"Un consejo"

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 Jane no pudo apartar sus ojos de Alan ni un solo momento desde su revelación, estos Seguían brillando con aquel brillo que irradiaba confusión, temor, duda.
De ninguna manera, era imposible... No, ella... Simplemente. ¿Cómo iba a entrelazar las señales? ¿Cómo podía pensar, aunque fuera por un momento, que ella sería esa mujer casada de la que él tanto le habló? Jamás se lo vio venir, era.. Absurdo el solo pensarlo ¿Por qué una chica tan joven, no muy bonita y algo torpe como ella le gustaría? Además, él no había tenido el tiempo suficiente con ella como para atraerle, entonces ¿En qué momento pasó? ¿Realmente no estaba bromeando? Tampoco tenía forma de saber la vida que llevaba con Jason como para afirmar que era infeliz, así que ¿Qué? ¿Por qué mientras hablaba de su mujer casada, él decía que ella no era feliz al lado de su marido? ¿Acaso él sabía algo? No... no había manera. Pero... esto... Estaba muy sorprendida para pensar, Alan... él le había echado un balde de agua fría con esa revelación.

-Yo... esto, Alan, tu... ¿Cómo podría ser verdad?

-Estas en el derecho de dudar en si creerme o no, Jane – le dijo, sereno, como siempre - así que No te preocupes, que realmente ahora no estoy esperando una respuesta de tu parte, esto solo cuenta como parte de mi regalo de cumpleaños ¿Vale?

-Alan...

-Solo quería que lo supieras. - La interrumpió. Pero aunque él se lo dijera así, tan tranquilo, como si nada pasara, para ella era muy complicado de tratar, lo miró fijamente pero no pudo hablar - ¿Nos vamos? – Le dijo él. Ella asintió. Quizás habían sido muchas cosas para un solo día.

El silencio camino a casa fue aterrador. Mas para dos personas que solían hablar mucho, Alan estaba conduciendo y ella miraba por la ventana. Estaba demasiado callada, pero no sabía que decir tampoco para iniciar una conversación y no es que fuera sencillo. Se quedó callada por unos minutos más intentando aclararse, y luego lo decidió, Aunque le era difícil comprenderlo e incluso llegar a creerlo, decidió que las palabras de Alan, no... no le desagradaban mucho.

-Escucha, Alan... - Murmuró en tono suave, el pelinegro giro su cabeza para verla y le sonrió, luego volvió a mirar al frente.

-Escucho, Jane.

-La verdad es que... - Alan esperó a que dijera algo, pero no dijo nada – Mira, Cuando te sientas solo, o quieras comer acompañado o estés enfermo o simplemente quieras hablar con alguien, solo llamame ¿Vale? Quizás no seré lo que esperas, pero seré tu amiga, una de verdad – el ojos negros le dedicó otra mirada pensando en lo hermosa que se veía cuando estaba nerviosa o cuando las cosas la tomaban desprevenida y dejó escapar un poco de aire cuando ella agregó - ¿Sabes? si no estuviera casada yo creo que tu... podrías gustarme.

Alan se descubrió a si mismo riéndose como estúpido a la mención de las palabras de la castaña y solo se preguntaba "¿Y si hubiera llegado antes?" "¿Seria todo diferente? " Él Jamás imaginó que ese día, cuando la conoció en el hotel de Rusia, Ella se volvería en una persona tan importante para él, es decir ¿Cómo imaginar que terminaría enamorado de esos ojos cafés?

Y Jane... ¿Cómo asimilar las palabras de Alan? Soltó un suspiro al cristal y dejó de pensar en eso.
Minutos después llegaron a casa en donde Jason se encontraba despierto, ansioso y Molesto. De esto último, hasta el tope.
Se percató de su llegada porque escucho el auto fuera de la casa lo que le hizo revolver el estómago aún más, solo significaba una cosa, él la había traído. ¿!Que no pudo pagarle un taxi!? ¿Y qué horas eran? Las 9 y media de la noche, Ja, Debería ser un pecado que una mujer casada llegara a esa hora con otro hombre a su casa. Se asomó por la ventana y se mordió el labio, luego vio bajar a Jane y corrió rápido a tirarse en el sillón para parecer dormido cuando ella entrara ya que tampoco es que le fascinara la idea de que ella pensara que había estado despierto y esperándola, porque no era así. Claramente, solo estaba preocupado, si, Mierda, tampoco había comido.

Jane entró con cuidado a la casa y lo vio dormido en el sillón, se acercó extrañada osea ¿Jason, el que siempre le decía a ella que buscara su cama cuando se quedaba dormida en el escritorio, dormido en el sillón? Wao, definitivamente un acontecimiento gigante, Cuando estaba a menos de tres pasos él, Jason pareció moverse y despertó.

-Has llegado – le dijo y ella se volteó rápido para ir a la cocina ¿Dormido? ¿Cómo podía despertar tan rápido? Refunfuño entonces al acordarse de todo lo que el muy tonto la había hecho pasar antes de salir, de todo el oficio que la hizo hacer, Estúpido. Dejo el bolso en la mesa y lo sintió caminar tras ella - escuche un auto fuera - le dijo - ¿Te trajo Alan?

-Si – le respondió y frunció el ceño al mirarlo, Jason no sabía ni para que lo preguntaba si perfectamente conocía la respuesta - ¿Crees que él me dejaría volver sola? – Jane volvió a girar y le dio la espalda, no supo porque, pero Jason sintió que eso fue una puya para él. Y seguro lo era.

-Y entonces ¿Para qué quería verte? - Jane sacó de la nevera una jarra de jugo de naranja y se echó en un vaso, Jason seguía observándola. No le respondió.

-Te pregunte algo, Jane ¿podrías responderme? - Ella lo miró y luego lo soltó.

- Hoy era su cumpleaños.

-¿Su cumpleaños? – repitió Jason. Jane alzó una ceja

-¿Cómo posible que no supieras? Se supone que son amigos. Los amigos saben esas cosas ¿No?

-Pues no soy muy bueno recordando cosas - Replicó él - ¿Algún problema con eso? – Jane volvió a guardar silencio – entonces, era su cumpleaños ¿Y? ¿Qué tiene que ver eso contigo?

-Ni sus padres, ni sus hermanos estaban aquí, así que él... él simplemente quería cenar conmigo.

-¿Qué? – No podía creérselo - ¿Solo cenar? – Jason bufó y se mordió el labio para no decir más, era mucho descaro para él ¿Por qué si quería cenar con alguien, no invitó a alguien más? - ¿Quién se cree que es para estar invitándote cenar, eh?

- Mi amigo – le respondió ella.

-¿Crees que se ve bien que una mujer casada salga con otro hombre? - Jane alzó una ceja, no se podía creer que fuera precisamente él quien dijera eso. Un cínico, era Estúpido.

-¿Me lo estás diciendo tú? – le dijo con ironía – ¿Tu... Quien cada vez que puedes sales con Alice? -

-No es lo mismo.

-No, claro que no lo es – renegó ella- Alan es solo mi amigo y yo no... - "No siento nada por él así como tú por la desteñida" quiso gritarlo, pero se reprimió. No podría decirlo en voz alta, como un demonio. No podía.

-¿Tu no que..? – repitió él, ella lo miró.

-Nada, Jason, Nada, el hecho aquí es que no es lo mismo. Alan es un buen chico, Se divierte conmigo y me gusta sentirme cómoda con él, es que cuando estoy con él, me puedo dar cuenta de que mientras para ti no soy más que la chica a la que le pagas por hacer el oficio y hacerse pasar como tú esposa, para él puedo ser ... algo así como un regalo.

-¿Cómo un qué? – Jane lo ignoró.

-Ahora si me disculpas... Voy a dormir.


La castaña subió a su habitación sintiendo que estaba a punto de estallar y se tiró a la cama. Era.... Demasiado. Mucho, mucho para un solo día. No tenía la más mínima duda de que esa noche, no lograría conciliar el sueño.


Al igual que el rubio en su cama. Estaba con la sabana hasta la cintura y con el ojo bien abierto. ¿Había escuchado bien a Jane? ¿ella podía ser un Regalo para Alan? ¡Regalo!? Regalo sus calzones, ella no era regalo de nadie. Mucho menos de Alan...

