"Incluso en la oscuridad, estaba el..."

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Afuera, la lluvia había mermado con una tranquilidad extraña. Como por arte de mafia, Ahora nada más quedaba la simpleza de algunas gotas de agua cayendo del cielo haciendo estorbo en la calle y el frio que llegaba con la casi noche, si, la lluvia afuera había terminado, pero dentro, en la cabeza de Jason, la tempestad apenas había comenzado con estruendo y fuerza, dando tumbos y dejándolo desorientado en el aire y espacio, se lo había llevado lejos, pero manteniéndolo firme, de pie, en la mitad de la sala con el teléfono en el oído ¿Había escuchado bien? ¿Se lo imaginaba? A pesar de que Alan ya había colgado hacía varios minutos, él aún mantenía el aparato en su oreja. ¿Qué mierda era la que estaba pasando? Por alguna estúpida razón, no se podía creer lo que acababa de oír, no le cabía en la cabeza, incluso, quiso pensar que se había confundido y había escuchado mal, pero no, fue inútil, él no se había equivocado, claramente tenía el recuerdo vivo en su mente y no lo alucinaba "Yo... voy apartar a Jane de ti" no era broma, el muy imbécil le había dicho aquellas palabras y eso lo sacaba de sus casillas como no tenía idea, Él se lo había dicho en verdad. ¡No tenía ningún respeto! Pero... La tenía a ella, en ese momento.
Jane, mierda, ella estaba en su casa, con él... los dos ¿Solos?
Eso era otra cosa que no se podía creer.
Miró el reloj frunciendo el ceño y tragó gordo, sintiendo la saliva como una masa gruesa al pasar por su garganta, lo que busco después, fueron las llaves del auto.




***



Cuando abrió los ojos, lo primero que percibió fue un aroma de comida esparciéndose por toda la casa ¿Sopa? ¿Alguna clase de caldo? Jane se sentó sobre el sillón confundida apoyándose con las manos, e intentó recordar un poco ¿Hacía cuánto tiempo se había quedado dormida? ¿Dormida? Mierda, estaba en la casa de Alan, lo había olvidado por completo, Jason... Alan, pelea. Las imagenes empezaron a cruzar rápidamente por su cabeza, informándola de lo que dormida había querido olvidar.
Abrió y cerró sus ojos espabilando, para asegurarse de que no estaba soñando y se llevó las manos a la cabeza. Las paredes del fino color beis le daban tranquilidad y agradeció a Dios por eso pero aun así, a pesar del fino color beis, no podía sentirse del todo bien ¿A quién quería engañar? La tranquilidad era buena sentirla, pero sabía perfectamente que no era suficiente, hacía falta mucho más que eso para volver a ser quien ella era, su corazón estaba demasiado lastimado. ¿Cómo olvidar? Sintió el apretón en su estómago. Olvidar... era tan difícil.

-Mmm... Has despertado – La voz de Alan la alejó de su realidad para meterla a la fantasía. Al parecer, estar con ese chico de ojos negros, era lo que la hacía olvidarse por un momento de lo demás ¿No era... injusto? El pelinegro le sonrió con calidez y se sentó en el otro sillón, frente a ella. ¿Cómo es que él siempre tenía una sonrisa en los labios? - Llevas dormida más o menos 3 horas

-¡Tres horas! – exclamó, olvidando su ultimo pensamiento y abriendo mucho los ojos, No se lo podía creer, ¡eso era mucho tiempo! – Pero.... ¿Por qué no me levantaste?

-¿Para qué? – Sonrió de nuevo – ¿Tenías algo que hacer? – Jane relajo el rostro y dejó escapar un suspiro, era cierto, no tenía nada que hacer y francamente, ahora que lo veía de ese modo, lo que menos le interesaba era el tiempo - estoy haciendo caldo – Prosiguió él - ¿Quieres? Ya dejó de llover, y si no me equivoco tu ropa debe de estar seca.

