Razones

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Jane bajó la mirada al instante y se obligó a sí misma a respirar. Dejar fuera de su cabeza esos pensamientos era lo primero que tenía que hacer para poder manejar la situación si era que podía. Lo que no parecía poder hacer. Sus manos habían empezado de temblar y solo hasta ese momento lo había notado ya que al igual que sus piernas las sentía inestables, débiles.
Sentía también La mirada de Jason y la de Alan. 
Y algo dentro de sí misma quería explotar hasta volverla partículas en el aire. Era como si de repente, lo único que quisiera fuera desaparecer de la vista de ambos hombres, porque muy a su gusto o no, un impulso reprimido dentro de su cerebro estaba a punto de hacerla lanzarse a los brazos de Jason y envolverse en ellos. 
Pero la otra parte sana de su mente la mantenía en su sitio. 
Se sintió mierda entonces , la peor de las mujeres porque sabía, Sabía que estaba siendo injusta con Alan, injusta porque a pesar de haber pasado más de mes y medio a su lado, sin ver a Jason, él aparecía y todo en su mundo se descontrolaba. Todo se volvía entorno a él
Alan no se merecía eso. Una mujer como ella, incapáz de dejar atrás aquello que le hizo daño no era lo que él merecía. Merecía a alguien mejor.
Recobró el sentido ante su último pensamiento y levantó la vista con quedo, para ver de nuevo ese par de ojos miel, para oler de nuevo aquel fastidioso perfume caro.
Para ver también a su novio. A Alan.

-Entonces – Escuchó decir al pelinegro entre dientes, de mala gana - ¿Qué haces aquí, Jason? – Se abrió paso entre la puerta y Jason y se quedó de pie junto a ella, pasando de Jason como si no hubiera sido su amigo por mucho tiempo, como si prácticamente fueran desconocidos – Es raro verte después de… - Hizo una pausa - tanto tiempo.

-Sí, verdad - el sarcasmo de Jason fue palpable al tacto y su sonrisa, que se dirigía a Alan estaba llena de cinismo. Un cinismo puro que ocultaba la punzada de amargura que le provocó verlo de nuevo junto a ella, recordándole el modo en que la había perdido. – Me imagino lo mucho que te alegras de verme de nuevo y justo aquí ¿Verdad? – Alan arrugó la frente al escucharlo hablar - Tal vez – Continuó Jason - deberíamos hacer una fiesta de reencuentro ¿No? Estoy seguro que Jane estaría encantada de asistir – Jane quién había estado evitando sus ojos, en ese momento lo miró. Entonces él sonrió con serenidad y agregó: después de todo, hace mucho tiempo que no ve a su esposo ¿Verdad?

La castaña se mordió el labio, irritada y cerró la mano con fuerza forzando sus nudillos para contenerse. Jason. Estúpido, tarado e idiota Jason. Como odiaba que siguiera siendo tan… él.
Que siguiera diciendo esas cosas sin sentido, que siguiera teniendo esa condenada personalidad extraña, que siguiera creyéndose su esposo. Se daba cuenta de todo con solo escucharlo y mirar esa jodida expresión en su rostro. Ella podía verlo a través de sus ojos. El único propósito que quería conseguir diciendo todo eso era provocar a Alan. Hacerlo enfadar. Y parecía haberlo hecho. Haber provocado a Alan quién siempre permanecía tranquilo. Increíble. Jane observó al pelinegro detenidamente y pudo ver como con disimulo tensaba la mandíbula y rechinaba los dientes ofuscado. Como lo miraba a él y todo era por culpa de ella. 
Alan tragó en seco y frunció los labios. Se había dicho a si mismo mantenerse calmado, pero… no podía dejar de sentirse molesto. Se sentía irritado como un demonio y todo porque… porque los había encontrado tan solos y tan cerca, porque no podía borrar de su mente la expresión que vio en los ojos de Jason mientras miraba a Jane, porque no podía asegurar ahora que él no la quisiera… Eso lo jodía de pies a cabeza. 

-Me place darme cuenta de que aún continúas con esa idea, Jason. – soltó con serenidad. 

Jason miró a Jane al instante y otra punzada, esta vez de ansiedad, al verla tan callada y tan cerca pero distante de él lo hizo descender un poco en su firmeza. Lo hizo dejar de lado la confianza con que antes la había mirado y poner en su lugar el biso de un titubeo, esto era porque a pesar de todo, sabía que no tenía nada que hacer en ese momento contra él. Alan tenía las de ganar en cualquier oportunidad. Ella le había dado el premio al marchase con él. Tragó gordo, dejando de lado la realidad del momento y sonrió sereno. Ignorando las palabras de Alan. Como si nada pasara. 

