M O N S T R U O

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Venía de regreso al edificio de mala muerte en el que vivía junto a Ross.

Me adelanté un poco cuando vi que se entretuvo comprando algunas cosas en la tienda. Crucé la calle, observando que ningún auto se acercaba.

Era de noche y los postes de luz apenas iluminaban las calles grises y lúgubres de la cuadra. Me detuve para voltear, checando si él ya venía a mi encuentro, pero no.

Supuse que todavía se encontraba en la tienda, pagando su mercancía. Esperé junto a un poste de luz, recargada en este mismo, revisando mi móvil.

Un segundo me encontraba disfrutando de la suave brisa golpeando mis mejillas y alborotando mi cabello rizado cuando al otro se escuchó el grito desgarrador de una mujer al otro lado de la calle.

Después, un golpe seco, haciendo que alguien cayera contra el suelo de una manera brusca.

La respiración se me contuvo cuando escuché un gruñido salir de la garganta de Ross mientras se encontraba encima de otro hombre, golpeándolo sin parar.

"—Niña, ¡aléjate de ese monstruo antes que te ponga una mano encima! —gritó la misma mujer antes de irse corriendo".

Ahogué un grito cuando vi el rostro de Ross, completamente deforme de la ira, nublando por completo su juicio. Él se detuvo cuando escuchó que lo llamaron monstruo, o cuando el hombre al que golpeó quedo inconsciente sobre el asfalto.

No sabía cuál fue la razón en realidad.

El temor me recorrió y llenó el cuerpo.

Justo cuando pensaba que conocía todo sobre él, otro defecto salió a relucir, añadiéndose a una lista que hice en mi mente sin querer.

Pero en cuanto quiso acercarse a mí, vi sangre en su camisa. Di un paso hacia atrás, con el miedo arraigándose más dentro de mí.

No lo reconocí; esta era una nueva etapa que no quise haber descubierto de él. Si tuviera que describir lo que vi, usaría la misma palabra que usó la mujer cuando se refirió a él.

Un monstruo. Sin control, sin piedad.

Realicé muy tarde cuando esa palabra se había escapado de mis labios, y que él había alcanzado a escucharla salir de mi boca.

Se me desgarró el alma cuando vi sus ojos abrirse de par en par, dolido y asombrado. Sabía que él nunca me lastimaría de aquella manera, pero ahora fui yo quien terminó hiriéndolo.

***

Anhelé desde lo más profundo de mi corazón haber sabido lo que sucedió en verdad aquel día.

De no haber sido por él, tal vez yo estaría muerta.

Ese hombre al que golpeó hasta dejarlo inconsciente estaba preparado para atacarme mientras mi guardia estaba baja. El cuchillo que portaba consigo estaba destinado a cortarme la piel esa noche.

Sin embargo, quien recibió ese corte fue Ross en mi lugar, dejando otra horrible cicatriz en su abdomen. Una marca visible, recordándome día a día lo que había sucedido por mi culpa.

Me recordaba y atormentaba el saber que una marca mucho más profunda había marcado su corazón cuando le dije que era un monstruo.

Solamente que esta vez, el verdadero monstruo había sido yo.


***

Ya se huele el final de estos dos, ¿quién está preparado?

DEFECTOSWhere stories live. Discover now