Capítulo 27

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       ¡No, no, no!

      ¿Por qué era tan complicado? ¿Por qué de un momento para otro se sentía tan nerviosa, indecisa y desquiciada?

Alison se tumbó boca arriba sobre la pequeña pila de ropa que se había ocupado de desperdigar mientras estuvo inmersa en un desconcertante ataque frenético que amenazaba con hacerla retractarse respecto a la idea de querer salir esa noche.

Su propia actitud le resultaba tan absurda... ¿Acaso no había ido de fiesta con Emily más veces de las que podía contar? ¿Por qué le parecía, esa vez, que todo lo que se pusiera sobre el cuerpo le sentaba fatal?

Maldita sea.- Pensó. ¿Por qué las chicas no habían puesto algo más interesante en el bolso que se encargaron de armarle? Oh, sabía el por qué. Una fugitiva no necesitaba prendas algo más brillantes que unos cuantos vestidos playeros y ropas casuales, ¿no?

Se sintió tan desdichada... y de inmediato se percató de que era una estupidez, y justamente por eso se echó a reír ¡Todo lo que estaba ocurriendo, y lo que más le preocupaba era que no tenía ningún trapo medianamente provocativo para impresionar a Emily! Se rió con más ganas y giró la cabeza hacia la ventana. Las últimas luces del día aún se veían como un velo en un cielo matizado por colores fríos y más cálidos sobre la superficie del mar. En cualquier momento escucharía el sonido del pestillo de la puerta, y poco después vería a la morena introducirse, tan despampanante como aún prevalecía en su mente, adoptando aquella sonrisa que provocaba que su corazón repiqueteara con fuerza contra sus costillas.

Por primera vez, Alison se sentía estable, y le sorprendió realmente enterarse de que antes de Emily, nadie había sido objeto de su afecto con tanto fervor, ni de forma tan desinteresada. Era el amor de su vida, se dijo, sin poder contener la euforia que esa certeza le producía.

Todas las veces que había leído y escuchado sobre el amor... completamente convencida acerca de que ella no estaba hecha para alojar sentimientos tan ideales y fuertes, y ahora resultaba ser justamente esa emoción, la que ella atesoraba y la que le era ofrecida por mano de Emily, lo que la había arrancado del pozo más oscuro en el que se había visto inmersa en lo que iba de su vida. El amor la había salvado, así como también, pensó amargamente, sería lo único capaz de terminar de hundirla.

Se esforzaba mucho en no pensar en el futuro; en enfocarse en lo que tenía en el presente, pues cada vez que lo hacía; cada vez que la acechaba la idea de que su estancia en Punta Rocosa junto a Emily y la tranquilidad que albergaba entonces no durarían para siempre, un agrio malestar le recorría el cuerpo, instalándose en su estómago y atentando seriamente contra su bienestar. Tampoco ayudaba en lo absoluto el saber que sólo le quedaban tres meses por delante antes de que tuviese que tomar la decisión definitiva de abandonar el país, lo cual se figuraba que sería su única opción llegado el momento.

Además, tarde o temprano, Emily tendría que irse a la universidad; hacer su vida. No podía quedarse estancada con alguien que no tenía opción alguna más que seguir corriendo, esconderse y mirar por encima de su hombro durante cada día que siguiese respirando.

Si la morena decidía quedarse a su lado, el remordimiento de haberle arrebatado un millar de oportunidades no dejaría a Alison dormir con tranquilidad. Sabía que si eso llegaba a ocurrir, muy probablemente tuviese que volver a tomar los asuntos entre sus manos y desaparecer sin dejar rastro, por mucho que eso terminase hiriéndola.

"Quiéreme hoy, y no me dejes mañana"- Las palabras que había dicho la morena la noche en que la rubia le dijo que la amaba seguían vibrando en su conciencia, haciéndole saber con toda certeza que Emily aún acunaba el miedo de que Alison pudiese volver a marcharse, a destrozarla de esa forma.

¿Podrás con la oscuridad?- EmisonΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα