84. Toda la verdad prt. II

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-Aida –Contestó María José mirando fijamente a su mejor amiga –Por favor –

-Ella me odia, ¿acaso no puedo odiarla yo también? –Respondió Aida con ironía antes de reír –Oye, bromeo –

-No bromeas –

-No, no bromeo –

-No está –Dijo la más pequeña llevando su mano a su cabello

-Está en el lugar donde fue el after –Confesó Dulceida encogiéndose de hombros –O se lo llevó Daniela –

"Daniela" María José escuchaba ese nombre e inmediatamente su alma se estremecía; todo había sido tan ilógico la noche anterior. De todas las personas que esperaba encontrarse en esa fiesta Daniela Calle era la última que se le pasaba por la mente, a pesar de que solo la vio por varios minutos

-¿Por qué Daniela Calle tendría mi teléfono? –Preguntó María José confundida –Es decir, no tiene sentido que ella lo tenga, ni siquiera hablamos –

-Si hablaron –Dijo Dulceida confundida –Antes de que se fuera con Paula a su casa –

-¿Cuándo pasó eso? –Preguntó María José, su ceño fruncido y forzando su mente a recordar

-Anoche –Respondió su mejor amiga –Pero ya entiendo, estabas muy ebria para saber que estaba pasando en ese momento –

-No recuerdo nada –Confesó la menor, preocupada –Te juro que tengo un blackout del final de la noche –

-Pues que bien que no recuerdas... porque lo arruinaste todo –Admitió Aida encogiéndose de hombros

-¿Qué? –

-De hecho, venía a hablar contigo sobre eso, pero veo que en serio no tienes puta idea de lo que pasó –Admitió la rubia sin poder creer

-Aida, ¿Qué rayos dije? ¿Qué hice? –Preguntó la menor desesperada antes de llevar su mano a su cien, ya que su cabeza dolía mucho

-Siéntate –Dijo Aida, mientras ella también se sentaba en el borde de la cama –Le dijiste a Daniela que era una abandonadora, palabra que no existe, por cierto, le dijiste que ya estaba acostumbrada a abandonarte y pues le dijiste que la odiabas –

-¿Qué? –Preguntó María José con sus ojos abiertos cual platos.

-Lo que escuchaste –Reiteró Aida con los brazos cruzados.

-Es que no puede ser –Respondió su mejor amiga, antes de levantarse y comenzar a caminar en círculos –Yo no dije eso, yo jamás haría eso –

-Pues lo hiciste –Exclamó Aida –La cara de tu ex fue inolvidable, en serio tocaste algo dentro de ella, porque ni siquiera conozco a la chica y pude leer su expresión de tristeza y arrepentimiento a la vez –

-Es que no –María José continuaba en negación, sin poder creer lo que el alcohol causaba en ella.

-Deberías escribirle y pedirle perdón –Sugirió Aida antes de levantarse de la cama –No por teléfono, porque está perdido... pero desde tu laptop –

-Ni siquiera la sigo en ninguna red social –Contestó María José rascando su cabeza como mecanismo de ansiedad.

-Búscala y agrégala, yo que sé –Respondió su mejor amiga mientras cruzaba la puerta de la habitación –Pero arregla el desastre de anoche –

-¡Espérate! –Exclamó la más pequeña –Ayúdame –

-Ya te dije que hacer –

-No la voy a agregar en Facebook, Aida no la veo desde hace ocho años –Confesó María José mirando a su amiga en busca de ayuda –No debí decirle todo eso –

El Campo Margarita • Caché (Terminada) Where stories live. Discover now