Trato hecho | Jamie y Dakota

Capítulo 8

Dakota estaba segura de que su vecino la estaba evitando lo más posible hasta que se llegó el jueves y el deslizó una nota bajo su puerta cuando salía rumbo al trabajo recordando la salida al rio Liffey el viernes a las cinco, pasaría por ella media hora antes; no habían charlado en todos esos días así que pensó en ignorar la nota pero después de conocer a Jess, que se estaba convirtiendo en lo más cercano a una amiga ahí; se dijo que podía soportar otra salida con él, así que el viernes a eso de las tres luego de comer con las niñas comenzó a alistarse, el viento soplaba fuerte así que había que abrigarse bien, mientras le ponía unas gruesas medias a Dulcie recibió una llamada en el móvil.

-Parece que saldrás hoy con mi hermano.

-Jess, que gusto saber de ti -sostenía el teléfono apoyándolo en el hombro para ponerle un vestido de grueso tejido a la pequeña que se revolvía en la cama. -¿Cómo va todo?

-Comienzo a entrar en pánico porque restan dos meses de clases para los niños, luego habrá demasiado escándalo en casa, pero no es importante, ¡vas a salir hoy con mi hermano!

-¿Te lo dijo él? -miró entre los zapatos de su hija, como irían en un bote le puso unas botas con suela de goma antiderrapantes, no necesitaba accidentes. -Es solo un paseo con sus colegas de la oficina.

-Lo sé, hacen cosas así cada poco, a veces llama para invitarnos porque son eventos familiares, pero suele complicarse y estoy segura que no le gusta mucho asistir, por eso estoy tan feliz que vayas hoy con él.

-Te habrá contado porqué lo hago -preguntó esperando que Jamie le hubiera contado sobre su acuerdo.

-Pues claro, sé que debe ser raro para él intentar salir con una madre soltera, joven y guapa, pero debes saber que tiene un gran corazón.

¡No se lo había dicho! Además inventaba que quería salir con ella. Bien, ya estaba, no más galletas para él, cuando dejó a Dulcie lista dejó que bajara de la cama para que fuera a la sala a ver televisión.

-Mira sobre eso...

-No tienes que estar preocupada, mi hermanito es un poco torpe al conocer chicas, no he sabido que intente salir con alguien desde que se fue a Dublín.

Era evidente que no las invitaba más allá de pasar una noche en su departamento, lo anotó en su lista imaginaria de medidas de precaución con él, y mientras Jess seguía parloteando las razones por las que James era un gran partido envolvió a Phoebe con una mantita suave que la mantendría calientita, no le cambió su pijama para no enfriarla, la bebé le regaló una adormilada sonrisa cuando la tomó en brazos, cumpliría tres meses al otro día y comenzaba a verla más grande, la dejó en su mecedora luego de darle un beso en la punta de su nariz.

-Creo que debo dejarte ahora Jess, tengo que terminar de alistarme para la salida.

-¡No diré más! Ponte guapa y disfruten la salida, llámame para contarme cómo salió todo.

-Seguro.

-Oh por cierto, la invitación a Belfast sigue en pie, mi hermano debe venir pronto, le diré que te traiga y organizaremos un picnic.

-Ya veremos, hasta pronto.

Iba a comenzar a cambiarse cuando tocaron a su puerta con insistencia, echando un vistazo por la mirilla vio nada más y nada menos que a su vecino, lucía inquieto cambiando su peso de un pie a otro, al abrir la puerta él la miró de arriba a abajo frunciendo el ceño.

-¿No se te habrá olvidado la salida?

-Estaba por cambiarme  -llevaba unos pantalones deportivos enormes y una blusa manchada de vómito de bebé. -¿No se supone que llegabas dentro de una hora y media?