-Qué no este ejerciendo mi papel de marido, Alan – Le soltó con soberbia, Aún con sus ojos ella. – No significa que no sea mi esposa. Aún no nos hemos divorciado, así que técnicamente es mi mujer, Todavía.

-Muy bien dicho, Jason – sonrió el pelinegro – todavía, no por mucho tiempo más. – La mandíbula de Jason se tensó. Por un momento se imaginó cayéndole a golpes a Alan y agarrando a Jane de la mano y llevándosela a otro lugar para besarla hasta cansarse, pero se contuvo y en vez de eso se quedó callado. Pensaba que solo por respeto no le rompía la cara a Alan. Porque ganas, ganas no le faltaban – Entonces, Jason – La voz de Alan lo volvió al presente y notó como este sostenía la mano de Jane - ¿Qué es lo que estás haciendo aquí? ¿Acaso no se puede saber?

Jason se pasó la mano por el cabello, notando que las tenía sudadas y los miró a ambos. Ignoró con dificultad el hecho de que la mano de Jane estuviera entrelazada con la de Alan. 

-Aquí, en el cuarto de utilería – respondió irónico - vine a buscar unos tornillos que unos chicos encargados de la logística de los escenarios olvidaron acá dentro. No se porque motivos unos tornillos estarían en este cuarto, pero acá me mandaron 

-¿Hablas de Matías y los demás? 

-Si Matías es el señor que va de un lado para otro vestido de overoles azul oscuro y se encarga del armamento de los escenarios, si, sí hablo de él
Alan ahogó una risa burlesca 

-¿Y qué hacías tú con Matías? 

-Pues vi lo que hacían y me gustó. Al final ofrecí mi ayuda.
Fue Jane quién rió ahora ¿él ofreciéndose a Ayudar? 

-Vaya – dijo sin siquiera darse cuenta - Quizás hoy llueva helado por eso. Jason McCain ofreció su ayuda. Que sorpresa.

-Y quizás tu grites como loca cuando el helado caiga del cielo – le dijo – Si mal no recuerdo lo odias.

Estúpido. Claro que odiaba. Y él era el culpable.

-La cuestión es que ofrecí ayudarlos – La miró - y mira que linda sorpresa me llevé. Debe ser una señal ¿No crees, Jane?
Jane le volteó la cara. Alan la estaba mirando en silencio. 

-Solo para los que creen en esas cosas, yo no creo.
Jason rió sereno

-Qué bueno que yo sí.

-¿No crees que te estás pasando un poco Jason? - intervino Alan tranquilo. Dándose un aire de serenidad que no le gustaba para nada a el rubio. Jason negó con la cabeza y dejó escapar una de esas sonrisas coquetas suyas. Jane fue la receptora de ella.

-No lo creo – Respondió a Alan – De todas maneras, No creo que esa sea la razón que quieres escuchar del que hago aquí, supongo. – Jason giró su vista ahora hacía Jane – No vine por ella – le dijo – Pero ¡vaya casualidad! Estoy aquí por Ronald, Alan – El rostro de Alan, que había estado denso, se arrugó – no creo que valga mucho la pena no decirlo ahora puesto que te vas a enterar. – Jason dejó escapar una sonrisa de satisfacción y lo soltó – Voy hacer el protagonista de la película que Ronald dirigirá con tu ayuda. Soy su personaje principal.

-¿!Eh!? – La voz ahogada de Jane salió sin ser detenida y el agudo tono, resonado en el aire con sorpresa, llamó la atención de Jason. Ella dio casi sin notarlo un paso hacia atrás, Más que nerviosa, Totalmente incrédula - ¿Qué dijiste?

-Que haré otra película Jane, felicítame, Al menos podrías ser amable ¿No? 

Jane negó con la cabeza, dejando escapar aire y levantando la mirada, todavía incapaz de asimilarlo. ¿La estaba jodiendo? 
Jane miró a Alan, como si él pudiera decirle algo, pero estaba casi tan sorprendido como ella.
Su mandíbula estaba tensa y una línea asomaba en su frente. Vio la placida sonrisa que cargaba Jason en el rostro y maldijo su suerte. Sabía lo que significaba que Jason fuera el personaje principal de la película y eso lo ponía de malas al instante. Eso Significaba un Jason más cerca. Significaba un pasado que regresaba. Un pasado que… Podía estropearlo todo.

-Pero que noticia – Tarareó el pelinegro sin la más mínima emoción, mostrando indiferencia cuando en realidad quería gritar – Jane es la escritora de ese Guión, Jason. Tampoco vale la pena no decirlo ¿verdad?

En blanco. Jason volteó a verla. Ahora, todo tenía sentido.

Amor por Accidente [TERMINADA]Where stories live. Discover now