Capítulo: 7

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El maquillaje es bueno, pero no hace magia. Mi mala cara me acompañaba a la escuela. El tacto de la ropa al darme en las rajas recién cicatrizadas hacía que me dieran como pequeños pinchazos. Me dolía la cara, los moretones no se notaban demasiado, me he tenido que vendar la mano esta mañana, ya que la tenía hinchada. No me sorprendía lo que había pasado, esto era lo que solía pasar cuando ella estaba en casa.

Salí del autobús, se me hizo extraño que no estuviera… Zayn, que no estuviera Zayn en el autobús. ¿Cómo iba a venir si no? ¿Tendrá moto o coche? ¿Y si me esta esquivando? Llegue a la esquina, me dolía mi cuerpo entero. Una calada del cigarro de Víctor y un trago del combinado de Ruth, lista para otra mañana más. 

Las clases pasaban, yo apoyé el codo en la mesa y la barbilla en la palma de la mano. Miraba a la profesora pero ni sabía de qué hablaba. En mi cabeza había unos ojos color chocolate, recuerdo el tacto de su cabello fino entre mis dedos, sus dedos tocando mi espalda. Notó una mano en mi pierna, miro a mi derecha y veo la cara de Zayn mirándome, pero no es él, es Víctor. Toca la venda de mi mano, preocupado.

- ¿Te cortaste?- me susurra.

- No. Me levante esta mañana y estaba un poco hinchada- la profesora me miro y me calle, luego seguí- Me muevo mucho por las noches, las pesadillas… Me habré dado con la pared. 

Víctor me miró no muy seguro. Tampoco no iba a presionarme, sobretodo después de la pelea que tuvimos sobre el control que tenía sobre mi. Lo dejó estar, respiró y volví a mirar a la profesora.

No pude volver a pensar en Zayn, me había desconcentrado. Decidí prestar un poco de atención en la clase, ya que ahora sabía lo que venía si pensaba, recuerdos oscuros… Recuerdos lejanos y presentes, llantos y gritos, dolor y más dolor.

No lo vi en todo el día. Deduje que no era de mi edad. Zayn quizás tiene un año más, pero su actitud y su forma de ser, es como si fuera de mi edad o menor. Es como si yo quisiera protegerlo, pero él me protege sin quererlo. Salí a los pasillos cuando terminaban las clases, pero nada. No lo vi.

Llegué a mi casa, pasé el camino a solas. Ningún niño que me pidiera que quitara la mochila y ningún vecino nuevo. Cuando llegué a mi casa, me pregunte ¿y si quizás no es por mi? ¿Y si esta malo o algo? Antes de llegar a mi casa, fui a la suya. No sabía si pegar o no, antes de que mi puño rozara la puerta, una mujer la abrió, la misma que vino a mi casa y le cerré la puerta en las narices.

- Hola cielo ¿querías algo?- me pregunto.

- Pues… Eh…- puse la mano en mi frente, cerrando los ojos ¿qué hacía aquí?- No, déjalo- la miré.

Su cara expresaba ternura, amor. Daban ganas de abrazarla.

- ¿Segura?- me dijo sonriendo.

- Zayn- dije de golpe- ¿Esta?

- Oh… No, no ha llegado, se habrá quedado en la biblioteca. Le vuelven loco los libros, es un chico muy tímido y muy cerrado, le gusta más un libro que un tonto un lápiz.

- -sonreí un poco avergonzada- Ah bueno.

- ¿Quieres que le diga que has preguntado por él?

- No, no, no, no- dije rápido- Mañana si eso… Perdona por la molestia.

- No pasa nada, estamos aquí para lo que necesites, por cierto me llamo Trisha..

- Yo ____, encantada- la mire y ella me miró despidiéndose con su mirada.

Ella cerró la puerta y yo me quedé mirando la puerta ¿y si Zayn estaba ahí y le dijo a su madre que mintiera? Fui a mi casa, arrastrando la mochila, queriendo esnifar algo y caer muerta. Eso hice, Johanna no estaba. Saqué mis reservas, dos rayas, caí sobre mi cama después de haber visto dos elefantes rosas, miento, dos rayas no hacen eso.

NARRA ZAYN.

Cogí un taxi corriendo, guardándome de la lluvia. Le dije al hombre la dirección de mi casa, mientras que el coche arrancaba. Junte mis manos y las froté expulsando aire de mi boca caliente. Después de menos de un cuarto de hora estaba en mi casa, le pague al hombre y salí. Me había quedado hasta las tantas en la biblioteca del centro, era enorme, suelo y estanterías de maderas. Libros antiguos y llenos de polvo, miles de historias guardan en ellos ¿en que estaba pensando el escritor cuando se le ocurrió esa historia? ¿En quien pensó para hacer esos personajes? La mujer que me atendió se asombro que fuera un hombre de 18 años al que le interesase la lectura. 

Llegue a mi casa y limpie mis zapatos antes de entrar. Mi madre estaba en los sillones delante de la televisión. Tapada con una manta, el otoño se acercaba.

- Tienes chocolate recién hecho en la cocina- me dijo nada más que cerré la puerta.

- Yo también te extrañé mamá- dije yendo hacia la cocina.

- Anda tonto, ya sabes que me aburro aquí sin ti.

- Pues sal, haz amigas…- dije gritando para que me oyera. Cogí una taza y me senté a su lado.

- Claro, como mis vecinas son espectaculares- dijo irónicamente.

- -Le sonreí- ¿Te gustaba la vida en la gran ciudad?

- Me estaba acostumbrando, y ahora nos volvemos a cambiar.

- Ya veras que este pueblo te acaba gustando- le dije sobando su pierna dándole ánimos.

Ella me miró y sonrió, tenía un bigote de chocolate. No me pude evitar reírme y señalarle su bigote.

- Menos risas que tengo que hablar contigo- me dijo algo más seria y limpiándose su bigote de chocolate.

- ¿Qué ha pasado ya?

- Vino nada más que salió de la escuela, buscándote.

- ¿Quién?- pregunte… Ella movió la cabeza señalando la casa de al lado- ¿____?

- Si.

- ¿Qué… qué quería?- pregunte.

- No sé, creo que nada en realidad… Le dije que no estabas, no creo que me haya creído.

Seguramente pensará que la estoy evitando por el… el beso. ¿Y si es verdad? 

- Que cabeza más retorcida tienen las mujeres- dije sonriendo divertido y levantándome.

- ¿A done vas?- me pregunto mi madre.

- A mirar por la ventana. Para asegurarme de que no se haya muerto por un chute.

- Que brusco- dijo ella.

- Es que no me apetece que esto termine ya- dije antes de salirme.

- ¿Qué estará pasando por tu cabecita hijo?- me miró con ternura.

- Es solo que no me apetece hacer mudanzas de nuevo.

- Si, seguro- dijo suspirando y moviendo su cabeza.

Subí las escaleras hacía mi cuarto. Que suerte tuvimos que se vendiera esta casa, es perfecta. Abrí las ventanas. Esta mañana me había levantado a correr temprano. Abrí las cortinas de par en par y con suerte las suyas estaban abiertas, la observe tirada en su cama. En el suelo brillaba un papel con mijitas blancas. Suspire y volví a mirarla, su pecho subía y bajaba, estaba viva. Esto tenía que terminar ya, tenía que actuar. 

Continuara...

Bring Me To Life (Zayn Malik y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora