabra más Tonks, Remus, Sirius, Kingsley, Alastor e Isadora echaron a andar por el pasillo hacia el exterior.

Media docena de Thestrals los recibió al llegar a una calle lateral del Ministerio. Tonks estuvo muy cerca de chocar con uno de ellos.

- Ya entraron – dijo Kingsley – no podemos aparecernos dentro del ministerio. Tenemos que usar las entradas convencionales.

- La más cercana es la cabina de visitas – avisó Tonks – pero no vamos a entrar todos juntos.

- Kingsley, Nymphadora – los llamó Moody. Tonks bufó molesta – Conmigo. Ustedes tres vayan en el próximo.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now