Capítulo 1

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Las noches en Arendelle eran muy cálidas en pleno otoño, claro que las ramas de algunos pinos comenzaban a secarse y algunas flores se marchitban en esta época; pero era entonces cuando los manzanos daban frutos, el pasto se reblandecia y los ganados tenían buena comida.

Anna estaba encantada con esas fechas otoñales, pues las personas siempre llevaban al reino tartas y pasteles, pays y dulces de frutos y qué decir de las conservas que comenzaban a hacerse para pasar el frío invierno en casa...todo era maravilloso.

Elsa, por el contrario, tenía que arreglar demasiados asuntos importantes del reino, pues las festividades de los diferentes pueblos de toda Arrendelle le impedían disfrutar de un momento para ella, de alguna forma envidiaba a su pequeña hermana Anna.

—Adelante —ordenó Elsa mientras sostenía una pluma fuente entre sus delgados dedos, tamborileando al mismo ritmo que leía las líneas horizontales que formaban todas las palabras del documento que acababa de ser entregado.

Su hermana se quedó en el umbral de la puerta observando solamente el jugueteo de sus dedos sobre la pluma y cómo  insistía con sus dedos sobre su sien.

—Elsa, debes descansar hermana, todos los días la pasas encerrada en esta especie de...biblioteca pequeña, no puedo creer que te guste estar aquí cuando puedes ir a celebrar el otoño con todos — insistía ella mientras su hermana seguía en la misma postura.

—Entiendo Anna, solamente que tú no comprendes que el cargo de "reina" no es solamente llevar una corona sobre la cabeza, tengo que hacer todas las cosas que se quedaron pendientes desde la muerte de nuestros padres hasta todo el tiempo perdido por mis poderes de hielo. No es solamente decirles sí a todos lo que me piden algo Anna, tengo que tomar decisiones muy importantes —justificó Elsa mientras se levantaba para tomar a su hermana por los hombros y guiarla hasta el gran ventanal.

—Elsa, conozco la vista de Arendelle desde nuestro palacio, recuerda que pasé mucho tiempo de mi vida encerrada en este castillo contigo.

Lo que Elsa quería, más que enseñarle el reino, era que ella se diera cuenta de lo extenso y vasto que era y, por lo tanto, de las responsabilidades inmensas de todo lo que eso conllevaba.

—Anna, no se trata de un simple paisaje, se trata de la vida de todos los que se encuentran aquí. Todos tienen problemas, incluso Kristoff los tiene y es mi deber resolver todos esos conflictos — aclaró la reina mientras intentaba hacer que su hermana la comprendiera aunque sea un poquito.

—Solamente espero que el día en que te decidas a tomar un descanso aún hayan personas que quieran acercarse a ti, las personas solamente te ven en los actos oficiales y la imagen que ellos tienen de ti no es muy positiva. Apenas hace unos días muchos estaban a la espera de que volvieras a congelar a toda Arendelle.

—Son las consecuencias de mis actos, es por eso que debo trabajar demasiado para resolver esos conflictos y que las personas confíen de nuevo en mi—Elsa sé estiró y tomó un libro del estante que estaba a su izquierda—qué te parece si le das una lectura a este libro sobre lo que debes hacer como princesa y después hablamos. Te recuerdo que tú también tienes deberes — la reina dio por concluida la discusión y sacó a Anna de su oficina.

Elsa estaba segura de que las intenciones de su hermana eran buenas, pero le ayudaba más cumpliendo con sus deberes que andando por ahí disfrutando de los beneficios de ser una princesa.

Tan solo en dos meses habían habido dos eventos de caridad en una escuela a donde Anna debió asistir pero obviamente Elsa tuvo que ir en su lugar, cuando se le dio el nombre a una embarcación hace dos semanas Elsa tuvo que ir nuevamente a cubrirla. Estaba un poco cansada de corregir los errores de su hermana.

La llave de mi corazónWhere stories live. Discover now