Lucy: No importa. Los niños pequeños no saben cuando dejar de fingir.

Edmund: Muy graciosa.

Susan: Deberíamos volver.

Edmund: ¿Qué no quieren conocer el lugar?

Peter: Creo que Lucy debe decidir.

Lucy: Hay que ir con el señor Tumnus.

Peter: Pues vamos a visitarlo.

Astrid: Vestidos así no podemos andar en la nieve.

Peter: Lo se, pero pienso que el profesor no se molestará si tomamos estos -nos dio a cada uno un abrigo del ropero- Además, si lo analizan con lógica, ni siquiera van a salir del ropero.

Edmund: Pero este es de niña -dijo viendo el abrigo que Peter le había dado.

Peter: Ya se.

Nos pusimos los abrigos y comenzamos a caminar. Yo miraba maravillada cada rincón del bosque. Esto era lógicamente imposible pero me encantaba.

En el camino, en una bajada, Peter me empujó y rodé por la nieve. Peter me veía divertido y solo me limité a enseñarle la lengua para después reírme.

Caminamos hasta llegar a unas grandes rocas. Desde lejos se veía lo que parecía una puerta de madera entre las rocas. Cuando nos acercamos un poco más pudimos notar que la puerta estaba destrozada. Al parecer alguien había entrado a la fuerza. Lucy corrió hacía la casa y nosotros detrás de ella.

Cuando entramos todo estaba destrozado. Había libros regados por todos lados entre algunas cosas rotas.

Lucy: Esto es horrible. ¿Quién lo haría?

En una de las columnas de la casa estaba clavada una nota. Peter la arrancó y la leyó.

Peter: El fauno Tumnus está bajo arresto por alta traición contra su Majestad Imperial Jadis, Reina de Narnia, por asilar enemigos y fraternizar con humanos. Firma Maugrim. Capitán de la Policía Secreta. Larga vida a la Reina.

Le quité la nota a Peter y la leí de nuevo.

Susan: Yo creo que nos tenemos que ir.

Lucy: Pero, ¿y el señor Tumnus?

Astrid: Lucy, si lo arrestaron por ser amigo de un humano, no podemos ayudarlo.

Lucy: Ustedes no lo entienden ¿o si? Están hablando de mi. Él me ayudó y la Reina lo descubrió.

Peter: Debemos decirle a la policía.

Astrid: Ellos son la policía -dije levantando la nota.

Peter: Tranquila Lu. Vamos a salvarlo. 

Edmund: ¿Por qué? -lo miramos- Bueno, es un criminal.

Escuchamos un "pss" que provenía de afuera. Miramos y solo había un pájaro posado en la rama de un árbol.

Susan: ¿Ese pájaro nos dijo "pss" a nosotros?

Los cinco salimos y el pájaro salió volando. El crujir de una rama nos alertó. Parecía como si alguien nos estuviera acechando. Me aferré al brazo de Peter.

Un pequeño castor apareció. No era nada después de todo.

Lucy: Es un castor, ¿verdad?

El castor comenzó a acercarse a nosotros. Peter se hincó y comenzó a tronar los dedos para llamar al castor.

Peter: Aquí, ven. Ven amigo.

Peter le estiró la mano.

Sr. Castor: No te la voy a oler, si es lo que quieres.

Susan, Ed y yo nos miramos asombrados. Lucy río y Peter miró al castor apenado.

Peter: Lo siento.

Sr. Castor: ¿Lucy Pevensie? -Lucy asintió y el castor le extendió un pañuelo.

Lucy: Es el que le regalé al señor...

Sr. Castor: Tumnus. Se lo llevaron después de que me lo dio. 

Lucy: Pero, ¿dónde está?

Sr. Castor: Vengan conmigo.

Comenzó a alejarse. Lucy y Peter comenzaron a seguirlo.

Susan: ¿Qué estás haciendo? -le dijo a Peter.

Astrid: Tiene razón.

Edmund: ¿Qué tal si nos está engañando?

Peter: Dice que conoce al fauno.

Astrid: Es un castor.

Susan: Se supone que no debería decir nada.

Sr. Castor: ¿Todo en orden? -dijo apareciendo detrás de nosotros.

Peter: Si. Solo charlábamos.

Sr. Castor: Es mejor que esperan a estar a salvo.

Lucy: Los árboles oyen -susurró.

Y así fue como terminamos siguiendo al castor.

Una Nueva Aventura (Peter & Astrid) TERMINADAWhere stories live. Discover now