Mi vida fue dura había veces que comía, otras no, no dormía por terminar los reportes, no me pagaban las horas extras y me explotaban demasiado así que renuncié a ese trabajo para tomar la decisión de continuar con lo que yo quería. Ahora por lo menos he alquilado una pequeña clínica donde hago mis servicios, con lo que gano ha sido suficiente para sobresalir y ahora no tener una deuda, mis padres viven bien y soy feliz con lo que hago. Quizás lo que no esté encajando hasta ahora en mi vida es el amor pero... Aun así es lo que menos le he querido tomar importancia.

Al salir de la clínica, fui directo al Starbucks que tengo cerca, pedí la misma bebida y postre que cada viernes compro, dejé en una mesa mis alimentos para ver la hora de mi reloj 17:35 pm, buena hora para alimentar mi estómago. Al sentarme, agarre el tenedor y partí un pedazo de mi pastel de caramelo para llevármelo luego a la boca donde deleite el sabroso sabor de la azúcar, el caramelo y el pan blando.

Como nos encontramos en comienzo de invierno, muchas personas vienen a éste lugar por cafés y capuchinos calientes, otros son rara vez que piden una bebida helada, pero no es de sorprenderme cuando existen personas que a pesar del clima, no cambiaran su bebida favorita.

Algo muy singular de ello que he observado en el poco tiempo que han comenzado a poner los adornos navideños son los cascabeles que han puesto en cambio de la campana que se encontraba sobre la puerta para escuchar cuando un cliente viene o se va satisfecho después de su merienda; pero a lo que voy es que la curiosidad más grande que se ha presentado en mi interior no son esos cascabeles sino un hombre que entra exactamente a las 17:40 pm a comprar su café y un postre diferente cada día.

Es extraño pero ambos casi coincidimos con la hora, la única diferencia es que él llega cinco minutos después que yo, que siempre tarda en elegir el postre y la bebida y se sienta en una mesa que queda a unos metros de la mía en donde en ocasiones hemos llegado a coincidir en ciertas miradas y sonrisas que en muchas veces terminan por cortarse porque evito su mirada o él sigue escribiendo en su laptop o leyendo el periódico del día.

Exactamente en el instante en que veo la hora en mi reloj, entra al local, aquel hombre que ha cubierto una parte de mis pensamientos en los últimos dos minutos, minuciosamente agarro el vaso de mi cappuccino y lo observo cuidadosamente, puedo ver cómo avanza con pasos lentos y cortos hacía la vitrina donde pedirá su postre, quizás sus rizados cabellos castaños caramelos con las puntas levantadas como una ola no es lo que me llama la atención ni tampoco que sus perfectos ojos negros que parecen dos ónix encontrados en unas ruinas es lo que hace elevar mi curiosidad, sino que hay algo en él que hace que tenga ganas de hablar con él y poder conocerlo más, pero el problema parte que desde un punto exacto en mi interior no quiere conocerlo, la razón en mi cabeza puede ser sencilla y posiblemente fácil de adivinar.

El motivo se encuentra en que él siempre coqueteaba con cualquier chica linda que se encontrara en el local, su arma mortal se focalizaba en su sonrisa, en su mirada y las tremendas y arrasadoras facciones que marcan su perfecto rostro, además, cada vez que lo observo de reojo, puedo ver como habla con la misma chica que lo atendía todos los días, como también saluda a varias que siempre coquetean con él; sin dudarlo, muchas de las mujeres que lo ven y él presta su atención en ellas, terminan por sonrojarse y bajaban su mirada para ocultar las sonrisas torcidas que aparecen en su rostro, al ver el efecto que él produce en ellas.

No negaré que si él hiciera lo mismo conmigo, como no me tendría a los segundos bajo sus pies pero debo de recordar que él debe de ligar con más de una chica en un día, lo cual si mis cálculos no me fallaran, tuviera ahora mismo más de una docena de chicas en su cama en una semana, lo cual en un mes hace 48 mujeres teniendo sexo con él y al año por lo menos unas 4,380 chicas gritando su nombre.

Amores Perdidos [+18]Where stories live. Discover now