Jane bajó la mirada avergonzada. ¡La ropa! Hasta de eso se había olvidado.

-Te he molestado mucho. – murmuró. Alan se pasó las manos por la cabeza.

-¿Ya no habíamos hablado sobre eso?

-Si, pero...

-Pero nada, Jane...

La castaña sonrió con quedo mirándolo por unos segundos, luego alzó las piernas en el sillón y se abrazó las rodillas con los brazos apoyando la barba en las rodillas cubiertas por la tela gris de la sudadera de Alan, Ahh... la sudadera de la Alan, estaba hecha en algodón al igual que su camiseta que llevaba puesta y todo era tan suave. Suave, se sentía tan bien.

-Puedes irte a cambiar – Dijo él otra vez - luego comemos y más tarde, si quieres, te llevo a casa. ¿Vale?

Ella levantó la mirada de inmediato. Alan se mordió el labio, esperaba que entendiera que ese "Si quieres" Significaba que no tendría que irse, que podía quedarse si apetecía.

"Te llevo a casa" la idea no sonaba nada bonita en su mente, al contrario, podía compararlo con el infierno si era posible, su propio purgatorio personal ¿Chistoso, no? Pero ¿Qué esperaba? ¿Qué pensaba hacer? No podía dormir allí con Alan y en algún momento tendría que regresar a su casa quisiera o no, quizás iba a ser difícil al principio, casi como una tortura, pero no duraría mucho tiempo porque confiaba en que todo se pasará rápido para ella, manejar la situación de la mejor manera posible, sin verlo, evitándolo lo más que pudiera mientras estuviera en la casa los próximos tres meses pero ¿Podría hacerlo? ¿Qué iba hacer? ¿Cómo podría luchar contra eso? Un nudo se le hizo en el estómago de nuevo y la decepción volvió a ella, matándola al recordar, se había entregado a él, a ese estúpido y él simplemente había jugado sin dudar, ahora se reprochaba el haberse sentido feliz por sus palabras ¿No era tonta?
Miró a Alan sonriendo falsamente y frunció los labios poniéndolos en una línea. No quería que él notara en sus ojos lo que estaba sintiendo en su corazón.
Aunque ya era tarde para eso. Alan había notado aquel sentimiento en ella desde el mismo momento en que dormida había llorado. Lo notaba ahora también, aunque ella quisiera sonreír.

-Me parece bien - Aceptó por fin, y se levantó del sillón – Entonces voy me cambio, comemos y luego me llevas a casa. ¿Vale?

-Vale - dijo él no muy animado.

Jane dio un paso dudoso para dirigirse al cuarto de lavado, recobrando sus fuerzas y mejorando su estado anímico cuando el timbre, sonoro y molesto, empezó a sonar repetidas y constantes veces dentro de la casa. Esparciéndose por todo el espacio a su alrededor. Miró a Alan frunciendo el ceño y retrocedió ese paso que había dado.

-¿Esperas a alguien? – Le preguntó. Él negó con la cabeza algo desganado, ya que sabía o más bien suponía, quien era esa persona detrás de la puerta.

-A nadie - le respondió.

El timbre se detuvo un momento dejando la casa en completo silencio, para empezar a sonar incansablemente otra vez después de unos segundos, La castaña volvió a mirar a Alan como preguntándole "¿No vas a abrir?" Pero él seguía sin moverse

-¿Abro por ti? – masculló indecisa y medio confusa. No sabía porque él no abría y creía que quizás debía hacer algo.

-No, no te preocupes – él se puso de pie antes de brindarle una sonrisa y camino hacia la puerta. Unos, dos, tres pasos hasta la entrada. Y no, simplemente no se sorprendió al verlo allí, de pie, para frente a él con la mandíbula contraída y la respiración agitada. Jason parecía realmente molesto. Pero ni siquiera lo miró a él, su vista se fue directamente al interior de la casa. Estaba buscándola a ella.

-Te dije que no tenías que venir - Aludió Alan con serenidad haciéndolo perder la poca paciencia que le quedaba – yo la iba a llevar luego, Jason – Jason dejó de observar hacia el interior de la casa y fijó su vista en él, dejándole saber con la mirada lo jodidamente enojado que se sentía por su culpa ¿Qué la llevaría luego?¿Luego de que? Apartó su mirada de Alan de nuevo con rapidez y entonces la vio, allí estaba ella, parada en mitad de la sala, usando ese suéter que tantas veces le había visto usar al pelinegro y aquella sudadera. ¿Su... ropa? La sangre pareció írsele más arriba en su cuerpo por esa razón entonces, explotando por dentro y cambiando la expresión de su rostro. Ya no era solamente el hombre que la había ido a buscar, ahora también era el hombre que la había ido a buscar y no entendía la situación, estaba confundido. Sus ojos lo demostraron. Jane lo miró casi incrédula también y frunció el ceño. De pronto, todo su cuerpo se había quedado inmóvil y una sola pregunta se había hecho espacio en su cabeza ¿Qué hacía él allí? En ese instante, Sus ojos se encontraron un corto momento, que queriendo o no, dijo mucho para ambos pero tan poco para la realidad, solo enredos por parte y parte. Cada uno con sus propias conclusiones. Él no entendía nada, Su corazón estaba demasiado acelerado y su mente muy revuelta, ya que aunque no quisiera admitirlo, estaba impactado, y lo que más le molestaba, sin entender porque, era verla con la ropa de Alan puesta, la respuesta era, que, quizás porque para él, el que una mujer usara la ropa de un hombre tenía otro significado ¿Lo tenía? Claro. ¿Por qué mierda tenía que estar llevando aquel suéter y esa sudaderas? ¿¡Por qué!? Acaso... ¿Él y ella? No... Cerró los ojos y suspiró negando con la cabeza, volviendo a apretar la mandíbula, mirándola, casi atravesándola con aquellos ojos miel, brillantes y confusos por toda clase de emociones.

Jane fue la primera en apartar la mirada, sin embargo, él no lo hizo ni un solo segundo.

¿Qué hacía allí? El corazón de la castaña se le quiso salir del pecho, pero lo disimulo bastante bien, no quería él se diera cuenta de cómo estaba por su culpa, Desgraciado, porque, Por qué tenía que ir allí. Ella aún no estaba lista para enfrentarlo. Necesitaba más tiempo. Ya... le había dicho muchas cosas hirientes.

-¡Jane, Vámonos! – Lo escuchó gritar, ella volvió a mirarlo abriéndole los ojos, confundida de su actitud, la sola mención de su nombre le hizo acelerar el corazón y las piernas casi le fallan "¿Vámonos?" Qué demonios era lo que se proponía ahora ¿Por qué simplemente no la dejaba? ¿No entendía que quería estar sola? - ¡Vámonos! – gritó de nuevo, pero ahora más parecía una orden que una petición, ¿Orden? Que descaro. A pesar de su tono de voz, demandante y fuerte, ella no se inmuto ni un poco, se quedó parada en la sala intentando controlar su respiración y pensando en que debía hacer, como debía actuar. Él ¿Qué derecho tenía de hacer todo lo que hacía? ¿Acaso no tenía conciencia? ¿No pensaba? Seguramente no lo hacía.

-¡Detente ya con esto Jason! – Fue Alan quien habló ahora en tono fuerte, parado frente a Jason en la puerta de la entrada, no soportaba ver la escenita estúpida que él estaba montando, no soportaba nada de eso, no soportaba ver cómo quería mandar sobre Jane ahora que ya sabía que realmente no tenía ningún derecho sobre ella – Te dije que yo la llevaría ¿No me has entendido? – el rubio lo miró irritado, Casi descontrolado, pensando en que si no tuviera tanto poder de sí mismo, muy probablemente le hubiera dado un golpe.

