tres

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Preparaba la mesa para cenar con mi padre y sus queridos invitados.

-Tal vez Tom este estresado por su trabajo querida, no deberías seguir llorando por eso.-la rubia frente a mí estaba ayudándome con los platos.

-Rachel, si su trabajo fuera el problema lo hubiera dicho desde antes. No quiero separarme de él, me ayudo en los momentos más difíciles.-tome una botella de vino de la estantería para ponerla en la mesa, esperaremos a que llegue papá junto a sus invitados.

Robert comentó que tardaría un poco en llegar pues debía resolver algunos asuntos familiares, Tom seguía encerrado en la habitación sin querer hablarme o dignarse ha salir para cenar en familia.

Papá no tardaría en llegar, envío un mensaje hace seis minutos, estaba cerca del edificio donde vivimos. Rachel y yo seguimos nuestra platica acerca de mis problemas, también hablábamos un poco de mí pasado en Napa, ella sabía todo lo del señor Hiddleston pero no le comenté que venía a cenar también.
Tocaron la puerta con unos poco golpes, me preparaba mentalmente de lo agotadora e incómoda que sería esta cena.

-¡Mi niña, hermosa!-exclamó mi papá para abalanzarse hacía mi y darme un fuerte abrazo.

La pareja tras de él hablaban tranquilamente para después pasar y saludarme de mano, miré disimuladamente a Taylor, se veía cansada o más tranquila por así decirlo. Pasamos al comedor, presente a Rachel contándoles que era mi compañera en la universidad, también me disculpe por la ausencia de Holland quien estaba de seguro durmiendo.

-¿Cómo han estado tú y Tom, Zhavia?-preguntó la mujer de cabello oscuro.

-Bueno, hemos estado bien. Supongo que en algún momento nuestra relación avanzará más.-suspiré, noté la miré de incredulidad de Hiddleston sobre mí, pues él sabía que pasaba.

-Espero no ver pequeños Tom's en mi próxima visita.-dijo papá causando que Hiddleston se atragantara con el vino, Rachel lo notó para después dar una carcajada.

-No está en mis planes papá, aún no tengo en claro si estaría bien tener hijos con él.

-Si realmente lo amas deberías tener todo en claro desde el principio.-papá me señaló con su tenedor para seguir comiendo.

La puerta del departamento se abre dejando ver a Downey con una pequeña caja en la mano. Corrí hacía él para abrazarlo.

-Creí que no vendrías.-susurre cuando acepto mi abrazo.

-No podía dejar a una mocosa con su padre y él tipo extraño de anoche.-sonrió.-Por cierto, la caja es para tu marido.

Mis ojos estaban apunto de salir de su lugar, tome la muñeca de Robert para reclamarle.

-No puedes decirle nada sobre la boda a mi padre, ¿entendido?

-Entendido, jefa.-rodó sus ojos para después caminar junto a mí al comedor.

Papá miró extrañado al hombre juntó a mí.

-Papá, es el Señor Downey. Actúa con Tom en algunas películas, pero en estos años se ha vuelto casi como parte de mi familia.-Robert me miro con ternura, se acercó ha estrechar la mano de mi papá y luego la de Hiddleston.

-Ella es mi esposa Taylor.-presentó Tom a su amada.

-No creí que fuera ella, no eres tan guapo.-dijo Robert con gracia, Tom le dio una mirada seria.

-¿Perdona?

-Perdonado.-el moreno le sonrió, di una risita para tomar el brazo de Robert para que tomara asiento junto a mí.

Seguimos la cena hasta que Hiddleston habló

-Zhavia, ¿podrías mostrarme donde está el baño?-asentí, antes de irme Downey me detuvo.

-Qué elegancia, ¿De donde es tu príncipe azul, querida?-susurró

-Londres, amor.-seguí su juego. Robert amaba bromear, era algo que jamás podría evitar.

Camine para que Hiddleston me siguiera, el sabía donde estaba el baño así que supuse que quería hablar.

-¿No crees que es un poco viejo para ser tu mejor amigo?-bufó molesto cuando llegamos al baño.

-¿Tú no eras algo viejo para gustarme?-contradije.

-Es diferente.

-No lo es, Robert es genial y siendo sincera no me arrepiento de establecer una amistad con él. Es mejor amigo de mi novio, al igual mío.

La puerta de mi habitación se abre dejando ver a Holland con otra ropa, miraba incrédulo nuestra cercanía, no se veía para nada contento.

-Hola.-hablé, le sonreí pero él no correspondió.

-Tengo que irme.-contestó el chico, cerró la puerta para ir hacía la sala.

-¿No te quedarás a la cena? Robert ya está aquí.-con entusiasmo quise tomar su mano pero él la apartó.

-No puedo quedarme, Vi. Cuando todos se vayan hablaremos.-asentí cabizbaja mirando como se iba.

Una risita me molesto.

-Envidió tu hermosa relación.-dijo el señor Hiddleston.

-Mira quien habla.-Lo dejé ahí hablando solo.

Do you love; Tom Hiddleston« (EN EDICIÓN)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz