💕CAPÍTULO 24💕

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SEBASTÍAN

— ¿ Desde cuando conoces a Mariett? – Maya me tenía harto bombardeándome con sus preguntas. Cada vez que hacía una pregunta se iba acercando y yo retrocedía.

— Desde unos meses – puse cara de aburrimiento.

— ¿ Tienes novia? – alzó una ceja esperando mi respuesta.  No acostumbro a ir por la  vida diciendo quien me cae bien,  o quien me cae mal.  Pero a las mujeres como Maya hay que tenerla bien lejos. Su forma,  su actuar, nada me gustaba. No es mi tipo.

— Creo que no tengo porqué contestar tu pregunta – me levanté del sofá, y con toda la educación del mundo le dije que me dirigía al baño.

La curiosidad hizo su aparición en mí,  no acostumbro a tener ese hábito de atender a las conversaciones ajenas…  pero por Mariett soy capáz de convertirme en el metiche más mal educado de la faz de la tierra. Disimuladamente pegué mi oreja en la puerta para escuchar que le tenía que decir Víctor a Mar…  Mi mar.

— ¡ Eso no es cierto!  Tu no puedes ser Ian. – esa es Mariett.

— ¿ Quieres más pruebas? ¡ Sabía que actuarías así! –  mentiroso. 

— ¡ Por Dios…  Víctor!  Apenas tengo un semana conociéndote. ¿  Como tu sí sabias de mí cuando yo ni en fotos te había visto?  - tras una breve pausa él habló.

— Yo…  si te conocía – mentiroso impostor. Tenía ganas de abrir esa puerta y ponerlo en su lugar.
  – debes creerme Mar…

— ¡ Deja de llamarme Mar!  El único que puede llamarme así es Sebastían – a pesar del momento de ira,  sonreí. – tu y yo somos hermanastro… entre tu y yo no puede suceder nada. ¿  entiendes? – tras una pausa Víctor habló, siendo su comentario la gota derramada en el vaso de mi paciencia.

— Te gustaban los poemas que te enviaba, querías conocerme…  yo también quería que supieras quien soy…  ¿porqué no nos damos una oportunidad? Olvídate de todo y dame una oportunidad…

— Embustero... – Mar abrió los ojos azorada.

— Sebastían…

— ¿ Que haces aquí?

— ¡ Tu te callas!  - lo apunté con el dedo índice acercándome a él. 

Rápidamente Mar se puso en medio de los dos.  Sabía cual era mi intención.

— Por favor Sebastían…  no hagas una estupidez.

— Lo único que quiero es que no le creas ni una palabra a este.

— ¿ Y tu quién crees que eres? – habló él.

— Eres un impostor….tú no eres Ian…  Ian soy – las palabras abandonaron mi boca,  Mariett frunció el ceño.

— ¿ Que ibas a decir Sebastían? – cruzó sus brazos.

Metí la pata.

— Quiero que en este momento te vayas de mi casa – dirigí mi vista a quién me había echado. Víctor.

Amarga Soledad |EDITANDOWhere stories live. Discover now