Capitulo 21

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Vi cómo quedaron esos dos nombres plasmados en esa pared, parecía insignificantes para algunos pero para mi había sido la promesa más grande que me habían dado en mi vida. Se separó un poco y vio cómo quedó mi nombre en la gran pared llena de amor y promesas.

-¿No escribirás mi nombre?- dijo el con una sonrisa mirándome aun agachado en el suelo.

Disfrutaba ver el brillo en sus ojos, estaba segura de que tenía el mismo brillo que él en los míos. Sus ojos irradiaban tantas cosas a la vez que asustaba, asustaba saber cuan profundo y único era nuestro amor.

Me encogí de hombros y le saque la lengua en forma infantil y burlona.-Mejor que quede solo mi nombre a ver si un hombre apuesto coloca el de y así consigo al amor de mi vida-. Me burlé de él con unas risas escandalosas al ver su ceño fruncido y su semblante de celoso gruñón.

-No es gracioso, eres muy buena arruinando momentos cursis.

-Ya, ya. Calma, hombre.

Tome el bote y me senté al lado de él, escribí con mucho cuidado su nombre. Quería que quedara perfecto y no como quedaban mis apuntes en la universidad, ya saben eso de que los doctores tenemos la peor letra de todos.

Sentía su mirada en mi y no en la letra que estaba escribiendo, miraba mis facciones sin vergüenza alguna.

-Me estás poniendo nerviosa-. Advertí mientras terminaba su nombre, ya terminado mire sus ojos y su sonrisa perfecta-. Deja de mirarme así.

-Tu me estás poniendo terriblemente loco por ti-. Alcanzó mi rostro con sus manos, acarició e inclinó su rostro a un lado-. ¿Como te estoy mirando?

-Como enamorado.

-Es porque lo estoy, Mia. No está muy alejado de la realidad.

Suspire y él sonrió, tomo mi mano y seguimos caminando por una serie de parques que habían de camino al hotel, tomamos nuestro tiempo detallando todo mientras nuestras manos se encontraban entrelazadas.

Había tanta paz, tanta felicidad, amor y pasión en esas calles, que pensé en mudarme a este lugar pero no hacía falta. Mi hogar no era donde hubiera paz ni ninguna de las otras cosas, mi hogar era donde estuviera el. Me sentía en paz en sus brazos, me sentía feliz donde estuvieran sus ojos mirándome, me sentía con amor donde tuviera sus besos y con pasión donde sus manos me tocaran.

-¡Acérquense y vean al increíble mago!- escuché una voz en el centro del parque.

Había una mujer en un vestido de asistente presentando al gran mago que salía de la carpa, varios niños se encontraban sentados viendo el espectáculo empezar, sentí como la mano de Christopher me empujaba hacia el espectáculo.

-A ver si logra que seas menos molesta y parlanchina- dijo él burlándose de mi.

Abrí mi boca indignada y le pegue un pequeño manotazo en su pecho, escuché su risa ronca y lo seguí al espectáculo. Tomamos asiento en dos de las sillas del fondo, no soltaba mi mano.

El mago hizo truco de cartas, de pañuelos e incluso el del sombreo y el conejo, era muy gracioso ver cómo hacía divertir a los niños o cómo su asistente se equivocaba en algunas ocasiones.

-Ok, para este truco necesitaremos un voluntario hombre-. Dijo el mago mientras miraba cada niño sentado.

-¡El quiere participar! ¡Le encantan los trucos!-. Comencé a gritar y a señalar a Christopher.

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⏰ Última actualización: Mar 13, 2019 ⏰

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