Alan. Él tampoco podía dormir.
La imagen de la sonrisa de Jane, el recuerdo de su voz delicada y la mención de sus palabras "Si no estuviera casada... podrías gustarme" lo tenían con insomnio al cien por ciento, No era algo que pudiera controlar, no era algo que quisiera controlar, pero... sabía que de una forma, tenía que hacerlo. Por lo menos, hasta que llegara el momento adecuado, Jason tenía que dejarla, él sabía que Jason lo haría, pero Demonios ¿!Cuando lo haría!? Ya empezaba a desesperarse.
Se quitó la chaqueta negra que llevaba puesta y en el mueble de la sala, estar sentado ahí, en medio de la oscuridad no era que le ayudase mucho a conciliar el sueño y es que realmente esa no era manera de agarrarlo, se fue a su cuarto entonces y Se quitó la camisa luego se dejó caer en la cama, su grande, amplia y sabe cama, su torso desnudo quedo expuesto al instante y el frío del aire acondicionado lo golpeó de frente, pero no le importó, tenía la mente muy ocupada en otras cosas, en otros asuntos que relacionaban a Jane directamente, Pensaba en que quería hacerla su mujer, pensaba en que Quería que Jane fuera suya.



Al día siguiente el pelinegro tenía que reunirse con Camile, la persona a la que había encargado de su revista "M&T" allí en Alemania. Tenía que verla alrededor de las 9, y ya iba 10 minutos tarde.
Cuando llegó al edificio, noto lo bien cuidado y organizado que estaba así que se alegró de haber dejado a una persona eficiente a su cargo, después de todo, tener tantos negocios, a veces resultaba cansado. Se dirigió directamente hacía el cuarto de fotos, en donde en ese momento precisamente, estaban haciendo una sesión.
Sonrió para sí mismo cuando estuvo en la puerta. Debía ser una broma pero No lo era.
El famoso actor "Jason McCin" era a quien fotografiaban y por ende, era la próxima estrella en la portada de "M&T" su revista.
El pelinegro intentó sonreír mientras se acercaba un poco hacía Jason, pero no pudo salirle una sonrisa sincera. Y es que... no quería verlo. Aún no. No después de darse de lo mucho que deseaba a su mujer.
Para su suerte, a Jason tampoco le gustó la idea de encontrárselo de improviso, Una vez lo vio, se le descompuso la cara, como si un dolor de estómago lo hubiera atacado, frunció el ceño, y es que simplemente no le agradaba la idea de que Alan, el que consideraba a su esposa como un regalo, estuviera ahí. Quiso comérselo con los ojos. Sentía... cierta apatía hacía el tema, Intentó ignorarlo concentrándose en el flash de las cámaras, pero, fue casi una odisea el conseguirlo ya que solo podía hacerse imagines mentales de él y Jane comiendo juntos.

Camile, la encargada se le acercó a Alan con una sonrisa y este apartó los ojos de Jason.

-Todo de maravilla por aquí, Director – el pelinegro le dedicó una mirada a la chica de baja estatura y pelo negro – Con Jason como portada, no habrá duda de que este mes seremos los más vendidos.

-Esperemos que si ¿Verdad? –Le sonrió a la chica y luego volvió a concentrarse en Jason. ¿Qué es lo que Jane habría visto en él? Él Jamás se había parado a preguntárselo. La verdad, Nunca se había parado pensar en nada sobre ninguna mujer, pero bueno, ya sabía que ella no era común, desechó ese pensamiento a un lado, cuando la sesión de fotos terminó y Jason se le acercó.
¿Quién lo diría, eh?

-Hola, Alan – le dijo, Alan Tampoco se habría imaginado nunca que el rubio se le acercaría a saludarlo, esto si que había sido una sorpresa ya que conocía a Jason y sabía que uno de los más crecientes defectos en él, era el orgullo - Tiempo sin vernos. 

-Mucho tiempo, Jason – respondió el pelinegro - Aún cuando estoy en Alemania, Mal de nuestra parte ¿No es así? – No fue muy difícil para Alan darse cuenta de las vibras de Jason y bueno, él tampoco tenía mucho que dar al respecto, seguramente se sentía igual que él - ¿Cómo estás? – preguntó para alivianar el ambiente.

-Podría estar mejor – respondió Jason y lo miró, ojos llenos de una falsa calma - pero... ¿Qué hacer No?

