Capitulo 6

470 57 16
                                    

"Safe & sound" - Taylor Swift

-Agoney – suspiró aliviado Alfred cuando vio a su amigo entrar por la puerta del apartamento, la había dejado abierta para no tener que apartarse del pequeño Bruno ni un segundo.

Agoney estaba confuso, realmente no tenía ni idea lo que estaba pasando, Alfred rara vez les llamaba o les invitaba a casa cuando estaban sus hermanos con él, era muy celoso en ese aspecto, suponía. A pesar de la clara preocupación del de gafas, la casa estaba tranquila, no lo que uno esperaría al entrar en un lugar habitado por tres niños y un solo adulto, el cual resultaba ser su hermano.

Cerró la puerta tras de sí y avanzó con cuidado, Alfred estaba sentado en el enorme sofá blanco que ocupaba la mitad de la estancia, pues estaba convertido en cama, donde suponía que dormían todos. Tenía una pequeña cabecita morena asomando entre sus rodillas y con los ojos cerrados, Alfred no le quitaba la vista de encima mientras le acariciaba lentamente la mejilla rosada, aquel debía ser su hermano más pequeño, tenía cuatro años y el chico siempre decía que era igual que él de pequeño. El niño temblaba y no dejaba de acurrucarse contra el mayor.

-¿Qué está pasando? – preguntó con cautela mientras se acercaba y veía al resto de hermanos tumbados en el sofá con gesto serio -. ¡Alfred! ¿Qué coño pasa?

Alfred levantó la vista cansado.

-Es Bruno, llevaba toda la noche muy calmado, pero hace una media hora empezó a decir que tenía un dolor muy fuerte de cabeza, y el no suele quejarse nunca, a él nunca le duele nada y... y ahora no habla casi, creo que algo está mal con él. Necesito llevarle al hospital Agoney – todo aquello salió del chico a una velocidad que a su amigo casi le costaba entender lo que estaba diciendo, y sin levantar la vista de su hermano. Agoney se mantuvo callado -. Necesito que te quedes con los demás, no puedo llevarlos a todos al hospital conmigo, no podré estar pendiente de ellos...

-Claro, pero Alf... no puedes conducir así, déjame avisar a Miriam, ella puede quedarse con los niños y yo te llevaré al hospital, además prefiero estar contigo.

Alfred no quería decir que sí, pero sabía que su amigo tenía razón, estaba demasiado nervioso. Había pocas cosas que pudiesen sacarle de su estado de tranquilidad continua, tanto que algunos pensarían que no tiene ni un solo problema en su vida, y es justo, él se había esforzado por conseguir aquella opinión. Pero sus hermanos, su hermanos era lo mejor que tenía, por lo único que había soportado aquellos primeros años después de que su madre se casase, incluso había esperado a que Bruno cumpliese los dos años antes de irse de casa, sabía que él estaría bien, al fin y al cabo él si era hijo de aquel hombre.

Finalmente Alfred asintió, sin estar muy seguro de si su pequeño estaría bien si le dejaba solo unos minutos, se levantó y marchó hacia la habitación para vestirse, dirigiendo la mirada atrás en varias ocasiones. Agoney aprovechó la ausencia del chico para acercarse a los niños, no eran extraños, al menos no todos ellos, a la hermana mayor la había visto varias veces e incluso habían jugado, o se habían picado más bien, al stop.

-Ago...- escuchó la voz débil de Anna, la morena era una chica normalmente extrovertida y siempre hablaba con diversión y demasiada picardía para sus doce años de edad. El mayor la miró, temeroso de lo que pudiese decir -. Bruno... él... va a estar bien ¿verdad?

¿Qué se le dice a una niña en una situación así? Agoney no tenía ni idea, no podía responderle sin mentirle, asi que no lo hizo, se acercó a ella, le acarició la cabeza y dejó que se refugiase en él, mientras su hermano más pequeño la imitaba y decidía confiar en aquel casi extraño para buscar un poco de consuelo.

Mientras los niños no se movían y Alfred buscaba algo por todo el piso como loco, Agoney llamó a Miriam para explicarle la situación.

-Joder Agoney, yo no tengo ni idea de cómo cuidar a niños pequeños, soy nula con ellos tú lo sa... espera – Miriam estaba hablando con alguien detrás, Raoul, supuso -. Está bien, ahora subimos.

fernweh | ragoneyWhere stories live. Discover now