Mientras decía eso ella se les acercó y le devolvió el teléfono a su dueña.

Luego de eso, todos decidieron que ya era hora de dormir. El día que tuvieron fue muy animado con la llegada de Nathan. Pero ya iba siendo hora de descansar de todo.

Lapis le pidió a Peridot que despidiera a su padre mientras ella se encargaba de hacer dormir a Lunae

-gracias por venir señor.

Decía Peridot mientras le daba una pequeña sonrisa a Nathan. quien ya tenia que volver a su casa con su esposa.

-fue agradable volver a verlo y le agradezco por animarnos a todas.

-Peridot.

Habló Nathan. Quien nuevamente había cambiado el tono de su voz. Esta vez tenía una mirada extraña, una mirada como de alguien... arrepentido.

-quiero hacerte una pregunta. Pero necesito que me contestes con honestidad.

-...

-¿eres feliz?

La pregunta que le hizo era simple. pero, a pesar de eso, podía llevar a una respuesta compleja.

-¿disculpe?

-lo que escuchaste ¿eres feliz?

-eh...si, pero no entiendo a que vien-

-te lo preguntaré de otra forma.

Interrumpió Nathan.

-¿eres feliz con la vida que tienes?

-...

-¿eres feliz, a pesar de todos los problemas que has tenido que enfrentar?

Él ya no miraba a los ojos de la rubia, ahora estaba cabizbajo y su voz se iba cortando cada vez más...

-¿aún teniendo que soportar constantemente, las pesadillas de tu pasado y el dolor de perder a tu madre...?

Peridot finalmente entendió. Nathan se había culpado durante todos esos años por la muerte de su madre. Ésta le miró y notó como unas lagrimas se escapaban sin su consentimiento. Al percatarse de eso, él se limpió las lagrimas y le dio la espalda.

-agh... Lo siento. Creo que lo mejor será que me vaya de una ve-

-Señor Nathan.

Ahora fue ella quien le interrumpió, llamando su atención y haciendo que se volteara.

-no debe culparse por eso. Fue solo un accidente. Y lamentablemente nosotros no podíamos hacer nada.

-pero y-

-señor usted tiene que... irónico...

Susurró eso último para si misma.

-tiene que olvidarse de eso. Por su bien. No tiene sentido que siga pensando en ello. ya paso y no tiene sentido seguir lamentándose.

Dijo la rubia, recordando las palabras que tantas veces le había dicho Lapis.

Al parecer las palabras surtieron el mismo efecto que en ella. Pues ahora se notaba un tanto más tranquilo, Peridot se acercó a él y le dio un abrazo. Quería transmitirle la misma sensación y apoyo que ella sintió cuando él le ayudó en el pasado.

-y para responder a su pregunta. Si, a pesar de todo eso, soy feliz.

Nathan ya mucho más tranquilo, le correspondió el abrazo. Al cabo de unos minutos decidieron separarse, al hacerlo Peridot pudo ver una sonrisa por parte de él.

En verdad eres tú...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora