—Si buscas a Sarah, está en estudio. —Me asusto con la voz de Basha, el desgraciado me ha dado un susto de muerte.

Ríe y palmea mi hombro. Lo veo llevar una camisa blanca de lino y unos vaqueros azules. Su cabello rubio, idéntico al de Nix, peinado hacia atrás. Como siempre que está en casa también lleva sus lentes de monturas gruesas. Todos nosotros teníamos problemas en la vista a causa de la intensidad de los reflectores, la mayoría del tiempo usábamos lentes de contacto, pero por comodidad en casa usábamos lentes normales.

—Feliz cumpleaños, mellizo menos favorito.

Me golpea en el brazo mientras sonríe. Luego me deja abrazarlo, lo vi por la mañana y le di un abrazo de oso en cuanto lo tuve cerca, además le embarré la cara con Nutella, eran de esas tradiciones estúpidas que teníamos desde niños. Ahora venía la parte civilizada. Palmeo su espalda con un poco más de fuerza de lo normal, hasta que el me responde con un manotazo que hace que arquee la espalda.

—Auch —me quejo.

—Eso obtienes por listillo. ¿Y mi regalo? —dice extendiéndome la mano.

—¿Qué? Aún no es hora de los regalos.

Ríe de nuevo y palmea mi hombro por última vez antes de seguir camino a las escaleras.

—Alejandra está en mi habitación.

Arquea una ceja con el pie en el primer escalón. Le aviso porque su habitación está frente a la mía y si ve por ahí puede pensar cualquier cosa, Basha es muy reservado con sus cosas. Al final asiente.

—Lo tendré en cuenta.

Lo veo desaparecer por las escaleras y solo escuchar el sonido de sus pisadas.

Giro sobre mis talones y me dirijo al estudio. La puerta se encuentra cerrada, alzo mi mano para llamar, pero dudo un segundo antes de hacerlo. Tomo un respiro antes de armarme de valor y hacerlo. La respuesta no tarda en llegar.

—Pase. —Reconozco la voz de Sarah.

Abro la puerta y primero me asomo. Compruebo que se encuentra sola.

—¿Y Athan?

—Ha ido por mi muleta. Además, necesitaba un momento sola.

Asiento.

—No era mi intención molestarte —digo con una pequeña sonrisa y me volteo hacia la puerta.

—Espera. No quería decir que te fueras. Es solo... —Me giro hacia ella y la veo enterrar sus dedos en su cabellera negra y suspirar con fuerza—. De hecho, ni siquiera lo sé. No soy capaz de conectar bien mis ideas en este momento.

Alcanzo una silla y la coloco frente a ella. Me siento y ella mira con curiosidad mis acciones, por un segundo estoy tentado a sonreír cuando sus mejillas adquieren un ligero tono rosa, pero me contengo.

—¿Me ayudarías a entender qué sucede?

Desvía su mirada y pasa una mano por su cabello.

—Es algo difícil de hablar.

—Lo comprendo. Debo suponer que ustedes se conocen de antes.

Ella asiente aún sin mirarme.

—¿Pasó algo malo entre ustedes?

No era capaz de imaginarme que podría pasar entre ellas para que su reacción fuera así. Conocía a Alejandra de toda mi vida y sabía que ella no era una mala persona, no era capaz de hacerle daño a nadie más intencionalmente, y por el otro lado estaba Sarah, quien en este poco tiempo me he dado cuenta que es una persona solitaria, pero de buenos sentimientos y no me cabe en la cabeza que pudiera hacer algo malo.

SAGA LUX II | El amor de NeoWhere stories live. Discover now