El chico del ascensor

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Ya pasada toda la discusión con mi padre y ya ellos haberse ido, mi madre se ha ofrecido a lavar la loza solo si Ashton la ayudaba, a lo que él obviamente aceptó.

—Te lo dije.

—Calla demonio. —Ruedo los ojos aunque igual sonrío.

—Te ves feliz con él.

—Ni que lleváramos mil años Mateo, cálmate. —Pido riendo y ahora él rueda los ojos.

Si bien es cierto que soy feliz con Ashton, no hay que decirlo como si fuera nomas porque somos novios, ya desde antes me veía feliz con él y bueno, sin él también.

No es como si mi felicidad se debiera solo a él.

—Tiene mi aprobación.

—¿La necesitaba? —Pregunto divertida.

—Por supuesto.

Empujo levemente a mi hermano y le pido que busque algo para ver ya que al parecer se van a quedar a dormir.

Esta vez nos organizamos diferente, por lo que yo dormiré con Ashton en su cuarto y ellos dos en el mio. 

—Tu padre no me agrada. —Comenta Ashton mientras se cambia.

—A mi tampoco.

—Así que... ¿soy lo mejor que hay en este maldito mundo? —Pregunta mirándome con diversión y ternura.

—¿Quién te dijo eso? —Pregunto haciéndome la desentendida.

Ashton ríe y se acuesta a mi lado de forma que pueda mirarme.

—Una chica muy linda. —Responde.

—Pues esa chica tiene razón.

—También me dijo Amor pero quiso ignorarlo. 

Lo miro y él solo me está mirando con esa maldita mirada tierna que tiene, no sé si sabe que la tiene pero como me gusta.

—Que tonta es entonces.

—A veces.

Lo miro ofendida a lo que él ríe y me da un casto beso.

—De todas formas, es mi tonta.

—Eres un cursi.

—Tu cursi.

—Ya amor. —Pido sonriendo.

Joder, este chico en serio es un cursi y una ternura a la vez.

Me quedo mirándolo y me acerco para darle un beso provocando que él sonría.