XXIV. Humanae vitae revelio.

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XXIV. HUMANAE VITAE REVELIO.





WILFRED PASÓ LOS DEDOS A TRAVÉS
de su cabello mientras golpeaba la puerta de madera; el aire fresco de noviembre rozaba su piel, el sol apenas comenzaba a ascender. Después de un breve momento de silencio, interrumpido solo por el sonido de sus temblorosas respiraciones, la puerta se abrió, revelando a Lyall Lupin vestido con su pijama y un par de sandalias.

—Buenos días, señor Lupin.—saludó, alcanzando la mano del anciano mago para saludarle.—Perdón por venir tan temprano, pero---

—Oh, no hay problema, no hay problema.—Lyall dijo.—Siempre es bueno verte, Wilfred, entra.

El hombre se hizo hacia un lado, dejando que Wilfred entrara y se ofreció a tomar su capa de viaje, pero Wilfred negó con la cabeza.—No me quedaré por mucho tiempo.—habló y luego giró su cabeza hacia la sala de estar, en donde Leo dormía sobre el sillón, envuelto en unas mantas.

—Tuve que poner un poco de Filtro somnífero en su té, para que pudiera dormir.—Lyall negó con la cabeza y soltó un triste suspiro.—Remus dijo que el pobre chico no ha podido dormir bien en semanas.

—Bueno, espero que eso se resuelva pronto.

Lyall frunció el ceño con confusión y miró a Wilfred con los ojos achinados caminar hacia Leo.—¿Leo? amigo, despierta.—susurró mientras le daba un pequeño empujón.

Leo se removió en el sofá y con una expresión de incomodidad, abrió los ojos y se sentó lentamente.

—¿Will? ¿qué... qué está pasando?—preguntó mientras frotaba sus ojos, que se ajustaban a la luz solar que brillaba a través de las ventanas.

Los labios de Wilfred se curvaron en una pequeña sonrisa.—Te voy a llevar a ver a tu mamá, amigo.

La expresión de desconcierto en la cara de Lyall se convirtió en una de alivio, y una sonrisa apareció en su cara. Leo, sin embargo, no parecía haber entendido las palabras de Wilfred, porque lo miraba con los ojos desorbitados.—¿Qué quieres decir?

philophobia ━ remus lupin. (2)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora