Capítulo 20: Sexo con amor

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Abrí la puerta del departamento y me topé con Leila, quien de inmediato se río al verme con el delantal puesto, yo la miré serio y cambió su expresión, me dio un beso en la mejilla y entró.

Que rico huele, ¿qué preparas? – preguntó mientras cerraba la puerta.

– Ravioles entre otras cosas – dije serio.

– ¿Para qué quieres tantas rosas? – inquirió al mirar los cinco enormes ramos que estaban sobre la mesa – ah ya sé, Anastasia, ¿aún no te perdona?

– Si no te hubieras desaparecido tanto tiempo ya sabrías esa respuesta – respondí caminando a la cocina.

– Uy, discúlpame por tener una vida, que humorcito, todavía te tiene a dieta, ¿verdad?

– ¿Hasta cuándo pensabas decirme que con quien tú estás saliendo es Jack? – pregunté ignorando su comentario.

¿Cómo sabes eso? – exclamó extrañada.

Porque hace varios días los vimos en el cine, pero estaban tan acaramelados que ni cuenta se dieron que Ana y yo estábamos ahí.

Esto era lo que quería evitar, tus reclamos, quería que estuvieras listo para comprender la situación.

– ¿Comprender?, ¿de casualidad sabes que engañaba a Anastasia con una de sus supuestas mejores amigas?

– Sí lo sé, él mismo me lo contó, pero eso no tiene nada que ver conmigo, su relación con Anastasia ya había caído en la monotonía, tan es así que ella también tenía otra persona, ¿no es así?

– No es lo mismo Leila, yo no era su mejor amigo, ni el engaño fue tan prologando y si las cosas se dieron conmigo y Anastasia fue por el descuido de él.

– Pero eras su cliente y te fingiste su amigo sólo para bajarle a la novia, ¿por qué tú a ella sí la justificas?, ¿ella no lo descuido también?, sabes muy bien que una relación es de dos, no toda la responsabilidad fue de él.

– Puede ser, pero él fue quien empezó con la infidelidad.

– ¿Y por qué tú sí puedes pasar por alto que Anastasia haya sido infiel y yo no puedo hacer lo mismo con él?

– Ya te dije que fueron otras las circunstancias.

– ¿Cuáles otras Christian?, estaban dentro de la misma relación y tuvieron los mismos motivos para hacerlo, la única diferencia fue la forma en que se dieron las infidelidades y por favor, no me hagas decirte algo de lo que después me arrepienta.

– Vaya que te tiene loquita, lo defiendes más que a tu hermano.

– ¿Y tú no estás loco por Anastasia?, no seas injusto Christian, yo tengo el mismo derecho que tú de salir con quien me sienta a gusto y me haga reír y me complemente, no podemos juzgar a las personas por su pasado, todos nos quedaríamos solos al final, como dicen, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.

– Está bien, haz lo que quieras con tu vida.

– Sólo te voy a decir una cosa Christian, todos tenemos derecho a equivocarnos, de los errores es de donde se aprende, así que todos merecemos una segunda oportunidad, ojalá lo entiendas, luego nos vemos.

Leila salió de la cocina y me quedé pensando en sus palabras, tenía razón, pero me preocupaba el hecho de que la hicieran sufrir una vez más, su vida amorosa no había sido la más optima y deseaba que al fin encontrara a alguien que la valorara y la hiciera feliz, como se lo merecía, sólo esperaba que otra vez no se equivocara.

Ardiente TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora