Asiento, imagino que ese fue Apolo. Su sentido de responsabilidad era como pocas que había conocido en mi carrera, en la mayoría de casos como mucho se habrían hecho cargo de una factura del hospital y no más que eso, pero era evidente que esas personas no eran ordinarias.

Yo solo conocía a Athan, pero sentí que no lo conozco para nada. Desde jóvenes fuimos inseparables, cuando cada uno tomó rumbos diferentes, aunque estábamos pendientes del otro había muchas cosas de las que no hablábamos y la familia era uno de esos temas, lo sabía era mi culpa porque yo me negaba a contarle lo que me sucedía y poco a poco comenzamos a hablar de cosas más y más triviales.

Hoy por primera vez tuve la oportunidad de ver cómo son realmente como familia, son una unidad sólida que se cuidan unos a otros. Yo solo tenía a mi padre. Solo éramos los dos.

—Son buenas personas.

—De eso no hay duda, corazón. El muchacho me agrada.

Eso gana mi atención y veo a mi padre ver con curiosidad desde el marco de la puerta. Frunzo el ceño sin saber a que se refiere y escucho a Phoebe regañarlo entre risas. No estoy segura de que eso cuente como un regaño. No soy capaz de escuchar que dicen, pero si puedo distinguir su risa, es grave y contagiosa. Antes de darme cuenta estoy riendo yo también.

Mi padre se vuelve a verme con una sonrisa.

—Vaya que si me agrada.


***


Papá cierra la puerta al salir. Han pasado dos días desde la estrepitosa fiesta de Apolo Lux, sin embargo, no todo es malo.

Luego de que mi padre hablara con Phoebe me recomendó con un doctor amigo de ella quien es uno de los mejores en traumatología y cree que hay buenas posibilidades de que la cirugía sea un éxito.

Athan me ha telefoneado un par de veces para preguntarme cómo estoy, hemos hablado durante unos minutos y colgado, desde ese día siento como si existiera una pared entre nosotros porque esa noche luego que la fiesta se acabara todos sus hermanos regresaron menos él. Tuve la oportunidad de conocer a los tremendos gemelos Lux de los que tanto se hablaba en la secundaria. Ellos, junto a Neo me hicieron reír hasta que mi barriga me dolió. Los mayores fueron un poco más reservados, pero también se mostraron preocupados. Inclusive sus managers preguntaron por cómo estaba. Pero mi amigo brillaba por su ausencia, no sé que era eso tan importante que debía hacer para no estar en ese momento, pero un mensaje no disminuyó el nudo que se formó en mi pecho.

Mi teléfono vibra en mi mesita de noche. Dejo la laptop a un lado y me estiro para tomarlo. Es un mensaje.

Neo:

Hola.

¿Cómo sigues?

Me contó Phoebe que pudiste ver a un especialista.

Me sorprende ver que está bien enterado.

Yo:

Hola, si estoy bien. Gracias por preguntar.

Si ya tuve un chequeo con él.

Neo:

Espero que hayas tenido buenas noticias.

Yo:

Porque sospecho que ya las sabes.

Neo:

Porque eres una mujer muy inteligente.

Sometí a Phoebe a un interrogatorio de tercer grado para que me dijera todo.

Lo siento.

Yo:

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora