¿Dónde estoy?

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13; ¿Dónde estoy?
Externo

ㅡ¡Mami! ¿A donde vamos?

─ A otra presentación cariño.

─ ¿Estará Dooly? ¡Quiero verlo!

─ Sí cariño, estará allí. ¿Lo quieres mucho verdad?

─¡Síí! Cuando seamos mayores nos casaremos.

─ ¡No permitiré que mi hija se case con ese trasto de niño. Cuando crezca será todo un Playboy

─¿Qué es un Playboy papá?

─Nada hija, nada. Ya lo sabrás cuando seas mayor. Sólo espero que no te acerques a ningún chico así.

─Lo prometo papá. ¡Porque sólo tendré ojos para Dooly

─ De verdad... No tienes remedio hija...

               -↝❀↜-

«¿Otra vez ese sueño?»

Haneul abrió los ojos con pesar y parpadeó varias veces para reconocer el lugar donde se encontraba. Una estantería encima de su cabeza, posters de chicas por todas partes, un pequeño escritorio adornado con alguna fotografía y un Mac encima de éste debajo de la ventana situada a la izquierda y una puerta a la derecha. Y cuando inspeccionó el lugar volvió a cerrar los ojos queriendo tranquilidad de nuevo.

«¡Espeeera! ¡Esta no es mi habitación!» Abrió los ojos de golpe y levantó medio cuerpo a la misma velocidad. Volvió a parpadear de nuevo y se restregó los ojos para comprobar que no estaba durmiendo.

Pero todo era real, no estaba en su habitación y lo peor, estaba en ropa interior... Cuando se percató de ello se tapó rápidamente con las sábanas de la cama de matrimonio donde estaba medio tumbada.

«¿Donde coño estoy?»

─¡Buenos días princesa!─ la voz que salió cuando alguien abrió la puerta de aquella habitación que no era la suya la asustó tanto que cayó de culo al frío suelo de rachola decorada al estilo 90. ─No quería asustarte, lo siento Haneul─ Cuando Jimin se percató que la chica estaba en ropa interior, giró su cuerpo por completo bruscamente. Haneul también se había dado cuenta de que la había visto así que se levantó de golpe y se enrolló las sábanas en el cuerpo.

─¿Dónde está mi ropa?

─En la lavadora y va a tardar todavía para que te la puedas poner...

─¿Entonces que mierda me pongo?

─ En el armario hay camisas mías, de seguro que te irán tan grandes como un vestido─contestó Jimin aún sin verla, por suerte no tenía la intención de girarse y volverse un pervertido. ─Puedes ponerte eso de mientras que tu ropa queda lista para darle un nuevo uso.

─Vale─accedió Haneul de mala gana─ Como te gires te dejo sin hijos─ caminó hasta el armario sin quitarle de vista a Jimin que únicamente asistido a las palabras de la contraria─ Y la ropa no es mía─ recalcó de mala gana, acordándose de las pintas que llevaba gracias a Min.

Cuando estuvo delante del armario, abrió éste sin cuidado y por unos segundos dejó de observar al chico para dar un rápido vistazo al interior de las cuatro paredes de madera. Y sin más, cogió una camisa ancha de media manga Blanca con imágenes extrañas que no llegaba a reconocer en Negro y Beige. ─Ya estoy, ya puedes girar─ Jimin obedeció y giró su cuerpo. Al ver de nuevo a Haneul con una de sus camisas puestas tragó saliva, pensando en cosas que no debería pensar en ese momento y menos con la mala ostia que traía la chica recién levantada. «Ten cuidado, Haneul parece un demonio cuando se despierta» le había advertido Min y en efectivas, estaba en lo correcto.

─Te dije que te quedaría como un vestido

─Sí pero, en cuanto me siente se me verá todo─ «Y me alegrarás el día» pensó Jimin y rápidamente sacudió la cabeza alejando esa imagen─Pervertido─ Haneul también se había dado cuenta que había imaginado cosas que no debía.

─Mejor bajemos, te he hecho café y hay varias pastas en la cocina por si quieres comer algo.

Al bajar, toda la casa ─que se había dado cuenta Haneul que estaban en una casa enorme─ estaba en completo silencio. No había absolutamente nadie y, lo único que se escuchaba era la televisión demasiado alta que estaba puesta en el comedor. Haneul inspeccionó la zona rápidamente mientras seguía a Jimin hasta la supuesta cocina.

─¿Dónde estoy?─preguntó una vez llegado al sitio acordado

─En mi casa.

─¿Esta es tu casa?─ preguntó sorprendida─ Debes de tener mucho dinero para tener esta casa... ¡y con piscina!─ había descubierto el jardín que comunicaba con la cocina donde había una piscina enorme, acompañada por un pequeño Spa entechado al otro lado.

─Fue un regalo de mis padres al cumplir 18─ contestó el chico sin mucha importancia.

─Y pensar que lo único que me regalaron a mi fueron CDs y un MP4 nuevo...─ se dijo a sí misma con la boca abierta mientras volvía a ver toda la zona que le permitía su campo de visión.

─Yo prefiero mil veces eso que esta casa enorme y vacía...─ la chica se quedó sorprendida por aquellas palabras. «¿De verdad a este idiota no le gusta el lujo?»

─No te gusta el lujo ¿no? O eso es lo que me has dado a entender.

─A veces está bien─ colocó una taza de café encima de la encimera de la isla que había en medio de la mesa─ pero a veces no me gusta tanto, no sé cómo explicarlo. Es por eso que, como no me gusta vivir aquí solo los chicos viven conmigo, menos cuando duermen en casa de algún ligue y se quedan con ella toda la noche─Haneul asintió sin darse cuenta.

─Me pasaba lo mismo con Min, cuando tenía un ligue en alguna fiesta, siempre volvía al día siguiente bien tarde y yo me sentía sola, aunque claro, tu casa no se compara con nuestra habitación de dos plantas de la residencia.

Y así, sigueron charlando, de cosas sin sentido, hasta que pasó el día...

𝖣𝗎𝗅𝖼𝖾 𝖲𝗎𝖾𝗇̃𝗈; 𝖠𝗆𝖺𝗋𝗀𝖺 𝖱𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 © 𝐩. 𝐣𝐢𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora