La carta

1.8K 168 22
                                    

    Remus me guió por una calle, y nos detuvimos en una cueva. La atravesamos y pude divisar una hermosa vista. Había un lago, tenía el agua más azul que he visto en mi vida. A su lado, hermosos árboles lo rodeaban, llenos de flores de colores. Los arboles se reflejaban en lago; todo era hermoso.

—Wow, es increíble— él me miró de reojo y sonrió al ver mi expresión.

—Lo es, ¿verdad?— preguntó sonriendo ampliamente— Lo encontré cuando accidentalmente te lastimé— dijo, cada vez  disminuyendo el ánimo en su voz— me sentía muy mal, así que vine a Hogsmade.  Quería esconderme en esta cueva, pero terminé encontrando esto. Es un lugar hermoso, y relajante.

—¿Como puede ser que un lugar de estos se encuentre aquí?

—Lo mismo me pregunté. Pero, ves allí— estiró su dedo hacia delante— Hay un muro. Esto es artificial— estaba muy sorprendida, me costaba creer que algo tan maravilloso fuera falso.

—Tienes razón, es muy raro.

—Es un lugar muy relajante, aunque sea artificial, de verdad me relaja y me hace sentir bien— De verdad lo entendía. Sabía lo que era sentirse tan bien en algo falso.

—¿Por qué querías mostrarme esto?—cuestioné.

—Eso no es lo que quería mostrarte- dijo nervioso. Caminó hacia un árbol, y sacó una flor.

—Quería decirte algo, y no quería que fuera allí, quería que fuera en un lugar especial—empezó, moviendo sus manos.

—¿Qué?—insistí nerviosa.

—Hay algo en ti, algo que no he visto en nadie más. Algo que me haces sentir...— Mis ojos se humedecieron, nunca me había sentido tan bien.

—Cuando estoy contigo, siento como si el resto del mundo no importara, y sólo existiéramos tú y yo— sus ojos brillaban, mientras acortaba nuestra distancia, dejándonos a tan solo diez centímetros— Eres especial. Muchos te llamarían rara, pero para mi eres grandiosa—suspiró— es complicado. Quería decirte esto hace tiempo, pero no me animaba— Su corazón latía con fuerza, pero el mío no se quedaba atrás.

— Estoy enamorado de ti— susurró. Una enorme sonrisa asomó en mi rostro. Quería acortar la distancia, y besarlo ya, pero algo me lo impidió, una voz.

—¡Vengan, algo ocurre!—Nos gritó Sirius. Sentí ganas de asesinarlo y enterrarlo en el río.

       Remus y yo salimos corriendo hacia su dirección, y vimos a Sirius con una carta en la mano, mi carta.

—¿Qué haces con eso?— pregunté quitándosela.

—Se te cayó, y empezó a prenderse fuego.

—¿Estabas siguiéndonos?— comenté, comenzando a ponerme molesta. Sirius sólo se encogió de hombros.

—Quiero saber porque se incendió.

        No creía que ya se hubiera incendiado, tenía que haber un error.

—¿Estas seguro de lo que viste?

— Completamente— respondió Sirius.

Remus y tú, mi historia Where stories live. Discover now