Capítulo 68

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    El mar comenzó a encresparse a la entrada de la noche. La arena, ya desprovista de la más mínima señal de la presencia del sol pocas horas antes, se percibía fría y húmeda en contraste con la piel de los pies descubiertos.

    Las nubes que tapizaban el cielo ocasionaban que las luces del festival y de las chozas del pueblo, a la derecha, destacasen como no lo habrían hecho en otras condiciones; alcanzando así, con su fulgor amarillento, aunque tenue, la costa de la Playa de la Calavera.

    Alison caminaba a la delantera, con Paige dirigiéndola pocos pasos por detrás. Todo el entorno y la situación en sí le parecían algo irreal; como si estuviese siendo testigo de una escena extraña a sí misma; del avance de un par de personas desconocidas, en la serenidad de una noche encapotada de mediados de verano, hacia un destino indefinido. Una historia pasada y presente completamente ajena, de enemistad y venganza; de amor y tragedia, de dolor y desesperanza, y del indudable e indescifrable fin que se aproximaba a pasos agigantados.

    Parecía que se dirigían a los muelles, así que sacó la conclusión de que, muy probablemente, acabarían por abordar un barco como la última vez.

    Se sorprendió cuando Paige la hizo desviarse antes del puerto y la dirigió por la pendiente en la cual se encontraba la casa de Ellen. De inmediato fue invadida por un mal presentimiento.

- ¿A dónde vamos? ¿Por qué tomamos éste camino?

- Ya verás.- Replicó Paige con evidente complacencia.

    Alison se inquietó.

- ¿Qué significaba aquello de que "el recreo ha terminado"?-Inquirió directamente, como había querido hacer desde hacía rato- ¿Te aburriste? ¿Vas a acabar conmigo?

- ¿Siempre tienes que preguntar lo mismo? ¿Acaso te he dado esa impresión alguna vez? ¿De ser tan simplista?

- ¿Entonces qué? ¿Sólo querías sacarme a caminar? ¡Con un demonio, Paige! ¿Para qué armaste todo este escándalo? ¿Para atemorizarme? ¿Para inquietar a Emily?

- No te he traído en vano, Alison. Nada de lo que hago es en vano. Si hemos llegado hasta aquí, es por mi deseo de darte una última lección.

- Venga ya, ¿y luego qué? ¿Te irás de vacaciones?- Se mofó temerariamente la rubia.

    Paige esbozó una semi-sonrisa.

- Si supieras lo que estás a punto de ver, te olvidarías de ese estúpido humor tuyo- Le dijo -. El tiempo pasa, y la vida avanza. No me malinterpretes, el goce que me produce éste juego no es menor que antes, pero el maldito te consume por dentro. Te arrastra sin que lo sospeches, y me he encontrado en un punto en el que me doy cuenta de que le estoy entregando íntegramente los mejores años de mi vida, cuando, con un plan más simple y poco atareado, podría sacarlo y volverlo a guardar siempre que quisiera, pese a que no pretendo hacerlo.

    La casa de Ellen se hizo visible sobre la cresta de la colina. Las luces estaban apagadas, y desde la distancia, Alison oyó los escandalosos ladridos del pequeño Pip.

    Paige la sostuvo por el brazo para hacer que se detuviera, girándola bruscamente en su dirección.

- Sé que ya no me temes. Lo vi en tus ojos la noche en que conociste a mi hermano- Alison permaneció en silencio, contemplándola-. Y es razonable, supongo- Hizo un gesto de indiferencia-. Te has dado cuenta de que sólo soy una persona, ¿no es así? Te has enterado de que, haga lo que te haga, no puede ser peor que las cien idas y venidas al infierno que has hecho durante estos años. Pero te equivocas.

¿Podrás con la oscuridad?- EmisonWhere stories live. Discover now