Mi sentir

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Mi vida era normal, antes del 2017 en el 2016 había terminado una relación con una mujer que al final creyó en las palabras de personas malintencionadas antes que, a mí, envidia le dicen.

Me sentí mal porque de nuevo otras personas me señalaban, pero bueno en el 2017 mi vida no era cronograma, es más nunca he sabido hacia donde voy regularmente, ya que mi atención dispersa me hace divagar, mi abuela paterna falleció un 14 febrero sin más una muerte romántica, la conocí un 24 de Diciembre del 2016 antes a mis 29 años, la vida la había tratado muy mal, mi abuela tenía poco más de 80 años cuando falleció y ya llevaba 15 años sin ambas piernas debido a la diabetes, pero la única vez que la vi tenía una gran sonrisa, yo no dije ni una palabra solo la observaba relativamente cerca de ella, no pude verla a los ojos, sin más me despedí de ella.

Mis días transcurrían sin mi padre, de nuevo se había ido a ver a mi abuela, en su lecho de muerte, había terminado mi segunda carrera, y esta vez como psicólogo, aún tenía que terminar las fastidiosas prácticas profesionales, son muy irresponsable en la escuela y ya llevaba desde el 2016 en el hospital, normalmente las personas terminan en 6 meses a mí me tomo 9 meses.

Chicas estudiantes de psicología iban y venían y yo seguía ahí, estaba muy cómodo en ese lugar, iba algunas veces por semana, realmente ayudé a muchas personas y aprendí mucho, digamos fue un curso intensivo, no hablaba con alguien más allá de lo necesario, una que otra mujer me decía doctor y pues era todo, hacia mi labor social lo mejor cada vez que pude, recibí muy buenos comentarios de mi desempeño.

Cada mañana antes de ir al hospital corría frente al mismo en mi recorrido de 5 kilómetros, muchas personas ya me conocían con el pasar del tiempo, me alentaban a correr, mientras lo hacía siempre leía sin cesar "El padre nuestro" en la barda donde empieza el hospital, decía en mi mente un fuerte amen.

De ahí viajaba a los Estados Unidos por partes automotrices de los accesorios que había vendido, y en la noche hacia bicicleta, luego corría de nuevo, ya llevaba un tiempo sin consumir refrescos, azucares, comidas procesadas, debido a que a mis 25 me enferme de una piedra en el riñón, cambie mi vida radicalmente, decidí dedicarle tiempo a la salud antes que a la enfermedad.

Me obsesione con esa forma de vida, de nuevo mi Asperger si no cumplía ese ritual, se sentía incómodo mi ser, era como si rompiera mis mismas reglas, compulsivamente llegue a correr a la 1 a.m., en frio, calor, lluvia, no importaba tenía que cumplir la meta.

En las tardes me dedicaba avanzar a los vehículos que tenía que restaurar, solo era yo en el taller con un montón de perros, mi padre estaba con mis hermanas.

Platicaba con mi madre largas horas, y en la noche con mi padre, contándome historias de mi abuela y hermanas, y de su perro Rob, su otro perro el Teibolito y la gata Jordan de mi hermana.

Muchas horas pasaba en WhatsApp platicando con mi amiga Mariana, pláticas sobre ocultismo, sobre Adolf Hitler, sobre el sistema educativo mexicano, de medicina y de que me marcara a las 7 a.m. para ir a la escuela los sábados, platicas simples u complejas, salidas al cine, y al dia de hoy somos muy buenos amigos, pero mi amiga desconoce lo que me sucede, sin más me estuviera decepcionada de mí, ya que lo más le gusta de mi amistad es el hecho de que soy Asperger y la manera en que veo la vida sin complejos para ahora no la veo asi.

Entonces una chica cristiana con la cual coincidí durante mis practicas me comento que vendrían más compañeras suyas, que bien le comenté, con esta chica que de cierta manera era muy amable conmigo, platicábamos también muchas horas por WhatsApp de nuevo en plan de amistad si otras intenciones.

Hasta antes de eso momento mi vida era estable, bueno eso de estable depende de la percepción de cada quien, en mi normalidad yo seguía apoyando a mis padres, cuidaba de las mascotas que teníamos, el dinero de repente faltaba, pero Dios siempre nos dio nuestro pan de cada dia, no tenía ninguna relación más allá de amistad con nadie.

Autismo y unos ojos verdesWhere stories live. Discover now