Por ella

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Cuando lo mandaron llamar, tuvo la irracional idea de que lo implicarían en el accidente.

Fue un pensamiento fugaz. Motivado sin duda por la culpa que sentía.

Su segunda, y más lógica idea, por desgracia, fue la correcta. En definitiva, la cárcel sonaba tentadora a comparación de lo que le estaban pidiendo.

—Pero... John tiene una hermana.

—Al parecer él no confiaba en la seguridad que pudiera ofrecerle Harriet Watson a su sobrina.

Parpadeó sabiendo que era obvio. Con los antecedentes de alcoholismo de Harry y su poca unión con su hermano, no era candidata ideal para que John le confiara a su hija a pesar de ser pariente sanguínea.

Sabía que la institución de la tutela existía desde siglos atrás y, por supuesto, alguien debía ocuparse de la pequeña Rosamund, pero...

PERO.

— ¿Está completamente seguro?

Ese "alguien" no podía ser él.

Le trajeron a la pequeña niña rubia, que miraba a su alrededor ceñuda e impaciente. Como si esperase ver a papá y mamá asomarse en cualquier momento. Tenía las mejillas rojas y rastros de haber llorado.

Acababa de cumplir un año. En teoría, tiempo suficiente para que entendiera que algo andaba mal, quizá a eso se debía su expresión enfurruñada.

Pero cuando su vista llegó hasta él, los ojos se le iluminaron. La pusieron en sus brazos y Sherlock se crispó, pero Rosie no pareció darse cuenta, lo abrazó con confianza porque lo reconocía.

—Seguramente hay otra persona que...

—Por última vez, señor Holmes, ambos padres lo nombraron tutor legal de Rosamund Mary Watson en caso de que a ellos les sucediera algo.

— ¡Yo no puedo ocuparme de ella! —Exclamó y la niña se estremeció por su tono, de inmediato bajó la voz—. Yo no... Usted no entiende...

El Procurador de familia hizo un gesto de desaprobación, seguramente pensaba que sí lo entendía.

—La tendrá solamente un par de semanas porque esa es la última voluntad de la madre, pero después habrá un proceso. Después debe participar el Juez superior para el nombramiento de la tutela. Como comprenderá, un tribunal tiene que considerar los mejores intereses de la niña y aprobarle a usted —Echó un vistazo desdeñoso a Sherlock dejando en claro que si dependiera de él, no le confiaría ningún ser vivo—. Desde luego, no podemos obligarlo a quedarse con ella, de modo que, si usted rehúsa a ocuparse de ella, la niña pasará a la custodia del estado.

Lo que significaba que Rosie crecería en un orfanato, quizá sería adoptada, era una niña encantadora.

Pero, ¿adoptada por quién?

—Personalmente, señor Holmes, todo niño merece un tutor apto y responsable. Alguien que pueda ofrecerle seguridad y cariño, piense bien en ello antes de tomar cualquier decisión —Sherlock se fijó por primera vez en el fiscal, por la amargura de sus palabras.

Dedujo con facilidad que se trataba de un hombre solitario por elección, posiblemente limitaba su contacto con otras personas para no generar apegos. Sin duda, habría crecido en un hogar disfuncional.

Trató de imaginarse cuidando de Rosie que, a medida que creciera, necesitaría cada vez más de él.
¿Y qué podía ofrecerle en realidad?

Nada. Nada de lo que merecía.

La miró sintiéndose un poco avergonzado y ella le devolvió la mirada con inusitada seriedad, como si supiera lo que su padrino estaba pensando.

—Es lo mejor —Musitó, como disculpándose—. Ojalá pudieras comprenderlo...

Her┊ᴶᵒʰᶰˡᵒᶜᵏWhere stories live. Discover now