-Este no es tu asunto - le dijo con frialdad – No te metas.

-¿Crees que no lo es? – le respondió él a su vez en tono autoritario. Jason apretó la boca.

-En este momento no lo es, y estoy seguro de que lo sabes – Jason le apartó la mirada rápidamente y pasó el umbral de la puerta con pasos decididos, chocando el hombro de Alan. Se dirigía hacia ella.
Jane volvió a mirarlo dudosa mientras se le acercaba con esos ojos dominantes ¿Qué pretendía? Ni siquiera tenía idea de que hacía allí ¿Cómo podría saberlo? ¡Como mierda podía entender a un hombre como ese! no podía. Una vez Jason estuvo frente a ella, mirándola con seriedad, sin decir nada, la agarró de la mano capturándola con fuerza entre las suyas. Ella intentó decir algo para oponerse, pero en el mismo momento en que lo intentó, Jason la haló consigo, truncándole el intento de hablar y encaminándose con ella, a la puerta de la salida. La iba a sacar de allí.
Fueron unos segundos de casi inmovilidad por parte de Jane y solo se dejó llevar de la fuerza del Jason. Por un momento no lo comprendió, pero entonces la luz de los acontecimientos la golpeó de golpe y regresó a sí misma. Se dio cuenta de que él siempre quería tener el control sobre todo y de que no podía permitirlo. No esta vez.

Antes de llegar a la puerta, Justo cuando ambos estaban en frente de Alan, ella se soltó de la mano de Jason con un movimiento fuerte que lo dejó casi paralizado del asombro. Le costó asimilar que ella hubiera actuado así. Jane Lo miró fijamente, con frialdad en sus ojos, dejando detrás de estos un sentimiento de tristeza y de decepción contenida. Decepción, Jason la había visto antes en esas esferas cafés y la veía ahora de nuevo, lo que lo hacía sentir inexplicablemente mal, mal porque Jane había actuado así en frente de Alan y le demostraba que aunque fuera poco, él había ganado terreno con ella, Mal por todo, porque estaba enojado, porque estaba triste, porque no sabía lo que quería y por sobre todo, porque no soportaba la idea de que Alan y Jane estuvieran juntos, simplemente no lo soportaba, el solo pensarlo era... difícil. Estúpido, eso lo hacía sentir peor. Se suponía que eso no debería importarle por Alice, pero la realidad era otra, la realidad era que le importaba y mucho.
Volvió su vista a Jane que parecía implacable. Pero ella ni siquiera se quedó mirándolo por mucho tiempo. Ella giró su vista y dejó sus ojos en Alan, que estaba justo frente a ellos dos, en silencio, presenciándolo todo. Jason apretó los dientes, él ni siquiera debería saber cómo iba su relación con Jane, Demonios. Aun así estaba allí, frente a él y ella lo estaba mirando a él.

-Creo... - la escuchó decir en tono bajo, Alan sonrió con quedo al verla – creo que me tengo que ir ahora – el pelinegro se quedó observando sus ojos un momento y asintió – Gracias por todo ¿Si? Y disculpa esto, francamente, no esperaba que pasara.

-Yo tampoco – Aludió, y volteó a ver a Jason – pero nos veremos luego ¿Vale?

-Val... - Jason agarró a Jane de la mano antes de que pudiera responderle un sí o un no y la sacó de allí, dejando a Alan solo con un millón de pensamientos en la cabeza.
Jane... Jane... Jason.... Ahora que lo sabía no podía quedarse quieto mirando sin hacer nada. No podía.








