Capítulo 5

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Pasamos toda la tarde en el lago entre risas, miradas amenazadoras a Harry de parte de mi primo y mis mejillas sonrojadas por culpa de las indirectas de Ana.

Estábamos sentados en el borde del muelle, cuando Brent y Ana empezaron a besarse apasionadamente. Harry y yo nos miramos incómodos sin saber bien qué hacer.

-Y... ¿qué te han parecido?- Harry frunció el ceño- me refiero a estos dos babosos que parece que estan pegados con ventosa.

Harry se rió haciendo aparecer sus adorables oyuelos. Si, también me gustaban sus oyuelos. Además, esta tarde ha sido muy agradable y no ha habido ningún momento incómodo, bueno, hasta ahora.

-Son muy simpáticos, bueno, al menos Ana. Tengo la sensación de que no le he caido bien a Brent.

Reí ante su confesión

-Si, bueno, no se lo tengas en cuenta. Siempre es así con todos los chicos con los que trato, soy como su hermana pequeña.

Sonrió dulcemente haciendo aparecer de nuevo sus oyuelos.

-Supongo que hace bien en protegerte de otros chic... quiero decir de que sufras.- yo alcé las cejas- Me refiero a que no eres fea y seguramente habrá más de uno dispuesto a intentar algo contigo y el querrá que encuentres al chico perfecto.

-Si, supongo.- baje la vista avergonzada sonriendo enternecida por sus palabras.

-¿Sabes? Siempre he querido hacer algo.

-¿El qué?.

-Esto.

Entonces, de repente, me encontré dentro del lago. Miré a Harry que se estaba riendo a carcajadas y le mandé una mirada asesina. Le iba a replicar, pero no pude contener la risa al ver las caras de Brent y Ana sobresaltadas por la interrupción de su beso.

***

-Kelly, no.

-Pero papá, he estado todo el año sin hacerlo y entre las clases de los niños y lo de Harry no voy a tener muchas oportunidades.

-He dicho que no. Son las 10 de la noche y no vas a salir a montar a caballo ahi fuera con todo a oscuras.

Mi padre se cruzó de brazos y se puso serio. Odiaba cuando se ponía así y no me entendía. Gruñí y subí las escaleras hasta mi habitación. Si estuviese aquí mi madre seguramente conseguiría convencer a mi padre y me dejaría salir un rato. Dios, como la echaba de menos.

Me sequé las lágrimas que habían salido sin permiso y me encerré en mi habitación.

Tenía que salir de aquí, como fuese. Tras 1 hora escuchando música e ideando un plan para poder salir sin que me pillen, oí la puerta de la habitación de Harry abrirsé y me dirigí corriendo hacia el pasillo.

-psss Harry.- susurre

-¿Qué?- me susurró el de vuelta.

-Necesito tu ayuda.- el asintió para indicarme que continuara- tienes que cubrirme.

-claro, no te preocupes pero... necesito algo a cambio.- una sonrisa torcida apareció en su rostro.

-Dime...

-tienes que darme un beso.

-¿Qué? Ni una mierda.- susurre más fuerte.

-Entonces te has quedado sin cubridor...- estaba a punto de cerrar la puerta de su habitación, pero llegué a tiempo para pararle.

-dios... está bien.- sonrió victorioso y yo rodé los ojos.

Me acerqué para darle un beso en la mejilla, pero en el último momento giró la cara y le dí un pico.

-pero ¿¡qué!?.- me quedé congelada sin poder moverme.

-buenas noches.- me sonrió por última vez y cerró la puerta.

Capullo.

Me dirigí hacia mi habitación y empecé a ponerme las botas. Aún tenía la sensación de los labios de Harry sobre los mios. Si pretendía convencerme de que ha cambiado, no lo estaba consiguiendo. Es decir, es el primer día que está aquí y ya me ha besado, bueno le he besado, pero ha sido su culpa. Dios, esto es tan frustrante, me encantaría poder pegarle en esa cara bonita que tiene. Pero luego me mira con esos ojos verdes penetrantes y me quedo paralizada, no se porque. Harry no me ha interesado nunca ni lo más mínimo y nunca me interesará. Tengo que desenredar todo este lío que tengo como sentimientos.

Bajé sigilosamente al piso de abajo, pisando solo con las puntas de las botas. Las luces estaban apagadas, por lo que supuse que mi abuela y mi padre ya estaban cada uno en su habitación y mi primo también. Salí por la puerta trasera para no dar toda la vuelta a la casa y corrí hacia los establos. Me paré frente la cuadra de India y me dispuse a poner todos los arreos. Cuando terminé, la saqué fuera y monte en la silla que me regaló mi madre al cumplir los 14. Ya eran alrededor de las 11:30 y la noche era cerrada, por lo que decidí coger una linterna de la entrada por si acaso y me dirigí hacia la pradera.

El galope hacía que el viento fresco chocase contra mi cara y oía a los grillos con sus típicos ruidos nocturnos. Hoy era luna llena, por lo que me permitía ver más de la pradera que otras noches. Si, esto lo he echo mas veces y pedía a Brent que me cubriese, pero un día me pillaron y se invento una bola para que no me castigaran y tuvo que limpiar todos los establos durante una semana, asique dudo que quiera cubrirme otra vez.

Tal vez la presencia de Harry no sea tan mala, al fin y al cabo. 

Westner [H.S] (pausada)Where stories live. Discover now