Remus y tú, mi historia

Eres especial

    Ellos todavía estaban en shock. La verdad es que no los juzgaba, ya que tenían mucho que asumir.

      Los dejé todo el día para que pensaran y reflexionaran acerca de nuestra conversación.

       Al día siguiente, ninguno se levantó temprano. Al menos ninguno se juntó conmigo en la mañana.

       No los llamé ni nada porque era domingo y quería que descansaran. Fui a caminar por el jardín.

       Extrañaría mucho Hogwarts, poder hacer magia, estar con mis personajes favoritos...

       Mi sueño se había hecho realidad, así que no podía quejarme.

       Otra cosa era que iba a volver a tener once años. Ya tenía dieciséis, y había madurado mucho en esos años.

       Alguien me tocó el hombro, me volteé y vi a Remus. No pude disimular mi gran sonrisa.

—Hola, Rem. ¿Cómo estás?

—Bien. He estado pensado en todo lo que dijiste.

—¿A si?

—Entonces no te voy a ver más en tres días— Yo sonreí.

—No me vas a conocer en tres días.

—Es muy difícil de imaginar.

—Lo se— susurré.

—Entiendo porque no me lo querías decir—comentó.

—¿Estás enojado conmigo?

—¿Por qué iba a estarlo?— preguntó.

—Porque te enteraste que nada de esto es real, por mentirte... por todo.

—No es tu culpa, te entiendo— confesó dando un paso hacia mí.

—¿Sigues pensando que soy especial?—pregunté. Él sonrió.

—Si, nada haría que dejara de pensar eso- tomó mi mano y me dio un apretón mostrándome que confiaba en mi.

—Gracias— murmuré. Él se inclinó, y a pocos centímetros de distancia dijo:

—Eres especial, nunca lo olvides— Yo no me resistí y lo besé.

—¿Qué sientes por mi?

—Estoy enamorado— confesó el sonriendo.

—Al principio pensaba que eras sólo mi personaje favorito, pero me di cuenta luego que eras más que eso.