***




El auto de Jason estaba en el aparcamiento a unos cuantos metros del edificio. Algunas gotitas de agua cayeron sobre Jane mientras Jason, aun con su mano, la halaba hacía el auto. El auto, Jason. Antes de estar frente al carro Jane se soltó de golpe de él y se llevó las manos al pecho para evitar que la volviera a agarrar. No le había dicho nada y no le había mirado ni una sola vez desde que habían salido del apartamento de Alan. No podía mentirse, y no tenía ganas de dirigirle la palabra.
Pero el destino parecía querer acercarla a él, ya que, cuando se disponía a abrir la puerta del auto gris para entrar, Jason lo hizo también, con la intención de facilitarle la entrada a ella y en ese instante, sus manos frías se tocaron unos segundos que la hicieron estremecer, Jane apartó su mano enseguida, pero le molestaba saber que lo tenía tan cerca. No quería sentir su presencia, su olor, su cálida respiración, en ese momento no quería percibir nada que proviniera de él.

Nada que la hiciera sentir.

Lo que vino después fue el viaje en auto hasta la casa. Jason tenía los ojos fijos en la oscura carretera de las 7 de la noche y pensaba con cada giro que le hacía al volante, que un viaje en auto nunca había sido tan silencioso e incómodo como ese, Jane solo había mirado por la ventana en todo el recorrido sin determinarlo ni un solo momento y él, a duras penas había logrado mirarla, ni siquiera sabía si quería mirarla, Aun se sentía molesto, irritado a rabiar. No soportaba verla vestida de esa manera, lo que era uno de los motivos por los cuales no la miraba ¿su ropa? ¿Dónde estaba? ¿Por qué se vestía con la ropa de él? No quería pensar que habían estado "juntos" en ese sentido esa tarde. Simplemente no podía pensarlo, Jane no haría algo así ¿No lo haría, verdad? De algún modo, tenía que pensar en él ¡No podía hacerlo! Imaginarla desnuda en los brazos de Alan, lo cabreaba más. Sin mencionar que no sabía cómo reaccionar o que hacer en cuanto a lo que le había advertido el pelinegro. ¿Él realmente podría apartarlo de Jane? ¿No la había apartado él mismo? Era realmente complicado. Y lo complicado iba al ver a Jane, tan callada y sería sentada junto a él en el auto, sabiendo en el fondo, que él era el culpable de aquella faceta en ella que no conocía.
Las estrellas se habían hecho en el cielo para cuando llegaron a casa. Ella bajo del coche antes de que él lo apagara y tiró la puerta con fuerza al salir, antes de dirigirse directamente hacia dentro. Él seguía sin creerse su actitud, si, él había metido la pata, pero y ella ¿Debería al menos explicarle, no?

Entró a la casa tres minutos después que ella y se encontró con que Jane ya estaba subiendo las escaleras, no había prendido las luces tampoco y lo ignoraba, lo ignoraba y lo estaba enloqueciendo, él mismo se estaba enloqueciendo. Pero ¿Y qué? Sus pasos marcados retundaban en el silencio de la casa y de pronto la soledad se apoderaba de esta. Jane ya había subido a su habitación. Él subió a su cuarto también, cerrando la puerta de su habitación de un portón justo como Jane lo había hecho segundos antes, se acercó a la cama y dejando salir su ira agarró las sabanas y las arrojó de un tirón al suelo. Estaba demasiado enfadado ¿Qué hacía? No lo soportaba, la presión parecía comerse todo dentro de su cuerpo y si seguía así terminaría explotando. No le costó mucho trabajo decidirse y tampoco el motivo, después de todo nada cambiaría.






