Día Cotidiano

1.2K 95 18
                                    

-Tienes todo listo- Severus miro a su hija como metía sus cosas en su mochila

La niña asintió –Bien me voy para la escuela Papá- ella se acercó al hombre. Miro como su Padre bajo a su altura ella le dio un beso en la mejilla y se despidió para irse a su escuela.

El hombre miro con tristeza la puerta cerrarse, él no podía darse el lujo de acompañar a su niña a su escuela. Ya que tenía que terminar de lavar y planchar la ropa, era un encargo, esto le ayuda para poder sostener a su pequeña familia.

Mientras tanto Eliza camina feliz por las calles, la pequeña niña sabía que su papi no podía acompañarlo por eso se esforzó mucho el memorizar la ruta de su escuela, se recordaba cada día las palabras de su papi.

No hables con extraños, cuídate, si alguien quiere que lo acompañes aunque sea un anciano te niegas, ella le hacía caso en todo a su papi, no podía darse el lujo de fallar, ya que eso significaría robarle el tiempo de trabajar.

.

.

.

Eliza había llegado sana y salva hasta su escuela, ahora la niña se encuentra esperando en su escritorio, ella está dibujando algo para su papi, escucho como sus compañeros llegan a ocupar sus asientos.

Guardo su cuaderno de Dibujos y procedió en sacar sus libros.

Se estiro para quitar la pereza, miro en la ventana, ya habían pasado algunas clases, ahora mismo toca recreo pero ella decidió no salir, la última vez que salió, le habían molestado, unas niñas de grado superior. Por su torpeza habían llamado a su Padre, el cual tuvo que dejar su trabajo a medias.

Ese día se sintió mal, no quería causarle más problemas, así que decidió que ahora sería bueno pasar sus recreos adentro de su aula. Para no ver a aquellas chicas.

Mientras comía su emparedado de jamón con queso y bebía su juguito, ella hacia su tarea que le dejaron para hacer en casa, quería terminarlo en la escuela para poder tener tiempo libre.

.

.

Ella miro el cielo gris, iba llover de seguro pensó la niña, la escuela ya termino ella tenía que ir de inmediato a su casa, camino por las calles, mirando las tiendas, saludando a las personas.

Algunos le respondían otros solo caminaban ignorándola, diviso el edificio donde viven, este era algo viejo, descuidado, por eso la renta era algo accesible y cómodo.

Entro miro a la dueña del lugar –Buenas tardes Señora- saludo sonriendo a la mujer

-Ah eres tu niña, dile a tu Padre que necesito de inmediato el encargo- no espero la respuesta de la niña y salió del edificio.

Siguió su camino, subió aquellas gradas su departamento queda en el tercer piso, cuando por fin llego hasta la puerta de su casa, toco para dar aviso que su llegada, su papi abrió la puerta y le sonrió.

Ella le devolvió la sonrisa –La Señora Smith dijo que quería el encargo que te pidió- le informo cuando al estar adentro

-Ya casi lo tengo listo, solo tengo que planchar su ropa- Le dijo a su pequeña

La niña asintió, dejo su mochila en aquel sofá desgastado que tenían –Puedo ayudarte a lavar la ropa-

Severus se negó –Tienes que terminar tu tarea-

-Bueno ya lo hice en la escuela, así que puedo ayudarte- la niña sonrió y saco de su mochila su cuaderno, se acercó y le entrego a su Padre.

Severus miro el cuaderno de la niña, en efecto habían terminado aquello –¿No quieres salir a Jugar cariño?-

Inflo sus pequeñas mejillas y negó con su cabeza –No, yo quiero ayudarte vamos Mama, solo por hoy-

El suspiro, su niña no iba cambiar de idea, asintió con su cabeza, miro como su hija sonreía, corrió hasta el cuarto donde tenía toda la ropa sucia, él sonrió con tristeza ya que en vez de estar jugando está trabajando. Se sintió mal por esto.

Camino para iraplanchar la ropa seca.

Legado Where stories live. Discover now