Capítulo 38: Pensar positivamente

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Capítulo 38: Pensar positivamente.

—¡Vamos, dormilona! —repitió Summer desde el baño, y arrastré la sábana hasta mi cabeza porque el haz de luz que entraba por la ventana me daba de lleno en la cara—. Scarlett, le prometiste a Johnny que irías con nosotros esta tarde.

—No prometí nada.

—Si, lo hiciste. Anoche, luego de que ganáramos el premio, él dijo que iríamos todos al parque de diversiones para festejar y tú aceptaste, incluso nos arrastraste al resto a esto.

—Si no lo recuerdo, jamás pasó. —me lamenté debajo de las sabanas, y a los segundos sentí el peso de mi rubia amiga sobre mi cuerpo.

—Lamentablemente, no es tan sencillo. —dijo, tirando del cobertor para descubrirme el rostro. Me sonrió, y entonces pude ver que estaba fresca como una lechuga, mientras yo seguramente lucía como si una estampida de elefantes hubiese bailado la macarena sobre mí.

—Estaba ebria, obviamente mi palabra no cuenta en este caso.

—Lo hace, Simba. Y mejor te callas y empiezas a vestirte si no quieres que te golpee.

Se levantó de mi cama, me tomó de la mano y tiró de mí hasta que caí al suelo de costado sobre la alfombra. Entre risotadas se metió rápidamente al baño, como si a mi se me hubiese ocurrido seguirla con esta espantosa sensación de tener la cabeza llena de avispas.

Un par de aspirinas y una ducha más tarde, estaba terminando de contarle lo ocurrido la noche anterior a una sorprendida Summer, a excepción de lo de Chanel, eso moriría conmigo hasta que ella decida contarselo a todo el mundo o cuando todo el mundo se entere, lo que pase primero.

—¿¡Rogers te besó!? —exclamó, saltando sobre mi cama. Yo me tapaba el rostro con las manos, una Summer gritona no era buena para la resaca. Ni de chiste.

—Si, creo que las del primer piso no te oyeron con claridad. ¡Vuelve a repetirlo, por favor!

—¡Rogers te...!

La agarré de un pie, tirando hasta que cayó sentada sobre su trasero sin dejar de reír. Una vez a mi lado, me abrazó efusivamente, a lo que respondí divertida. Ella realmente estaba haciendo un gran escándalo de todo, no es como si yo fuese a casarme con él después de esto.

Seguimos hablando unos segundos hasta que Johnny comenzó a llamar por el teléfono para apurarnos, y por poco rompe nuestra amistad teatralmente al enterarse de que no iba a ir, así que tuve que acceder a que iría más tarde. Yo realmente tenía que hablar con Chanel primero, la noche anterior no estaba en los cinco sentidos y ella estaba excesivamente alterada así que le prometí que volvería hoy. Lo cual era extraño, porque si bien ella solía ser mi amiga, éramos enemigas declaradas desde hacía años.

Y Nick, demonios, también necesitaba hablar con Nick. Saqué el teléfono de mi bolsillo, y redacté rápidamente un mensaje de texto:

"De: Rojita.

Johnny organizó una salida al parque de diversiones, prometí que iría en una hora. ¿Qué dices?"

Me lo pensé dos veces, considerando que quizás no era la mejor de las ideas. "Al diablo" me dije, y cerré los ojos antes de apretar el botón de "enviar". Un pequeño sonidito me indicó que el mensaje había sido enviado, y entonces salí al pasillo dispuesta a dirigirme a la habitación 113.

Verán, cada piso tiene veinte habitaciones con tres chicas en cada una de ellas —la nuestra es la excepción porque Shelby no volvió a Ridgewell y la cama estaba vacía sin que se preocuparan por ocuparla—, y el edificio contaba con diez pisos y ningún ascensor, lo que me llevaba a pensar: ¡¿Quién hace eso?!

Drama Queen (DQ #1) [COMPLETA]Where stories live. Discover now