***




Jane estaba con la cabeza hundida en la almohada reteniendo las ganas de llorar. Lo menos que quería era sumirse en una herida innecesaria por alguien que no lo merecía, lo único que quería hacer en ese momento era gritar y golpear a alguien ¿Quién? ¿Quién carajos se creía que era para comportarse así? ¿Por qué frente a Alan quien había sido tan bueno con ella? ¿Por qué la avergonzaba? Él ni siquiera la quería, ni siquiera era importante para él 'No se lo había dicho antes, entonces ¿Por qué? Resopló molesta sobre la funda banca que le escondía en rostro y contó hasta tres, no se había dado cuenta de lo agotador que resultaba la presión de esa situación y Jason, pensar en él... eso era más cansado todavía.
Se levantó un poco de la cama y se sentó en ella con las piernas cruzadas, quizás eran imaginaciones suyas, pero sentía una leve punzada en la cabeza desde hacía unos minutos y tenía la vista extraña ¿Borrosa? Si, borrosa, ¿Por qué....? ¿Por qué veía borroso? Ahh, la cabeza, ahora le estaba doliendo ahora con más afinidad que antes, lo que le dejó saber que no eran imaginaciones suyas. Sentía el dolor en su sien y le costaba abrir los ojos. Respiró un poco llevándose las manos a la cara para estabilizarse y pensar con lógica la situación ¿Desde cuándo se enfermaba tan repentino? El malestar que le había entrado de repente surtió un poco más de efecto cuando al abrirse la puerta, esta azotó contra la pared haciendo ruido ensordecedor que la dejó prácticamente espantada ¿Qué era? Jane levantó la vista de inmediato para cerciorarse y allí se lo encontró otra vez, con la bermuda caqui y el suéter negro, era Jason, mirándola impasivo con el cabello alborotado.
¿Acaso no se cansaba de joderle la existencia? ¿Quería más? ¿Quería hacerle más daño?
Él Caminó hacia ella rápidamente y se detuvo cuando estuvieron frente a frente, Jane no lo miró, pero el parecía inquebrantable.

-¿¡Por qué!? – Gritó incontenido - ¿Por qué carajos tenías que ir a buscarlo? ¿Por qué precisamente a él, eh? ¿Alan? ¿!Por qué!? – la castaña frunció el ceño y apretó el puño de sus manos. Jason estaba molesto, era increíble, se suponía que era ella quien debía estar enfadada, pero era él quien tenía el descaro de venir a buscarle pleito. No iba a soportarlo más, era demasiado cinismo para ella ¿Él pensaba? Es decir ¡Con que derecho se atrevía! Se mordió el labio con tanta fuerza que casi se saca sangre y le sostuvo la mirada con imponencia, pero para su mala suerte no pudo mantenerla así por mucho tiempo ya que, el síndrome de la vista nublada, le llegó en forma de mareo de nuevo y ese dolor en la cabeza, que antes era leve la atacó de golpe sin que se lo esperara. Luchó contra sí misma para no demostrar ni una sola seña de su malestar a Jason pero casi se le hacía imposible, sin mencionar que su sola presencia la jodía más - ¿No piensas responderme o es que estas sorda?

-¿Acaso te importa lo que yo haga o deje de hacer? – Su voz sonó tan fría como la nieve al caer a principios del invierno, él se quedó en silencio - ¿¡Qué si lo busqué a él!? – Gritó ella - ¿Cuál es tu puto problema? ¿No sabes que estar cerca de él es mejor que estar cerca de ti? – Jane descruzó las piernas, levantándose de la cama y lo miró fijamente, de pie, a unos cuantos centímetros de él, sus ojos estaban aguados nuevamente, no sabía si el motivo era la rabia o por la impotencia del momento, y desconocía cuánto tiempo iba a poder contenerse. – Lo busqué porque quise - concluyó al fin - ¿Esa es la respuesta que querías escuchar?

Las palabras de Jane habían entrado como cuchillo filoso en su cuerpo cegándole la razón. Ahora ni siquiera estaba actuando de acuerdo a él mismo o a lo que se había propuesto. En ese momento solo sabía que estaba molesto.

-Si es o no la respuesta que quiero es lo de menos - le respondió con frialdad. Jane volteó a verlo y se cruzó de brazos. No le cabía en la cabeza que una persona como Jason pudiera existir. Parecía de mentira, sin dolor, sin darse cuenta de las cosas, solamente actuaba ¿Qué sentimientos tenía? Más bien ¿Sentía? Su manera de comportarse le hacía tener tantas dudas, dudas que la llevaban a la misma conclusión: No valía la pena. Espabiló dos veces con la respiración un poco turbada y se llevó una de las manos cruzadas en el pecho a su cabeza. Le seguía doliendo, se había olvidado por completo de eso y se sentía inestable tal como lo estaba su vista. Borrosa. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se había empezado a sentir así?

-Pues a mí me parece que es lo de más – Replicó mirando a Jason – Porque realmente no tenía pensado venir a casa.

-¿Ah no? – Masculló él con cinismo - ¿Qué pensabas hacer entonces, eh? ¿Quedarte con Alan? Oh, no – La miró - no, esa no es la pregunta, la pregunta sería más bien ¿Qué fue lo que hiciste con él? – Jane frunció el ceño y si antes no entendía nada, ahora sí que menos ¿Qué de mierda estaba hablando? - Para que tengas su ropa puesta – prosiguió y entonces ella cayó en la cuenta. Mierda, se miró, era cierto, ella aun llevaba la ropa de Alan y ni siquiera se había percatado de ello, pero ¿Y eso qué? ¿Qué tenía malo? Jason seguía mostrándose enfadado – Para que tengas su ropa puesta - Repitió él entre dientes – Quiere decir que ha pasado mucho entre los dos o ¿No? ¿Qué, Jane? – La castaña arrugó el entrecejo sin apartarle la mirada, no se creía ni podía entender una sola de sus palabras – ¿Acaso eres de las mujeres que busca refugio en otro cuando tienes problemas? Dime ¿Te fuiste a la cama con él?

¿Qué?
Las palabras de Jason cruzaron como chispas por su cabeza haciéndola reírse de sí misma con ironía. Era un estúpido. Si todo el día la había pasado mal por él, esto... Simplemente sobrepasaba todo ¿Ella irse a la cama con Alan? ¿Era en serio? ¿Desde cuándo eran iguales? No podía siquiera decir algo para ofenderlo defenderse por la acusación ya que su cabeza estaba ocupada en otra cosa, en otro pensamiento, él la veía como una cualquiera ¿no era chistoso? como una tipa que se revolcaba con el primero que se apareciera en frente si pudiera. No le bastaba con su orgullo, él también tenía que herirle la dignidad.

-¿Te gustaría escuchar que eso fue lo que hice de mi boca, no? – su tono lo desconcertó. ¿Por qué parecía tan serena? Jason apretó la mandíbula y apretó el puño ¡Todo era una mierda! Lo único que quería escuchar de su boca era un "No hice nada con Alan" ¡Eso! Porque si le decía lo contrario, algo dentro de él se rompería. - De todas maneras esa es mi vida privada ¿No? – Prosiguió ella- Acordamos no meternos en los asuntos del otro.

Jason arrugó la frente.

-Si hemos roto otros acuerdos del contrato - le dijo - ¿Por qué no romper ese? – Jane buscó los ojos miel del chico insensible que tenía en frente y volvió a sonreír falsamente, Sabía que él se refería a esas noches que habían pasado juntos. Al decirlo tan tranquilo, como si no importara, no le quedaba duda de que él... era un maldito.

A ella si le importaba.

-Porque no quiero. - respondió - ¿No te basta con eso?

-¡Jane! – gritó perdiendo la paciencia.

-¡Jason! – grito ella a su vez dejándole ver su rabia y en ese momento, como si un edificio se hubiera derrumbado sobre ella, atrapándola con sus escombros, todo se volvió negro en su camino, su vista borrosa se nublo completamente y el dolor que tenía en la cabeza la sobrecogió completamente sin dejarle mucho tiempo para sostenerse o equilibrarse en sí misma, fue de golpe, sin esperárselo y lo último que vio antes de perder por completo la conciencia, fueron los brazos de Jason yendo sobre ella para no dejarla caer.

Jason.... Siempre él. Incluso en la oscuridad. Siempre estaba él.  

Amor por Accidente [TERMINADA]Where stories live. Discover now