Una Doble Semidiosa.

13. Capítulo

- Oh, vamos Ronald, que limpiar no hace mal a nadie.

El tono levemente bromista de Moon consiguió que el ambiente tenso en el que andaban metidos los amigos se aligerara notoriamente, por lo que Harry y Hermione rieron mientras Ron le sacaba la lengua haciendo que esta le imitara de manera infantil.

Las risas se hicieron más notorias al ver como Ron forcejeaba durante un rato para conseguir extraer la varita de su bolsillo.

- No es raro que no pueda, Hermione, has encogido mis vaqueros viejos, me
aprietan.

- Oh, lo siento tanto.

Siseo Hermione, y mientras arrastraba a la camarera fuera de la vista de las ventanas, al igual que Moon con el mortífago, solo que a esta se le hacia algo más complicado por el peso del mayor. Harry río levemente cuando escuchó farfullar a Hermione una sugerencia respecto a dónde se podía clavar la varita Ron, para después comenzar a arreglar todo el desorden junto a su mejor amigo.

En cuanto el café fue devuelto a su condición previa y tanto los mortífago como la camarera fueron desmemorizados, entre los cuatro llevaron a los mortífagos de regreso a su reservado y los apoyaron mirándose el uno al otro.

- ¿Pero cómo nos encontraron?

Preguntó Hermione, mirando a ambos hombres con una mezcla de curiosidad y preocupación.

- ¿Cómo supieron dónde estábamos?

Se volvió hacia Harry, viendo como este se había girado a verla serio. Pero en ello Moon hablo antes, sin dejar de mirar hacia la puerta, tenía un mal presentimiento.

- Tu.. no crees que lleves todavía el rastro, ¿no, Harry?

- No puede ser. El Rastro acaba a los diecisiete, es la Ley Mágica, no se puede poner sobre un adulto.

Contestó rápidamente Ronald sin dejarle hablar a su amigo, a lo que Hermione le observó hablándole con un poco de nerviosismo.

- Por lo que tú sabes. ¿Y si los mortífagos han encontrado una forma de ponerlo sobre un joven de diecisiete años?

- Pero Harry no ha estado cerca de un mortífago en las últimas veinticuatro horas. ¿Quién se supone que podría haber vuelto a poner un rastro sobre él?

Hermione no respondió a lo último dicho por su amiga, no sabía que responder a eso. Harry se sentía contaminado, corrompido; ¿era realmente así cómo les habían encontrado los mortífagos?

El de gafas suspiró ganándose la mirada de sus tres amigos, mirándoles con pesar antes de empezar a hablar.

- Si no puedo usar magia, y vosotros no podéis usar magia cerca de mí, sin
revelar nuestra posición..

- ¡No nos vamos a separar!

La castaña no le dejó acabar gracias a su grito, Moon les escuchó en silencio, frunciendo el ceño a la par que se cruzaba de brazos pensativa al escuchar a Ron hablar.

- Necesitamos un lugar seguro para escondernos. Danos tiempo para pensarlo.

- Grimmauld Place.

Dos de ellos se quedaron con la boca abierta, pensando en lo mala que era esa idea, mientras que Moon sonrió de lado.

- ¡No seas absurdo, Harry, Snape puede aparecer por allí! El padre de Ron dijo que habían puesto sortilegios contra él, e incluso aunque no hayan funcionado.. No, no es buena idea.

Moon se mantenía en silencio, ellos no sabían que ella había vivido ahí por un par de años. Se mordió el labio inferior con la mirada centrada en el suelo.

- Hermione, ¿Qué otro sitio hay? Es la mejor elección que tenemos. Snape es
un solo mortífago. Si todavía tienen el Rastro sobre mí, tendremos multitudes de ellos sobre nosotros allá donde vayamos.

No podía discutir eso, aunque se notaba que le hubiera gustado hacerlo. Moon alzó la mirada al sentir como Ron le tocaba el brazo moviendo los labios en silencio preguntando si estaba bien. Ella únicamente asistió.

- Chicos, no habrá ningún problema. He estado estos últimos dos años viviendo en casa de mi padre, solo esta algo.. Destrozado.

Ellos la miraron sorprendidos, no sabían que había estado sola en aquél lugar por aquellos dos años. Tenían mucho que hablar entre ellos, lo sabían, y eso pensaron mientras Moon abría la puerta del café y Ron accionó el Desiluminador para dar luz de nuevo al café.

Luego, a la cuenta de tres de Harry, deshicieron los hechizos sobre sus tres víctimas, y antes de que la camarera o cualquiera de los mortifagos pudieran hacer nada mas que removerse somnolientos, Harry, Ron, Moon y Hermione ya habían salido fuera, desapareciendo en la oscuridad de la noche.