Capítulo 69: El regreso de los Tiburones

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Capítulo 69: El regreso de los Tiburones.

—¡Esta noche, bebé! —exclamó Ryan Dupont a mi lado, haciendome reír. Chocó puños con Johnny y siguió corriendo con los brazos levantados.

—¿Crees que sea mucho? —le pregunté al rubio, elevando un pote de pintura azul eléctrico.

Él negó con la cabeza.

—Me parece genial. Asegurate de llevar a Patrick, ¿eh? Debo irme, me están esperando.

Me dio un beso en la mejilla y salió caminando de lo más tranquilo, lo que era extraño. Esa noche era el partido contra Whitmore, y faltaba apenas una hora para que comenzara. Johnny solía emocionarse muchísimo y molestar durante días cada vez que se acercaba un partido así de importante, pero esta vez... nada.

En cuanto llegué a la habitación, me encontré a una Chanel totalmente vestida de azul con dos coletas altas que caían en bucles sobre sus hombros.

—¿Y esto, pitufina?

—Nunca se puede tener demasiado espíritu escolar. —dijo, elevando una pierna ligeramente.

Chanel estaba entrando en el octavo mes de embarazo, y esperaba tenerlo cerca de fines de mayo, según lo que le dijo la doctora Thompson. Aún así, si bien era obvio que estaba embarazada, su vientre no era tan grande como uno esperaba que fuera a esta altura. Las cosas estaban yendo de lo más bien con el bebé.

Summer había decidido que le organizaría un baby shower de sorpresa el domingo, así que tuvimos que comprar todas las cosas y pedirle a Patrick que las esconda en su habitación para no elevar sospechas. Sparkie no daba más de la emoción.

—¿Qué tal? —preguntó la susodicha saliendo del baño.

Estaba vestida igual que Chanel, lo que me causó muchísima gracia. Eran más parecidas de lo que quisieran admitir.

—Solamente... wow. ¿Y yo que me pondré?

—Esto. —dijo Summer, sacando de mi armario la remera que Nick me había regalado para navidad. Su remera.

—Oh, no. Claro que no. No me pasearé por ahí con una remera que dice "Rogers" cuando todo el mundo sabe que rompimos. Ni en sueños.

—Bien. —siseó.

Chanel me prestó una remera muy parecida, pero que no poseía inscripción alguna y que era de mujer. Era de dos años atrás. Cada vez que ibamos a una final, Monroe le otorgaba a las porristas remeras iguales a las de los jugadores para el partido. Era algo así como una tradición.

—Ya le avisé a todas que nos esperen en la sala común —comentó Summer mientras me trenzaba el cabello. Me estaba haciendo un peinado digno de Khaleesi, de Game of Thrones. Chanel, frente a mí, me maquillaba con mucho brillo, justo como ellas—. Debo admitir que es una buena idea, pero jamás se me hubiese ocurrido.

—Eso es porque eres rubia. —bromeé. Ambas me miraron en señal reproche.

Diez minutos más tarde, y a cuarenta minutos del partido, estabamos en la Sala común de nuestro edificio, con una interminable fila de chicas esperando ser pintadas.

Para resaltar la importancia del partido, se me había ocurrido conseguir un gran pote de pintura azul no tóxica —cortesía del club de arte— para pintar el rostro de todo aquel que lo quisiera. Algunas querían que le hagamos dos "R" en cada mejilla, otras nos pedían dos líneas en los pómulos, como teníamos nosotras, algunas querían detalles en el rostro similares a una enredadera e incluso una chica de primero nos pidió que pintaramos la mitad de su cara.

Drama Queen (DQ #1) [COMPLETA]Where stories live. Discover now