🌸 U N O

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Doble D salía del salón de su última clase, se había podido librar de sus amigos alegando que iría a estudiar un rato a la biblioteca; Mentía. Y era consciente de que no le gustaba hacerlo, sobre todo si era a sus mejores amigos. Sin embargo, le consolaba la razón por la que caminaba al campo de entrenamiento y no a la biblioteca.

Con la mochila bien sujeta, Edd sonrió mientras ahora pensaba en Kevin y como este se emocionaría de verlo en las bancas, apoyándolo mientras jugaba para las pruebas de aceptación al gran partido del año.

Desde hace unos meses, de alguna manera que no podía explicar o entender, había comenzado una relación amorosa con Kevin, el bravucón de su infancia y chico popular de la preparatoria. Aunque sus inicios no eran memorables, el pelinaranja había cambiado mucho desde que eran unos niños; le había dejado de insultar constantemente, de golpear por completo y sólo amenazaba a Eddy o Ed cuando eran realmente molestos.

Kevin había mostrado en la preparatoria signos de madures que hicieron más fácil para Edd aceptar su enamoramiento y sus sentimientos por él.

Ahora, ya en el campo, Edd caminó a las gradas y se sentó en la fila media, el mejor lugar para ver todo el campo y a los jugadores perfectamente. Estaba feliz porque Kevin le pidiera que asistiera a las prácticas.

Aunque su relación era un secreto para todos, hasta sus propios amigos –Eddy no lo entendería y haría un escándalo por nada–, pasaban más tiempo juntos que antes como "amigos" para los que comenzaban a sospechar por su reciente e ilógica cercanía.

—¡Lindura! —escuchó detrás suyo mientras se sentaba, girando para encontrarse con Nathan subiendo hasta donde estaba él. El peliverde era el único que sabía de la relación entre él y Kevin, era quien muchas veces los había ayudado en las citas para librarse de sus amigos y estar juntos un rato.

—Buenas tardes, Nathan ¿qué haces aquí? —preguntó Edd, extrañado de que el mejor amigo de su novio no estuviera en los vestidores con los demás jugadores.

—Me suspendieron de las prácticas por pelear con unos imbéciles luego de clases. —se quejó Nathan haciendo una mueca de disgusto mientras se sentaba al lado del de gorra.

—Las peleas no resuelven nada, Nathan. Se lo digo seguido a Kevin, no entiendo porque les gusta. Es de bárbaros. —Nathan soltó una ruidosa carcajada, acercando a Edd en un medio abrazo por los hombros.

—Relajate, dulzura. Es lo que hacemos los chicos, así dejamos claro que no se pueden meter con nosotros, además de que liberamos el estrés por las clases.

—Hay mejores formas de liberar estrés sin salir lastimados. —se quejó Edd, recordando cuando tuvo que curar unas pequeñas heridas del pecho de Kevin por la última pelea con un chico del equipo de natación. Sus mejillas se calentaron ante el recuerdo de sus manos viajando por el pecho del pelinaranja.

—Oh, alguien está pensando cosas sucias. —Nathan molestó pellizcando una de la mejillas rojas de Doble D. — Si, estoy seguro de que Kevin prefiere esa forma de liberar estrés.

—¡Nathan! —chilló el pelinegro soltándose del abrazo cuando el mejor amigo de su novio había comenzado con ese movimiento de cejas sugestivo. —No me... No me refería a eso.

—Calmate, Doble D, estaba bromeando. —terminó de reír el chico. —¿Sabes? Nunca te lo había dicho, pero realmente me alegra que al fin tú y Kevin estén saliendo, eres una buena influencia para ese imbécil. Le has hecho cambiar para mejor, ¡hasta saca buenas nota ahora! Seguro es sólo para impresionarte. Pero sobre todo, ahora está realmente feliz.

—Nathan... —Edd se quedó un segundo sin saber que decir, conmovido por las sinceras palabras del peliverde.