-Si tú lo dices – Aludió Alan tranquilo frunciendo los labios, Jason se mordió la lengua, para no decir ninguna tontería.

-Escuché que fue tu cumpleaños – el rubio se pasó la mano por la barbilla y se aclaró la garganta, lo menos que le importaba era su cumpleaños - la verdad no lo sabía, disculpa.

-Que va Jason – le dijo Alan – No te disculpes porque después de todo yo tampoco sé cuándo es el tuyo.

Ambos rieron como aliviados y luego el silencio fue... incómodo. Ninguno habló hasta después de unos minutos.

-Y... ¿Cómo esta Jane? – Jason tragó y quiso reírse por el descaro, seguramente, este tema era bueno si lo que quería era hacerlo perder el control, Demonios, Volteó a ver al pelinegro y no pudo tragarse el ironía en sus palabras.

-Pues... Deberías saberlo ¿No? Anoche saliste a comer con ella.

-Anoche estaba bien – Aludió Alan sonó sereno, y esta serenidad que mostraba solo lo hacía perder el maldito control. Jason también sabía que posiblemente Alan lo hacía a propósito así que se controló, aunque le resultara estresante – No sé cómo amaneció, Quizás debería llamarla.

-Está de maravilla - ¿Llamarla? Si claro, seguro, entonces agregó – Esta mañana la dejé en la cama profundamente dormida. – Esta frase tampoco se la esperaba el pelinegro, quien frunció el ceño al escucharlo y trago gordo. No era de sorprenderse que algo así sucediera entre ellos, después de todo, ella Era su esposa. Pero, mierda, no soportaba ver en una sola oración las palabras "Cama, Jason, Jane"

-Me alegró que este bien, entonces – soltó entre dientes - es una buena chica.

-Lo es - Recalcó Jason con propiedad y lo miró fijamente a los ojos, mostrado en ellos, rabia, una rabia disimulada – escucha, Alan – dijo ahora y supo que ya no había marcha atrás, tenía que decirlo – No me molesta que veas a Jane, ni que hables con ella, pero ¿No crees que deberías decírmelo primero? Digo, podría malentender las cosas y no sería agradable hacerlo – Alan soltó una risita.

-¿Malentender? – repitió

-Jane no es como las demás mujeres con las que has estado – continuó diciéndole sin apartarle la vista - y además es mi esposa, No sé qué es lo que te propones y la verdad no me interesa, pero deja de hacerte el tonto y jugar con ella. – el ojos negro volteó a verlo al instante y ahora sus ojos no eran los más calmados del mundo. Era increíble que Jason le dijera eso cuando ambos sabían lo que realmente el rubio sentía.

-Pensé que no tenías ojos más que para Alice – Jason frunció el ceño – supongo que me equivoque.

-¿Estas bromeando?

-No lo hago, Jason – Replicó – Y no estoy jugando ni haciendo el tonto con Jane – Jason lo miró intentando mantener el control y apretó el puño. La sangre se le estaba yendo a la cabeza y eso no era bueno – Sé lo que quieres decir y me parece algo... estúpido viniendo de ti ¿Sabes? Porque realmente eres tu quien parece tontear con la situación y con Jane y sé que sabes a lo que me refiero. Si, a Alice, No quiero que me malinterpretes, pero Aún no he hecho nada de lo que tenga que pedirte disculpas y si quieres un consejo, te vendría bien no bajar la guardia porque... No pienso vacilar, Jason No me subestimes – Alan tomo un respiro y lo miró fijamente – si eres lo suficientemente inteligente cuidaras a Jane y si no, No pierdas tu tiempo y aléjate – Alan le apartó la cara y se fue.

Jason se quedó rodeado por otras personas en el cuarto de fotos pero parecía perdido en sí mismo ¿Qué le había querido decir exactamente con eso? "No bajes la guardia" "No pienso vacilar" "No estoy tonteando" y no es que no lo supiera, era que no quería admitirlo. De algún modo lo sabía, a Alan le gustaba Jane y si no era así... seguramente estaba en camino a gustarle.
Mierda. Pero... ¿debería hacer algo? Alan también tenía razón en una cosa... Alice. 


Amor por Accidente [TERMINADA]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