🌸 D O S

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El claro y cálido día con que la mañana había dado comienzo en Peach Creek, había sido súbitamente sustituido por unas brisas realmente frías y unas nubes grises que no tardaron en dejar caer toda el agua que en ellas había, haciendo correr a todos directo a sus casas por el resto del día.

Kevin se acercaba testarudo a su casa mientras conducía su moto y se mojaba. Confiado, había salido esa mañana a pasar el rato en casa de Nathan y justo cuando salía de regreso a la suya, ocurría aquello. Estaba empapado hasta los calzones, y eso sólo lo irritada aún más.

Llegando a la cuadra de su calle, gira para entrar en la redoma sin salida que era su pequeño vecindario. Casi frente a su casa, puede ver un pequeño bulto en la entrada. Achicando sus ojos, puede distinguir la inconfundible gorra negra de Edd, su extremadamente nerd novio.

—¡¿Doble tonto, qué haces!? —grita Kevin mientras estaciona su moto frente a la casa y se baja corriendo hasta la puerta, donde su novio se levanta del escalón de la entrada para recibirlo.

—Bue- buenas tardes, Kevi- vin. — tartamudea Edd por el castañeo de sus dientes que provoca el frío de estar tan mojado ¿¡desde cuando estaba bajo la lluvia!?

—¡Nada de eso, pasa de una vez! —le ordena el pelinaranja que con rapidez abre la puerta de su casa con la llave y hace pasar a Eddward primero. El azabache entra y le da espacio a Kevin para que camine adelante. —¿Qué hacías allí así?

Cuando no recibe una respuesta inmediata, Kevin voltea a ver a Edd, quien no le está viendo y se abraza a sí mimos en busca de calor. El pelirrojo chasquea su lengua contra sus dientes en una acción de molestia, sin embargo no vuelve a preguntar por el momento, sino que manda a Edd a que lo espere en la sala.

Mientras deja a Edd, Kevin sube rápido a su habitación donde busca una toalla y ropa seca para darle al azabache. Cuando consigue todo lo necesario, baja otra vez.

—Toma esto. —le da ropa a su novio dejándolo otra vez solo para que se cambie y él haga lo mismo, regresando a su habitación. Cuando esta listo, seco y cómodo, Kevin agarra varias cobijas de su armario y baja las escaleras hasta la sala nuevamente. Edd a terminado de cambiarse y la ropa mojada estaba doblaba en el piso.

El pelirrojo tarda unos segundos en reaccionar, jamás había visto a Edd con su ropa y se ve jodidamente adorable.

—Dame tu ropa, la pondré a secar.  —pide el chico de gorra roja al de gorro negro. Edd intenta negarse, no quiere ser más una molestia, pero Kevin la toma de todas formas diciéndole lo tonto que es su pensamiento.

Por tercera vez, Kevin regresa a su sala, esta vez acompañado de café y golosinas para picar. Se sienta en el sofá y prende el televisor, dejando las cosas en la pequeña mesa. En todo ese momento, Edd no se mueve desde donde está parado a un lado del mueble. Kevin entiende que su relación aún es muy reciente y que antes de él, Edd no había salido formalmente con alguien, por lo que se siente inseguro de hacer algunas cosas; Pero a veces es simplemente lento en captar la situación.

Kevin gira los ojos, sonríe malvadamente y sorprende a Edd jalandolo de su muñeca hasta sentarlo a su lado en el sofá; están muy muy cerca, y Edd comienza a sentir calor. Kevin lo mantiene sentado a su lado, cadera a cadera mientras lo abraza por la espalda. Parece incómodo, pero Kevin se siente tibio y cómodo.

—¿Me dirás en algún momento por qué estabas mojandote fuera de mi casa? —pregunta el pelirrojo, apoyando su barbilla sobre el gorro seco de su novio. Realmente le sorprendió cuando Edd inventó un líquido impermeable para esa cosa sólo para nunca quitárselo. Kevin tenía la meta de hacerlo alguna vez.

Aunque Kevin no pueda verlo porque su cabeza está sobre la suya, y esta concentrado en parte en lo que están pasando en la televisión, Edd siente una vergüenza enorme que se manifiesta en un rubor cálido en sus mejillas, cuello y orejas.

El azabache se debate si decirle o no, pero Kevin no lo dejará en paz hasta que lo haga, lo sabe aunque ahora este actuando tan tranquilo.

—Quería... dejar de sentirme solo. —dice Edd, sintiéndose patético y desdichado. Seguro ahora Kevin pensará que es aún más perdedor que antes.

El jugar de fútbol americano de la preparatoria Peach Creek, tarda en entender a qué se refiere su novio y cuando lo hace, se mueve rápido en el mueble para tener una posición mejor para lo dos. En un repentino movimiento, Edd es alzado y jalado sobre Kevin, quien ahora está recostando su espalda contra el brazo del mueble y no el respaldar. Ambos ahora pueden verse cara a cara; Edd sentado sobre el regazo de su novio y Kevin abrazando la cadera de este, mirándolo por la nueva posición un poco hacía arriba a sus ojos azules.

—Debiste escribirme si te sentías mal— Kevin le reprocha dulcemente. Desde que habían empezado a salir, poco a poco Kevin fue conociendo más y más aspectos de Doble d, como la mala relación que llevaba con su familia. Sus padres nunca estaban, y eso había causado que de vez en cuando el azabache no soportara estar tanto tiempo a solas en su propia casa. Cuando no estaba con su grupo de estúpidos amigos, se entretenía en la biblioteca o en el museo. Recientemente con él, su novio.

—No quería molestarte, debe ser fastidioso tenerme cerca todo el tiempo. —Edd se menosprecia a sí mismo. Su miraba es baja y su tono de voz es gris. Kevin odia cuando hace eso, a veces quisiera que el doble tonto se viera con los ojos que él o sus amigos lo ven.

—Adoro tenerte cerca todo el tiempo —dice Kevin lleno de impotencia y seguridad. De repente su cara está roja y no sabe si es por el enfado o lo avergonzado que se siente al decir eso; aún es algo nuevo demostrar sus sentimientos tan libremente.

—Pero--

—Nada de peros, Doble D. Eres mi novio, me gustas, me gusta todo sobre ti y te quiero cerca todo el tiempo que se pueda. —le corta el pelirrojo, grabando esas palabras en el corazón de su pareja. La mirada verde parece estar a punto de entrar en llamas por la intencionada en que ve a los ojos azules. Quiere que Edd entienda que lo quiere, que escogió estar con él porque le gusta tal cual es.

Las mejillas de Eddward se llenan de un repentino rubor candente; su cara está en llamas y podría rivalizar con el color de un tomate. Se abraza al cuello de Kevin, escondiendo el rostro entre la curva de este y su hombro. Su cara no es lo único que parece estar en llamas, su pecho está igual de caliente y siente que va a estallar. Adora a Kevin, lo quiere y aprecia; unas simples palabras son suficiente para volverlo a hacer sentir mejor.

—Gracias, Kevin. —susurra Edd sin moverse del abrazo. Es el pelirrojo quien lo despega un poco para besar su frente y decir:

—Cuando lo necesites, doble tonto.

[...]

Cuando los padres de Kevin llegan a casa muy tarde por la noche, se encuentran a su hijo y a su novio durmiendo acurrucados en el sofá con el televisor encendido.

Los adultos se dan una mirada entre divertida y cariñosa, tal vez recordando sus tiempo de adolescentes. El padre de Kevin apaga el televisor y su esposa tapa a los chicos con una manta que se encontraba allí. Ella se acerca a besar la frente de su hijo, quitando la gorra para que esté más cómodo. Entonces, se acerca al azabache que duerme tranquilamente sobre el pecho de su Kevin, apartando un poco el gorro negro y besando también su frente.

Ella está realmente agradecida de la aparición de Eddward en la vida de su hijo, ha sido un buen guía hacia el camino correcto, apartadolo de las peleas y ayudándolo con sus notas; las cuales han mejorado significativamente.

Tomando la mano de su esposo, ambos suben en silencio hasta su habitación, dejando a ambos adolescentes dormir tranquilamente con una sonrisa en el rostro.

O.S 🌸 [kevedd]Where stories live. Discover now