El hospital

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El tiempo pasa rápido, tan pronto comenzó el año, recién le vi ese día, y aunque seguí con mi vida de manera paralela, sabía que algo ya había cambiado en mí, en mi mente replicaba: "Vamos Jesus, se realista, no tienes ninguna oportunidad con la rubia" y parece ser que en ese momento ese pensamiento fue el que gano, en el que se quedó en mi mente, a veces tan compleja, y otras tantas tan tonta, sin ser capaz de comprender ciertas bromas u dichos.

Pues bien esperaba con muchas ganas y con de sobra desesperación mi siguiente turno en el hospital, digo Dios sabe que amo ser psicólogo, pero ya había un motivo más por ir al "matasanos" como la gente se refiere a esos lugares que alguna vez hemos todos de visitar.

Pero y que debía hacer mientras esperaba su llegada, pues si trabajar, y atender cosas para las cuales sinceramente no estaba preparado u al menos eso pensaba yo, total que ya estaba en ese lugar, así que manos a la obra.

Al principio del día, era solo trabajar con bebes, algo que se le llama estimulación temprana, ejercicios pues para hacer bebes fitness desde los primeros años de vida, obvio no, pero a mí me gusta pensar que esa de esa manera sonaría mejor, en fin, contaba las horas por verle, no sabía con exactitud cuándo llegaría, pero sabía que llegaría.

Mientras eso sucedía me preguntaba a mí mismo - ¿Qué hago aquí?, ¿Cómo ayudo a esta persona?, y también me preguntaba ¿Cómo será besarla?, y así de variadas y vagas eran mis incógnitas, sigamos que aquí no para eso, transcurrían las horas con relativa calma, aunque mi tensión se hacía cada vez más obvia, quería que cada sesión de las terapias terminara lo ante posible, pero sin duda deje lo mejor de mí en cada sesión, ya que mi atención de servir es innegable.

Me tocaron momentos donde la terapia era llevada al corazón del campo de batalla, tras las líneas donde la enfermedad y muerte trabajan en conjunto para que esta última suceda, a veces de forma inevitable y otras veces se postergaba un poco más, solo un tanto más.

Teniendo bastante noción sobre las cuestiones médicas, gracias a la formación académica de mi por cierto también rubia madre de ideas ultra modernas, defensora del bien y lo correcto, sobre todas las cosas, yacía yo caminando entre los pasillos entre olores fétidos, sangre, expresiones de dolor u alivio y otras tantas que en verdad no sabía que había y peor aún ni siquiera comprendía en su momento, ya que recuerden aprendo por conducta, por mí mismo carezco de la habilidad de interpretar las emociones e intenciones de los demás, antes debo de aprender su significado.


Autismo y unos ojos verdesWhere stories live. Discover now