Capitulo 5

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"I'll be there for you" - The Renbrandts

-¡Raoul, mueve tu culo de una vez! – Miriam estaba desesperada, odiaba llegar tarde a los sitios, de hecho solía salir con veinte minutos de margen para cualquier imprevisto, pero con Raoul era imposible, llevaba como una hora y media desde que se había metido en el baño y Miriam no estaba muy segura de sí había hecho algún progreso en su aspecto.

Iban a ir al Prinzessinnengarten y habían quedado con varios amigos de Miriam y Agoney para comer, pero eran ya casi las doce y no habían salido de casa, tendrían que ir andado, pues Raoul no había tenido tiempo de sacarse el carnet de estudiante para el transporte, lo cual quería decir que tardarían al menos veinte minutos y probablemente empezarían a comer sin ellos. Miriam se estaba poniendo realmente nerviosa, odiaba eso con todo su ser, no le gustaba esperar a la gente pero menos aun que le tuviesen que esperar a ella.

-¡Ya estoy! – dijo Raoul mientras salía aparatosamente del baño colocandose un par de mechones en su tupé y seguidamente intentaba entrarse las zapatillas. Miriam le miró perpleja -. ¿¡Que!? – dijo este con los ojos abiertos.

-¿Has pasado una hora en el baño para acabar exactamente igual que entraste? – negó con la cabeza y cogió su bolso -. Qué más da, vámonos.

Raoul estaba completamente enamorado de aquella ciudad, nunca habría imaginado que Berlín fuese una ciudad con tanto que ofrecer, de camino al parque donde habían quedado pasaron por barrios y monumentos increíbles, no podía dejar de admirar cada pequeña cosa que veía, cada grupo de amigos que probablemente habían crecido en aquella ciudad y se preguntaba cómo habría sido su vida si élfuese uno de ellos. Por otro lado admiraba realmente a su amiga, pocas veces había visto a alguien que llamase tanto la atención y se lo propusiese tan poco, era una de esas chicas que no necesitan maquillaje o pasarse horas peinandose, incluso ahora con una simple camiseta blanca y unos pantalones cortos que había cogido rápidamente del armario. Había habido un tiempo en el que Raoul la habría juzgado simplemente por como vestía o como parecía ser, solía pensar que las chicas como ella serían estúpidas o por lo menos arrogantes y creídas, nada más lejos de la realidad de Miriam.

Por fin llegaron a la puerta, era una enorme verja verde con un cartel que indicaba donde se encontraban, aquel lugar parecía un paraíso, todo era verde y aún se veían flores por todos lados, cuando fueron avanzando buscando el lugar donde estaría su amigos, veía que estaba lleno de puestecitos y mesas de madera.

-¡Ahí están! – le indicó Miriam señalando a sus amigos.

Raoul aguantó la respiración durante un momento, había al menos cinco personas, tres chicas y dos chicos. No sabía muy bien cómo se iba a presentar, siempre se le había dado muy mal conocer a gente y más aún entablar conversación con ellos.

-Habéis llegado – dijo una de las chicas, tenía el pelo moreno con flequillo y cara de pocos amigos -. Ya hemos pedido.

-Ay Aiti, no esperaba menos de ti – contestó Miriam quitándole importancia -. Chicos, este es Raoul – señaló y Raoul levantó una mano a modo de saludo.

- Hola Raoul, ¿qué tal estas? – le saludó en español otra chica a la cual reconoció de haber visto con Miriam en algunas fotos, se llamaba Nerea y preciosa, tenía un pelo rubio largo, unos ojos enormes que llamaron la atención del chico y una sonrisa que transmitía una alegría increible.

-Hola, muy bien, gracias – se animó a decir y sintiéndose un poco más cómodo, se sentó al lado de esta y uno de los chicos ya que Miriam se había sentado dos sitios más lejos.

Miraron la carta y dejó que su amiga pidiera por ella, quería ir probando todo lo que aquella ciudad tuviese que ofrecerle.

-¿Y cuándo llegaste a Berlín? – le preguntó el chico de ojos azules, que se encontraba al lado de Aitana, quien parecía no dejar de mirarle.

fernweh | ragoneyKde žijí příběhy. Začni objevovat