Minutos más tarde, en las frías calles manchadas por los charcos de lluvia del día anterior, ambos chicos iniciaban su camino uno al lado del otro envueltos en una amena conversación. Salir de la casa Jeon había sido más sencillo que entrar, pues la cuidadora de Jungkook tenía labores que realizar desde muy temprano por lo que no se encontraba al momento en el que ambos bebieron un vaso de leche antes de dejar el hogar.
El menor con intención de tomar el tren y Jimin con intención de llegar, por fin, a su casa. Uno junto al otro, hablando de cosas sin importancia pero a la vez tan significantes, para aprovechar el rato del camino.

—Por cierto, —Jimin recordó algo justo en la acera antes de cruzar al otro lado. El azabache lo miró con atención cuando el semáforo cambiaba de color permitiéndoles el paso— ¿A donde vas cada mañana? ¿Vas a tu instituto o algo? —Jungkook negó con media sonrisa de lado y contestó sin apartar la vista de las rayas del asfalto.

—¿Recuerdas que te dije que bailaba? —El mayor asintió— ¿Y recuerdas que te pregunté si te gustaba? —Este volvió a asentir— Estoy en una academia de baile en el centro de la ciudad, es allí a donde voy cada mañana, habrá una competencia en dos meses y de hecho estaba pensando en invitarte.

Jimin entreabrió los labios conteniendo su emoción, incluso estuvo a punto de detenerse en medio de la calle pero un bocinazo lo despertó de su sueño, haciendo que ambos cruzaran con más rapidez antes de detenerse al otro lado de la acera. ¿Jungkook lo estaba invitando para ir a verlo? ¿Era una especie de cita o algo así?

—Me encantaría ir. —Respondió con una sonrisa intachable. Jungkook admiró tal gesto y pensó que Jimin era realmente muy bonito para estar triste todo el tiempo. Si tan solo él pudiera hacer algo por su nuevo amigo lo haría sin pensarlo dos veces.

Llegando a la calle que dividía sus caminos, Jeon se despidió con un abrazo y revolvió los cabellos naranja del contrario antes de que este girara para ir rumbo a su casa. Y, entonces, una brillante idea pasó como ráfaga en su cabeza volteando de nuevo para llamar al chico antes de que cruzara el otro paso de cebra.

—¡Jimin Hyung! —La voz de Jungkook recorrió como eco por toda la avenida. El nombrado giró con suma rapidez— ¿Tienes planes para esta tarde? —Jimin negó con una media sonrisa comprendiendo por donde iba la pregunta— ¿Quieres venir a mi casa? Sirve de hacernos compañía mutua.

El mayor amplió aún  más su sonrisa, enseñando todos sus dientes y achicando sus ojos en formas de media luna, asintió con efusividad. Ya no podía disimular lo mucho que agradecía haber conocido a Jungkook y tampoco podía disimular lo mucho que le estaba gustando.

···

En la parada del tren 9393, Yoongi bajaba la manga de su abrigo cubriendo sus nudillos mientras llegaba a paso rápido con una niña de la mano. Esa mañana se había levantado algo tarde porque su "alarma" no había sonado. Refiriéndose así a la notificación de mensajería, pues el de pelo azul hacía tiempo que había dejado de programar el despertador porque Jungkook se encargaba de despertarlo con sus mensajes, sin embargo, esa mañana nada llegó. El pálido había pensado que se trataba de uno de los arranques de ira del menor y que no había sido en serio, pero cuando despertó en la mañana y se encontró con que era demasiado tarde comprendió que se había equivocado. Había iniciado el día con el pie izquierdo y sabía que solo podía empeorar.

—¿No voy a ir hoy a mi escuelita? —La pequeña con colitas mal hechas preguntó levantando la cabeza hasta su hermano mayor quien con todo el esfuerzo del mundo había tratado de peinarla lo mejor que podía con la mano adolorida antes de salir. Yoongi se cubrió bien las manos, pues que su hermanita viera las heridas que se había hecho golpeando el árbol no era una opción precisamente.

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⏰ Last updated: Aug 08, 2023 ⏰

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9393 [Yoonmin]Where stories live. Discover now