—¡Oigan, ustedes dos! —ambos giraron hacia la voz, encontrando a uno de los jugadores del equipo; Matt. El rubio era una verdadera molestia, tanto para Edd como para el equipo entero. Era un tipo enorme y engreído que no podía dejar de meterse con todos. Detrás de él estaban tres de sus seguidores.

—¿Qué quieres, Matt? —la voz alegre y chillona que Nathan siempre usaba con sus amigos, desapareció, siendo ahora más grave y seria.

—Las gradas no son para personas como ustedes. —siseó el rubio con desprecio.

—¿Ah? ¿Qué dices? —Nathan se levantó de su puesto y se acercó al grupo. —No logro escucharte bien, la estupidez que sale de tus enormes poros me distrae.

—¿Qué dijiste, imbécil? —el grandote rubio sujetó en un puño la camisa de Nathan, acercándolo más a su cara enojada.

—Wow, amigo, necesitas una menta.

—Estas muerto. Que seas amigo del capitán no te salvará de esto. —el puño de Matt ascendió y cuando estuvo por caer en la cara de Nathan, un grito estridente y autoritario se escuchó desde la parte baja de las gradas. Todos voltearon a ver que era Kevin. Matt soltó a Nathan mientras el pelinaranja subía hasta donde estaban ellos y pasando de Doble D, se paró frente a él a un lado de Nathan.

—¿Qué sucede aquí?

—Eso no es asunto tuyo. —rugió el castaño amigo detrás de Matt. Kevin lo miró como si pudiera asesinarlo sólo con la mirada.

—Todo lo que tenga que ver con mis amigos es mi asunto. —aseguró.

—¿Y desde cuando ese fenómeno lo es? —apuntó Matt a Edd, quien se encogió en su lugar. —Has cambiado desde que te la pasas con ese nerd, ¿Sabes de los rumores que corren por los pasillos? Es asqueroso, como capitán del equipo de fútbol americano deberías tener una mejor imagen.

—¿Qué te crees, idiota? —Nathan estaba por saltar a golpear al rubio sin importarle nada, pero Kevin le detuvo.

—Tienes razón, he cambiado y Edd no es mi amigo —Kevin miró atrás, Doble D lo miraba realmente confundido. Entonces, acercándose un poco, capturó su mano y entrelazo sus dedos manteniendo un agarre firme pero sin lastimarlo —, es mi novio y si te metes con él, te metes conmigo ¿entiendes?. Así que deja de hacerlo. —amenazó el pelinaranja.

—¿Qué mierda dices?

—Es un fenómeno como él. Par de raros.

—Son unas mari-- la frase fue cortada cuando Nathan no pudo aguantarlo más y lanzó su puño contra la boca de Matt. Al segundo siguiente, la mano que sostenía la de Doble D estaba hecha un puño lanzando golpes.

El entrenador y el equipo completo tuvieron que intervenir para separarlos.

[...]

—No tenías que hacer eso. Matt siempre me ha molestado, es algo que puedo ignorar. Realmente no me importa.

—¡Pues esta mal! ¡Auch! —se quejó Kevin cuando Doble D pasó un algodón con alcohol por la herida de sus nudillos. —Eres mi novio ahora, no puedo permitir que alguien te moleste o te diga cosas que te hagan sentir mal. Debo protegerte de esos imbéciles. —confesó sonrojándose y bajando la mirada.

—Eres todo un caballero.  —Edd besó los nudillos heridos. —Mi héroe. —bromeó sonrojándose un poco.

—Oh, callate. —le dijo Kevin bajando el borde del gorro de Edd hasta tapar sus ojos.

Edward se quejó volviendo a levantar su gorro, encontrándose con la cara de Kevin totalmente roja y llena de vergüenza. Edd sonrió sintiendo sus orejas calentarse.

—Gracias. —dijo Doble D levantando la cara de Kevin con sus manos a cada lado de ella. Inclinándose un poco, besó tímidamente los labios de su novio.

—Auch. —se quejó Kevin sintiendo la herida de su labio.

O.S 🌸 [kevedd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora