20

147K 12K 1.2K
                                    

—No entiendo algo. —Habla Ashton y yo lo miro. —Un día dijiste que tenías una cena familiar pero luego no tenías donde pasar navidad, no entiendo.

—En ese momento mis padres vivían aquí, después de la cena mi madre y hermano se mudaron a una ciudad a ocho horas de aquí más o menos y mi padre no sé, además los primeros se fueron de viaje a donde mis abuelos en ese momento.

Ahora que lo pienso, son las once y algo de la mañana menos ocho horas seria tres.

—¡Demonio, ¿en qué te viniste a las tres de la mañana?! —Grito enojada levantándome.

Voy al cuarto y veo a mi hermano pegado a la pared mirando la puerta con miedo.

—Cogí un bus. —Responde y sonríe inocente.

Llevo mis dedos al puente de mi nariz y lo aprieto intentando calmarme, me sacará canas y ni siquiera es mi hijo.

—Estoy muy seguro que ese bebé no es mío, tiene como un mes y ella y yo lo hicimos hace una semana. Soy malo en matemáticas pero no tanto.

Claro, porque eso tiene mucho que ver en este momento. Se sabe de casos en los que hay gemelos de diferentes padres, aunque es algo raro.

—Eso no me calma.

—¿Quien pensabas que era cuando llegué? —Pregunta cambiando el tema pero sin alejarse de la pared.

—Kevin.

—¿Terminaron?

Asiento.

—Me engañó con otra. —Cuento, él hace una mueca y se acerca para abrazarme.

-

—Quiero helado

—Quierelo mucho.

—No seas mala.

—Cállate Mateo. —Ruedo los ojos. —Ash, quiero helado.

—Ahora compramos.

Vamos en camino a casa de mi madre. Ocho horas en carro más o menos, permiso en mi trabajo que tendré que pagar con horas extras y además falté al gimnasio.

Agradezco que Ashton se ofreciera a llevarnos y que su padre nos prestara el carro, yo no se manejar ni tengo carro y no quería ir en bus.

Aún quiero matar a mi hermano pero lo quiero mucho y eso es más grande que las ganas de matarlo, tiene suerte.

—Dormiré. —Aviso acomodandome mejor.

—Acuestate atrás.

Asiento y me quito el cinturón, paso por en medio de los asiento y empujando a mi hermano me tiró atrás.

—Ve tu para adelante, demonio.

Mateo repite lo que hice y yo me acuesto en los asientos de atrás. Estoy cansada.

—Mi hermana es tan linda. —Musita con ironía.

—Calla demonio.

El chico del ascensor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora