Nadie se volvería a enamorar del idiota [Libro 2]

23. Estrategia

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Pasaron 4 días desde que volvimos del campamento. Hasta entonces, no había sido capaz de enfrentarme a Sofía, pues estaba tratando de encontrar la manera de comprobar que ella todavía me amaba. Mi plan consistía en dejarla en paz por un tiempo para lograr que me extrañara y luego intentar darle celos. Lo malo de esto último era que, aparte de Silvana, no había otra chica con la que pudiese coquetear a gusto. Ninguna otra chica llamaba mi atención y con lo enamorado que estaba ahora de Sofía, iba a ser mucho más difícil encontrar a una joven con la que pudiese ser cariñoso.

En ese momento me acordé de la chica de la cafetería, Vanessa, con la que me besé cuando estaba frustrado y triste por el abandono de mi novia. Recuerdo que ella estaba sentada sola en una mesa cerca de la ventana. Debido a que la cafetería se encontraba demasiado llena de gente, tuve que pedirle permiso para sentarme a su lado. La joven accedió al tiempo que me daba su nombre. Poco a poco empezamos una conversación, después me dijo que yo se le hacía guapo y al final terminamos por darnos un beso. Hice aquello porque estaba casi seguro de que Sofía se había ido con Marlow.

Gran error.

Pero la equivocación no fue el beso en sí, sino más bien las palabras hirientes que pronuncié luego de que Sofía me viera al lado de Vanessa. No cabe duda que fui un tonto, un egoísta, un soberbio que no supo valorar a la chica que lo quería.

Pero como he venido diciendo, continuaré con mi lucha. Le haré sentir celos a Sofía.