once

2.1K 166 26
                                    

Me encontraba caminando de un lado a otro en la habitación cerca del mar y la playa, Robert me miraba con cara de fastidio pues llevaba asi desde la mañana. Mis nervios eran incontrolables, me sentía como la puberta de dieciséis años que algún día fui.

-Caray Zhavia, si estarás asi hasta que estemos allá afuera me iré en el primer avión hacia Estados unidos.-el hombre mayor seguía cruzado de brazos, sentado en un pequeño sillón blanco.

-¿Que tal si se arrepiente, Robert? Seria el fin de mi vida, seria el mismo dolor que el día que se caso y la novia  no era yo.-otra razón para permanecer de pie era el vestido blanco, era tan lindo que no quería arrugarlo.

La puerta de la habitación fue abierta dejando ver un traje elegante por la orilla de esta, maldije, pues Thomas de nuevo quería verme antes de la boda.

-¡Ya basta Tom, no puedes verme!.-tape mi rostro con ambas manos.

Cerraron nuevamente la puerta asi que decidí dejar de cubrirme los ojos, cuando mi vista se aclaro sentí un nudo enorme en mi garganta, mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas.

-Mi pequeña, te ves hermosa en ese vestido.

Mi padre estaba frente a mi, mas delgado de lo que recordaba, mas canas de las que recordaba. Estaba de pie frente a mi, tratando de disimular que el también estaba llorando, corrí hacia el tratando de no tropezar.

-Papa no lo puedo creer.-fue lo único que pude decir antes de sollozar fuertemente, nunca imagine que lo tendría frente a mi de nuevo.

-Mi pequeña no ira al altar sin su padre, se que jamás acepte todo esto Zhavia, pero yo solo quería protegerte. Aun no comprendo de que quería protegerte, si el hombre a tu lado es sin duda el indicado para ti.-seguíamos abrazados hasta que el castaño interrumpió la conversación.

-De nada, preciosa.-guiño un ojo para luego soltar una risita.

-¿Enserio tu hiciste esto, Downey?

-Es tu regalo de bodas, Susan estuvo de acuerdo en no venir para asi darle el boleto a tu padre. Fue algo complicado encontrarlo, asi que necesitamos la ayuda de Holland.- al mencionar al chico mi piel se erizo.-Te manda la mejor de las suertes con tu marido, niña.

Sin duda tenia a la gente correcta en el momento correcto.

(...)

La alfombra blanca se veía desde las escaleras que iba bajando junto a mi padre, muy a lo lejos note aquel hombre que robo todos mis cinco sentidos en todos estos años. Lucia un traje de color negro, solamente el se podía ver tan elegante sin una corbata.

Cuando comenzamos a llegar hacia la alfombra, la clásica música de boda comenzó a sonar, solo me enfocaba en la gran sonrisa de Tom al verme. Mi padre me dejo en manos de Thomas, solamente le regalo una humilde sonrisa para luego tomar asiento junto a Calum y Angie.

El padre comenzó la misa, diciendo todas aquellas palabras que no recordaría gracias a que Hiddleston no apartaba la vista de mi. Todo fue muy rápido cuando nos toco decir los votos, el empezó ha hablar.

-Esta podría ser la segunda vez que estoy en un altar, podría no ser la primera vez que digo te amo, pero Zhavia, esta es la primera vez que soy feliz. Es la primera vez que realmente mis emociones y mis palabras concuerdan, no puedo explicar las miles de veces que nos imagine a ambos en el altar, algo imposible tanto para ti como para mi, pero aquí estamos, apunto de ser felices hasta que la muerte nos separe. Te amo Zhavia Evara, tanto asi que no se como expresarlo con simples palabras.- esta seria la segunda vez en el día que lloro tanto, pero al fin podía estar aquí frente a todos sin necesidad de mentir.

-Señor Hiddleston, recuerdo como si fuera la primera vez que lo conocí. Pasando frente a mi sin apartar la mirada, esa mirada que ha echo que caiga rendida ante el intenso amor que siento por ti. Tal vez lastime a muchos por estar a su lado, pero nada de eso importaba pues sin saberlo lo tenia todo contigo, tenia todo aquello que buscaba. Me arrepiento de algún momento de decir la gran mentira de que no lo amo, era una completa tontería, amo estar aquí en nuestra boda, lo amo.-ya no podía hablar más pues mis sollozos eran mas notorios.

El padre nos indico algunas palabras para asi terminar la misa

-Yo Thomas William Hiddleston, te acepto a ti Zhavia Evara como mi futura esposa.-coloco el anillo para luego acercar mi mano a sus labios y dejar un beso, no me contuve, me sonroje causando que algunos se rieran de la situación.

-Yo Zhavia Evara, te acepto a ti Thomas William Hiddleston como mi futuro esposo.-coloque el anillo suavemente, para luego seguir tomando sus manos.

-Yo los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia, joven.-el padre nos sonrió, después Tom me tomo del rostro para dejar cortos besos en mis labios, su sonrisa le impedía seguir besándome cosa que me causaba ternura.

Si alguna vez te interesa saber como fue nuestra vida, bueno, no hay mucho. Somos tan felices viviendo a las afueras de una pequeña ciudad de Italia, con nuestros tres hijos, pensando en como nuestro tiempo juntos se ira volando.

Nunca me arrepentiré abrir esa puerta aquella noche, nunca me arrepentiré de ver aquellos deslumbrantes ojos y huir con el magnifico Señor Hiddleston.

Fin.

Do you love; Tom Hiddleston« (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now