Capítulo 8

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Anna al parecer no se había separado de Elsa en todo el tiempo que había pasado, ella seguía sentada a un lado de su hermana mientras le platicaba algo a lo que Jack no estaba dispuesto a poner atención.

Él rodeó la escultura en la que había convertido a Elsa y pasó el dorso de su mano por la fría mejilla de la chica congelada. Intentó acercarse a ella con la intención de besarla pero, cuando estuvo a escasos centímetros de que sus labios se tocaran, el grito de una sirvienta llamando a Anna lo tomó por sorpresa apartándose de ella para ver qué estaba sucediendo.

ㅡ¿Qué sucede Maggie?, deja de ser tan escandalosaㅡ reprendió Anna, pues la sirvienta en más de una ocasión había armado un escándalo por cosas insignificantes.

ㅡLa bebé no está por ningún sitio. Hemos mandado a dar aviso a los guardias ordenando que la traigan cuando la vean, pero no sabemos qué vamos a hacer si su mamá viene a recogerla al palacioㅡdijo acelerada la sirvienta mientras se abanicaba el rostro con la mano.

ㅡTranquila, iré a buscarla al tercer piso de este palacio, tú ve al segundo y en cuanto Kristoff regrese lo mandaré a buscar al exteriorㅡ ordenó Anna tranquilamente.

El trabajo como suplente de la reina le había hecho madurar un poco y, adquirir responsabilidades, le había ayudado a trabajar bajo presión. De alguna forma se sentía agradecida porque su hermana se hubiese ido a la montaña y ella se hubiese quedado con un poco de trabajo extra.

Kristoff entró a la sala y vio la cara asustada de Anna mientras la sirvienta seguía abanicándose el rostro, llamó su atención el hecho de percibir alguna sombra extraña en el suelo pero más impresionante fue el saber que no pertenecía a nadie presente ahí.

ㅡNo tengo idea de lo que está pasando pero ¿ustedes también pueden ver esa sombra en el suelo?ㅡ preguntó Kristoff entre serio y entre asustado.

ㅡ¿Te sientes bien?, creo que tanto frío de la montaña te ha congelado el cerebro. Aquí no hay nadie más que nosotras, no sé cómo puede haber otra sombra.ㅡ respondió Anna.

ㅡNo es cuestión de que me creas o de que yo esté loco, sólo debes voltear al suelo y te darás cuenta de qué estoy hablando.

Anna giro a ver hacia el lugar en donde apuntaba Kristoff, sin embargo no pudo percibir nada y la mirada de extrañeza que le dio a su pareja confirmo el hecho de que, o Kristoff estaba alucinando o podía haber algo que los demás no podían ver, esto último le recordó al momento en el que Elsa le había comentado algo sobre un ser que conoció que nadie podía ver pero que tenía los mismos poderes que ella.

ㅡJackㅡmurmuró el joven ahí presente y entonces el aludido giro impresionado hacia donde estaba Kristoff.

ㅡ¿Jack?ㅡ dijo Ana exigiendo así que le explicará a quién le estaba hablando.

ㅡEl amigo de Elsa. Ella me habló de él pero tiene un peculiar problema, no creo que puedas entenderlo así que en cuanto lo averigüe te lo explicaré, lo prometoㅡcomentó y él comenzó a avanzar hacia donde se encontraba la sombra de Jack Frost.

Jack permaneció estático ahí; pensaba que, de alguna forma, poseía una ventaja sobre Kristoff; por lo menos él sí podía verlo, por lo menos él tenía poderes como para atacarlo en caso de que fuese completamente necesario.

Como siempre, Jack apuntó su cayado hacia Kristoff y comenzó a retroceder una vez que él se encontró a escasos centímetros de distancia de él, sabía que no podía tocarlo pero el hecho de que viera su sombra ya era suficiente como para mantenerse alerta.

ㅡKristoff me estás asustando, ¿porque estás caminando así?, ¿qué está pasando aquí?, ¿tú sabes quién congeló a Elsa?ㅡpreguntó Anna mientras observaba el comportamiento que Kristoff comenzó a adquirir.

La llave de mi corazónWhere stories live. Discover now