Capítulo 21

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-Claro, como no -Dakota puso los ojos en blanco- el día que a mi hija le da por empezar a repetir una palabra es en medio de un montón de gente que nos mira como bichos raros.

Le quitó a Dulcie de los brazos que protestó un momento y luego se lazó a correr de nuevo a la zona infantil, Jamie no dijo nada y su expresión no transmitía nada.

-Lo siento, sé que no te gusta llamar la atención -miró al rededor- podrías ir a buscar a tus hermanas ahora y traer a Phoebe de vuelta, pronto tendrá que comer.

-Claro, lo haré -miró en dirección a la zona infantil un instante y carraspeó- no dejes que vuelva a atacar a los niños o se meterá en problemas.

-La vigilaré bien.

Jamie se alejó de ahí con paso decidido saludando a varias personas a su paso sin dejar que lo que acababa de pasar le pasara demasiado por la cabeza, si Dakota no le había dado importancia él también debería hacerlo.

-Pero mira ese ceño fruncido -Brianna se plantó delante de él evitándole seguir andando -. ¿Va algo mal?

-No, estoy buscando a mis hermanas -miró sobre su hombro-  si me disculpas, tengo que...

-Por supuesto, adelante, yo tengo que ir al piso de arriba de nuevo -alzó una ceja que iba a la perfección con la mueca de superioridad que había en su rostro- los ejecutivos han notado todo el potencial que tengo, me la he pasado charlando con ellos de a ratos.

Quizá por potencial se refería al atrevido escote que llevaba pero no iba a decirlo en voz alta, el día que anunciaran que él tomaría el puerto de Burne no le quitaría la vista de encima para ver que reacción tenía, pasó a su lado y recorrió la parte del museo donde tenían el único retrato del verdadero señor fundador de Guinness, varios reporteros deambulaban ahí con los invitados más importantes, localizó a sus hermanas que charlaban con Phoebe en brazos, cuando se acercó se quedaron en silencio.

-Dakota tiene que dar de comer pronto a la bebé.

-Oh nos hemos pasado de tiempo -Jess le apretó las mejillas regordetas- vamos allá.

-¿Pasa algo? -les preguntó.

-Hermanito estamos tan felices de ver el éxito que has conseguido -Liesa le dio un apretón en el brazo mientras caminaban entre la gente- se te ve tan bien, un poco estresado y con esa expresión de que quieres matar a alguien, pero eso es normal en ti.

-Muy graciosa.

-Pero hay algo que te hace brillar esta noche, una especie de aura dorada.

-Se le llama "ir aseado".

-No seas absurdo, me refiero a...

-¡Dakota! -Jess alzó una mano llamando su atención- tengo aquí a esta pequeña sana y salva.

-Menos mal, estoy segura de que pronto comenzará a protestar de hambre -tomó a su hija en brazos -le sale el carácter de su padre cuando se pone de mal humor.

Las hermanas de Jamie y sus maridos se despidieron media hora después ya que habían llegado en auto y tenían un viaje de dos horas por delante y no querían llegar demasiado tarde, pero Jamie tenía que estar una hora más ahí y querría quedarse a charlar después, las niñas estaban cansadas y comenzaron a inquietarse por el ruido y la gente luego de un rato.

-Puedo irme en taxi, tu tienes que seguir aquí -le dijo a Jamie, que parecía nervioso.

-No es necesario, iré a despedirme ya, puedes esperar en el auto y nos iremos.

-Tienes cosas que hacer aún, no tienes que hacer esto.

-Ya lo sé, tranquila -le puso una mano en el hombro y la deslizó suavemente hasta su mano en una caricia que le erizó la piel, acercándose a si oreja bajó la voz en un tono ronco -. Tengo que ajustar cuentas contigo por los días atrasados del trato.

Trato hecho | Jamie y DakotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora